Cristina: “Francisco hace caminar a la Iglesia junto a los pobres”

Cristina: “Francisco hace caminar a la Iglesia junto a los pobres”

Elogio de la Presidenta al Papa por la beatificación del obispo salvadoreño Romero.

A POCOS DÍAS DE UNA NUEVA REUNIÓN. La Presidenta festejó una decisión de Francisco. reuters A POCOS DÍAS DE UNA NUEVA REUNIÓN. La Presidenta festejó una decisión de Francisco. reuters
24 Mayo 2015
BUENOS AIRES.- La presidenta, Cristina Fernández, resaltó la alegría del pueblo argentino por la beatificación del obispo salvadoreño Oscar Arnulfo Romero, asesinado por grupos paramilitares de derecha de ese país en 1980, y afirmó que con ese hecho el papa Francisco hace caminar una vez más a la Iglesia “junto a los pobres y perseguidos”. “Con alegría, el pueblo argentino se suma a los pueblos del mundo para celebrar la beatificación del obispo Romero”, expresó la Presidenta en una carta dirigida al mandatario de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén.

A 35 años de su asesinato a manos de los militares salvadoreños, y tras un proceso eclesiástico dilatado por cuestiones políticas y presiones de los sectores más conservadores de la Iglesia Católica, Romero, fue beatificado ayer en una multitudinaria ceremonia en la plaza Salvador del Mundo, en una misa presidida por el cardenal italiano Angelo Amato, delegado personal del Papa, quien en febrero dio el impulso final para la beatificación al reconocer oficialmente el martirio.

El pontífice envió una carta en la que califica al flamante beato como “siervo de Dios” y “padre de los pobres”, a la vez que llamó a la reconciliación en El Salvador, en el que el asesinato de Romero, perpetrado el 24 de marzo de 1980, desencadenó una guerra civil que se extendió hasta 1992. “Es momento favorable para una verdadera y propia reconciliación nacional ante los desafíos que hoy se afrontan”, dijo el Papa en una carta dirigida al arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar Alas.

La ceremonia oficial de beatificación del primer beato salvadoreño, que fue presenciada por más de 300.000 personas, no tiene precedentes en esta nación centroamericana.

“Mártir nuestro”

Cristina puso de relieve, además, que “una vez más el papa Francisco hace caminar a la Iglesia junto a los pobres y perseguidos, aquellos quienes con amor por su obispo lo bautizaron ‘San Romero de América, pastor y mártir nuestro’”. “El 24 de marzo de 1980 -agregó la mandataria en su misiva- fue un día doblemente triste para el pueblo argentino, ya que mientras un sicario destruía el corazón del obispo salvadoreño, se cumplía en nuestro país el cuarto aniversario del inicio de la dictadura cívico-militar, enemiga del pueblo y de los curas que acompañaban el sufrimiento y la persecución de los más débiles y humildes”.

Recordó, además, que “fue duro reponerse de la muerte del obispo Romero a quienes ya habíamos sufrido el asesinato de nuestro obispo, monseñor Enrique Angelelli en 1976. Ambos derramaron su sangre por su apego a las enseñanzas del Evangelio. Pero antes, ambos supieron transmitir que la religión está vacía de sentido si no se llena de la lucha por un mundo más justo y más solidario”, destacó. “La memoria del obispo Romero nos indica el camino, y su vida y martirio nos comprometen a seguir trabajando con las enseñanzas que nos legó. Su sabiduría, su compromiso y su amor al prójimo me permite rescatar dos enseñanzas del Obispo para compartir con usted”, agregó.

En su misiva a Sánchez Cerén, Cristina señaló además: “es para nosotros un verdadero honor que durante mi presidencia hayamos creado en la Casa Rosada, sede del Gobierno, la Galería de los Patriotas Latinoamericanos del Bicentenario donde se exhiben retratos de todos aquellos que lucharon por la Patria Grande. Ahí, junto a, entre otros, San Martín, Bolívar, Emiliano Zapata, Salvador Allende, Eloy Alfaro, Tupac Katarí, se encuentra el retrato de Romero”.

Misas y oraciones


La Iglesia argentina acompañó ayer con misas y oración la beatificación de Romero. El obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Lozano, destacó en la homilía el papel que jugó el papa Francisco para destrabar la causa de beatificación de Romero, por años paralizada en el Vaticano, y firmar el decreto que reconoce el martirio y declara que el arzobispo salvadoreño fue asesinado por odio a la fe.

Lozano destacó que la prédica de Romero fue siempre de cercanía a quienes se sentían “nada en la sociedad” y a favor de la paz, el diálogo y la justicia, además de condenar la violencia. “Romero señalaba y cuestionaba sin realizar una descripción aséptica de la realidad. Denunciaba con firmeza y claridad, sin lenguajes ambiguos o elípticos. Lo suyo no era la ‘equidistancia’ sino la cercanía con los más débiles, los vulnerables vulnerados, los pobres, los campesinos explotados y oprimidos”, sostuvo. (Télam-DyN)

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