Restos del París del siglo XIII yacían debajo de un súper

Restos del París del siglo XIII yacían debajo de un súper

Hallan 316 esqueletos en una fosa común. Aurelien Breeden / The New York Times.

EL PASADO EMERGE. Arqueólogos destacaron que este cementerio aportará información sobre los ciudadanos anónimos del París medieval. EL PASADO EMERGE. Arqueólogos destacaron que este cementerio aportará información sobre los ciudadanos anónimos del París medieval.
22 Mayo 2015
Después de pasar por los estantes de accesorios para el cabello en la planta baja del supermercado Monoprix, en la esquina de la Rue Réaumur y el Bulevar de Sébastopol, en el Second Arrondissement (segundo distrito), hay una puerta con un letrero que dice: “Solo personal”.

Hay que entrar por ese pasillo, dar vuelta a la izquierda, bajar por una escalera de caracol hasta llegar al sótano. Después de pasar por las tarimas de botellas de jugos y refrescos, se baja por otro tramo de escaleras y se encontrará un triste recordatorio de la historia de París: una fosa común, con hilera sobre hilera de esqueletos medievales, un total de 316.

Los arqueólogos creen que el descubrimiento, desenterrado en enero, es parte de un cementerio de un hospital de la Edad Media, el Hopital de la Trinité, que solía estar cerca de ahí. La fosa común, bajo tierra por mucho tiempo, es un recordatorio de que París sigue repleto de tesoros arqueológicos no descubiertos.

“Cada excavación es un acontecimiento, pero un cementerio es todavía mejor porque tienes a la mano a una población real”, explicó Boris Bove, un historiador y profesor en la Université Paris 8.

“La mayor parte del tiempo, solo te tropiezas con los edificios”, coinciden los miembros del equipo del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas o INRAP, que dirige la antropóloga y arqueóloga Isabelle Abadie.

“Esto fue una crisis de mortalidad, eso sí está claro”, notó, mientras señalaba las pilas de cajones de embalaje que contenían cientos de bolsas de plástico numeradas, cada una de ellas llena de huesos de color marrón debido al paso de los siglos.

Abadie y su equipo pasaron dos meses y medio excavando los restos de ocho tumbas que cubrían más de mil pies cuadrados, a veces, de hasta cinco personas de profundidad. En la fosa principal, había 175 cuerpos colocados en forma eficiente para que las cabezas quedaran alineadas con los pies. Los de las fosas más pequeñas estaban revueltos; quizá, señal de la prisa por enterrar a los muertos durante una epidemia que empeoraba.

Las pruebas del ADN patológico y de la datación por carbono podrían llevar meses; de modo que es muy pronto como para saber el origen de los cuerpos enterrados debajo de lo que hoy es un supermercado. “Podría haber sido la plaga, pudo haber sido alguna hambruna; pueden ser muchas cosas, pero no hay rastro de traumas; no se trata de muertes relacionadas a algún acto de violencia o a una guerra”, explicó.

Bove dijo que a París lo golpeó la plaga, como a gran parte del resto de Europa, durante la gran epidemia a finales de los 1340. “No habría sido improbable que la ciudad perdiera una tercera parte de su población”, notó.

Pierre Vallat, un subdirector regional del INRAP, comentó que se construyó el Hopital de la Trinité fuera de los límites de la ciudad, a principios del siglo XIII, y fue, en distintas épocas, refugio para los pobres y los peregrinos; sitio de enseñanzas religiosas; un centro de enfermedades infecciosas, e, incluso, una escuela.

Vallat y Abadie dijeron que el descubrimiento es el primer hospital en un contexto medieval que se excava en París. Poder estudiar los restos de quienes vivieron en la capital, no en las provincias distantes, podría producir información valiosa sobre las decisiones que tomaban quienes estaban en el poder .

Gran parte de lo que había en los cementerios medievales se transfirió a las catacumbas de París a finales del siglo XVIII, aunque es posible que algunos de los restos de este sitio de entierros pudieron haberse pasado por alto cuando se cerró el hospital durante la Revolución francesa, así como en 1812, cuando, por fin, se desmanteló y se cubrió el sitio con construcciones nuevas.

Félix Potin abrió una de las primeras tiendas modernas en París en 1860. Vendida la compañía en los años 90, ese local se convirtió en Monoprix. Dado que París ha estado continuamente ocupada desde la Edad Media, son pocos los lugares que se pueden excavar con facilidad. Las pocas excavaciones arqueológicas se inician cuando, por accidente, trabajadores de la construcción se topan con ruinas o restos, o cuando el INRAP llega a los sitios antes del comienzo de los trabajos para evitar que se ocasione algún daño potencial.

“Desde un punto de vista arqueológico, París casi parece un terreno sin explotar”, señaló Bove. Cuando la gerencia del Monoprix decidió renovar el sótano, los trabajadores se toparon con unos almacenes, y debajo de ellos, los esqueletos. A veces, desenterrar cosas es la única forma de revelar lo que no dejan ver los archivos. En los 1980, cuando se descubrieron muchas partes más antiguas del Louvre, durante la construcción de la pirámide de vidrio en el patio del palacio real, fue la primera vez en la que los arqueólogos pudieron ver el muro externo de la ciudad, que se levantó durante el reinado de Carlos V, en el siglo XIV.

“Originalmente, París se construyó alrededor del Sena, en suelo que podía inundarse”, comentó Didier Busson, arqueólogo que trabaja en el ayuntamiento. “Y cuando tienes que reconstruir con regularidad, comprimes el terreno que ya existe, lo cual va elevando el nivel del suelo poco a poco”.

En algunos sitios en la Ile de la Cité, notó Busson, “toda la historia de París se encuentra en un fragmento de tierra de seis metros”, a veces, apenas por debajo del local del supermercado.

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