Organizarse, la clave para terminar con el snackeo

Organizarse, la clave para terminar con el snackeo

El hábito de “picotear” alimentos poco sanos fuera del horario de las comidas principales aumenta: ocho de cada 10 argentinos lo hace.

“¡UPS! ME PICÓ EL APETITO”. Comer alimentos poco saludables fuera del horario de las cuatro comidas del día es un hábito muy extendido. elelmiszer.hu “¡UPS! ME PICÓ EL APETITO”. Comer alimentos poco saludables fuera del horario de las cuatro comidas del día es un hábito muy extendido. elelmiszer.hu
22 Mayo 2015
En un contexto actual de enfermedades crónicas y el aumento del consumo de nutrientes que comprometen la salud, Los investigadores han puesto el foco en algo que hasta ahora solía pasar más o menos inadvertido. Se trata del snacking, quinta comida o colación; son tres nombres para definir lo que comúnmente llamamos “picotear entre comidas”. Ese hábito fue analizado por investigadores del Centro de Estudios sobre Nutrición Infantil (Cesni).

La encuesta de esta institución (cuyos autores fueron la licenciada en Nutrición María Elisa Zapata, Alicia Rovirosa y Esteban Carmuega) fue realizada a unas 1.363 personas de entre 3 y 69 años en las ciudades más grandes del país: Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Gran Buenos Aires, Córdoba, Rosario, Mendoza, San Miguel de Tucumán, La Plata, Mar del Plata, Salta, Resistencia, Corrientes y Posadas. El resultado, a grandes rasgos, fue el siguiente: ocho de cada diez ingieren habitualmente una quinta comida, sólo el 30% incorpora alimentos saludables y el snacking puede disminuir la calidad de la dieta si se seleccionan alimentos de baja calidad nutricional.

Por otra parte, una tercera parte de la población opta regularmente por snacks saludables que contienen menos calorías, sal, grasas y azúcar agregado y que son ricos en nutrientes esenciales. Entre ellos se destacan las frutas, la leche, el yogur y otros alimentos de buena calidad nutricional.

También se reveló que la prevalencia de snackeo y su frecuencia diaria observada es similar en todos los grupos etarios, pero que los valores son discretamente superiores en los niños preescolares; la tarde (82%) y la mañana (70,4%) son los momentos del día en los que se produce con mayor frecuencia el snackeo.

El Cesni publicó además que los alimentos más consumidos fueron bebidas e infusiones con azúcar (19%), frutas (17%), panificados y galletitas (14%), bebidas e infusiones sin azúcar (13%), yogur (9%) y azúcares, dulces, golosinas y postres (9%).

“El snackeo (del término en ingles snacking) se puede definir como cualquier comida fuera de las aceptadas culturalmente como comidas principales. El hábito de snackeo está aumentando a nivel mundial, pero se conoce muy poco acerca del tipo de alimentos consumidos y su aporte nutricional en la población Argentina. En general, estos consumos son episodios no provocados por el hambre, sino que responden en cambio a un estímulo externo no fisiológico”, describe el Cesni en su sitio web oficial (www.cesni.org.ar).

Un listado saludable

La licenciada en Nutrición tucumana Lucía Vallejo Trejo recomienda que, para “combatir” este snackeo poco saludable, es importante -por un lado- conocer el perfil nutricional de los alimentos que se eligen; y por el otro, aprender a organizar nuestra alimentación para prever qué se va a consumir en cada comida del día.

En cuanto a la selección de los alimentos -indica la nutricionista tucumana- es recomendable aquellos que aportan proteínas, calcio, fibras, frutas, verduras y frutas secas. También es clave limitar el consumo de sodio, grasas saturadas y azúcares. Por el contrario, incorporar yogur descremado con granola, mix de semillas o frutas frescas; galletas con alto contenido en fibras y bajo contenido en grasa, azucares y sodio; ensalada de frutas de estación; sandwich con pan multicereales relleno con queso o ricota descremada y verduras; y bebidas o infusiones sin azúcar.

“La adquisición de conocimientos en nutrición, sin organización y actitud para realizar el cambio, impiden a la persona trascender de un patrón de snackeo menos saludable a uno saludable. Una herramienta de concientización es tener un listado de los snacks saludables en la agenda o en algún lugar visible, y realizar la compra de alimentos en el supermercado en función a este listado. En lo que respecta a los niños y a los adolescentes es fundamental que los padres eduquen con el ejemplo. Lo ideal es también que las instituciones educativas acompañen en este proceso a través del quiosco saludable, charlas y/o talleres de nutrición, cartelería diseñada para tal fin, incorporar la temática a los contenidos curriculares”, recomendó la profesional.

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