El estigma “narco” persigue a comerciantes en Orán

El estigma “narco” persigue a comerciantes en Orán

El juez federal de Orán, Raúl Reynoso, dijo que la AFIP aportó pruebas a la causa que confirmarían una maniobra de evasión impositiva.

20 Mayo 2015
Las cinco carnicerías instaladas en Orán que fueron clausuradas la semana pasada luego de ser allanadas por orden de Raúl Reynoso, juez federal de esa localidad salteña, reabrieron el lunes luego de haber permanecido tres días cerradas.

A pesar de esto, el magistrado confirmó ese mismo día a LA GACETA que ratificó la clausura dispuesta por la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP). “Después de los allanamientos que hicimos en distintas provincias la AFIP solicitó que se realicen otros cinco allanamientos acá, en Orán. Esos locales comerciales pertenecen a la cadena La Carlota (franquicia que no tiene vinculación con la cadena de carnicerías instalada en Tucumán que tiene el mismo nombre) y a otras firmas que aparecen relacionadas con esta red. A esos locales los clausuró la AFIP y nosotros teníamos que confirmar o rectificar esa medida y, de acuerdo con las pruebas que hemos visto, correspondía confirmar la clausura por evasión”, puntualizó Reynoso.

Esta orden se haría efectiva en los próximos días pero, mientras tanto, los comerciantes abrieron para mitigar pérdidas. “¿Qué lavado de dinero puedo tener acá? Saco para pagarles a los dos empleados que tengo, para lo mío y ahí nomás”, se quejó Daniel Cardozo, dueño de Supercarnes K.

El comerciante señaló que adquirió esa carnicería hace unos seis meses y que aún no cambió la relación social porque no tenía dinero para hacerlo.

En cuanto a su vínculo con Iván Cabeza, principal imputado en la causa por narcolavado que investiga Reynoso, dijo que era uno de los proveedores a los que les compraba carne. “Lo conozco de vista porque cuando pasaba por acá siempre saludaba pero no tengo relación con él. Esto me perjudica porque en esta actividad se trabaja en el día. Los que ordenaron el allanamiento, como no tengo nada que ver, no me van a devolver los $ 300.000 que perdí”, remarcó.

En Orán, a pesar de sus divergencias, los comerciantes entrevistados por LA GACETA coincidieron en que Cabeza llegó a esa ciudad hace unos ocho años. Y que tuvo un próspero y sostenido crecimiento económico que le permitió mudarse -hace poco más de dos años- a un exclusivo country en la capital de Salta, donde fue detenido por Gendarmería.

Al referirse a cómo logró ese crecimiento patrimonial, algunos no dudan en vincularlo con el narcotráfico. Pero otros sostienen que todo comerciante próspero en Orán es estigmatizado con el tráfico de drogas. Por otra parte dijeron que Cabeza hacía donaciones a comedores o que, en su defecto, les hacia rebajas en el precio.

Los empleados de La Carlota no respondieron las preguntas formuladas por este diario. Sólo una mujer, que dijo ser familiar de José Luis Toledo, uno de imputados detenido cuando allanaron las carnicerías, señaló: “no dejaron ningún documento que explique por qué lo detuvieron. Él le compra carne a Iván Cabeza. Sólo por eso lo detuvieron. Porque dicen que está ligado al narcotráfico pero no encontraron droga”.

Fuentes judiciales habían informado que las carnicerías eran utilizadas como “pantalla” para cubrir la venta de estupefacientes.

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