Una colección de crónicas que exploran la tucumanidad

- Yo no tengo teléfono. No quiero hablar con nadie y no quiero que nadie me hable. La gente está muy pelotuda. No te cuenta nada interesante, no te dicen nada, andan con miedo. Se toman la vida muy a pecho. ¿Y qué es la vida? Decime vos. ¿Qué es?

- No sé, Horacio. ¿Qué es?

- Nada es la vida.

El fragmento está elegido casi al azar. Forma parte de “La caída de un crack”, texto de Diego Jemio sobre el ex futbolista Carlos Horacio Salinas que alcanzó repercusión internacional. Así es “Crónicas de acá”, una colección de historias salpicadas de pequeños diálogos, imágenes y viñetas verbales que van estructurando el edificio de cada personaje. Con esa certeza nació la revista digital Tucumán Zeta, decidida a aportar su enfoque ultralocal de la realidad por medio de un género que -al decir de Pedro Noli- llevan en la piel.

Noli es uno de los fundadores de Tucumán Zeta; y “Crónicas de acá” se titula el libro en el que 21 de las crónicas publicadas en la web llegaron al papel. Exequiel Svetliza y Bruno Cirnigliaro son sus compañeros de ruta; periodistas, cronistas y editores, todo a la vez. A ese colectivo pertenecen también los fotógrafos Diego Aráoz -responsable de elegir las imágenes incluidas en el volumen- y Florencia Zurita.

“Hay un acto de militancia hacia el género en lo que hacemos -sostiene Noli-. Nos pusimos la camiseta de la crónica desde un principio y hemos visto las ventajas que ofrece para contar de manera muy diferente lo que los medios muestran”. A los tiempos de Twitter y sus tiránicos 140 carácteres Tucumán Zeta le opuso textos de 5.000 palabras.

La revista hizo pie en un universo que propone mucha paja y escaso trigo. “Esa superpoblación de páginas web que va a las noticias basura...”, apunta Svelitza, un entusiasta de los fenómenos populares que escribió su visión del carnaval de Ranchillos: “Donde el diablo baila cumbia”. “Los medios se alejan de la mirada humana de los personajes y esa es la mirada en la que nosotros nos adentramos -añade Svetliza-. Ese es nuestro aporte”.

A la crónica latinoamericana, riquísima, le faltaba inserción en la provincia. Tucumán Zeta asumió la ocupación de ese espacio con la misión de contar lo que pasa a la vuelta de casa; de alentar la identificación de los lectores con los personajes. A la agenda propia sólo la alteran hechos tan relevantes como fueron los saqueos de diciembre de 2013. Dos de esos textos se leen en “Crónicas de acá”.

Desde la tapa del libro, Tapalín desanda los adoquines de barrio Sur. El payaso es protagonista de una de las crónicas, integrante de una galería que mezcla famosos y anónimos. Junto a Noli, a Svetliza y a Cirnigliaro escriben ocho cronistas invitados: Alfredo Aráoz, Juan Pablo Durán, Charly Frías, Jemio, Félix Mothe, Luis María Ruiz, Juan Pablo Sosa y Miguel Velárdez. Esa apertura fue conformando un equipo de trabajo al que los editores definen como una familia, que fue creciendo y llegó al grado de madurez necesario como para firmar un libro. También participan los fotógrafos Martha Isabel Calle, Ina Casanova y Charly Corrado, y dos ilustradores: Julio Augier y Sejo. La financiación de “Crónicas de acá” corrió por cuenta de la Asociación de Prensa.

“Casi sin darnos cuenta, mientras escribíamos en la web estábamos haciendo el libro -apunta Cirnigliaro-. Hasta que llegó el momento en que dijimos: ya tenemos un material digno en cantidad y en calidad”. Así tomó forma “Crónicas de acá”. El resto lo hicieron Tarrín, Adrián Pasteris, Gerardo Epelbaum y cada personaje cuya historia conmovió a los editores. Lo maravilloso y desafiante fue contarlo.