El gobierno iraquí busca recuperar la ciudad tomada por los yihadistas

El gobierno iraquí busca recuperar la ciudad tomada por los yihadistas

La caída de Ramadi, un golpe para la alianza.

19 Mayo 2015
BAGDAD.- Carros de combate, vehículos blindados y milicianos chiitas fueron enviados desesperadamente a Ramadi con el objetivo de recuperar el control de esta ciudad iraquí que el domingo cayó en manos del grupo islamista radical Estado Islámico de Irak y Siria (ISIS). El Ministerio de Defensa iraquí informó que todo este despliegue militar tomo posición en la base militar de Al Habaniya, 40 kilómetros al este de Ramadi y que tanto las fuerzas de seguridad como la milicia chiita Multitud Popular “esta lista para liberar esta ciudad del yugo yihadista”. Los refuerzos están apostados en la zona de Al Jalediya, 30 kilómetros al Este de Ramadi, y Al Karma, a 60 kilómetros de esa ciudad.

La caída de Ramadi, asediada desde hacía varios días por el grupo yihadista abre un nuevo frente en la lucha con el grupo y llevó a las tribus sunnitas a aceptar la participación en la futura ofensiva de los milicianos chiitas.

El ISIS liberó a decenas de sus simpatizantes de una cárcel militar tras la toma de la ciudad y los milicianos consiguieron apoderarse de una gran cantidad de armas, tanques y otros vehículos que las tropas abandonaron durante la retirada. El primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, quien también es el jefe de las Fuerzas Armadas, ordenó al Ejército, a la Multitud Popular y a los voluntarios tribales que se preparen para una contraofensiva sobre esa ciudad.

La ocupación de Ramadi por los yihadistas constituye un duro revés para el Gobierno iraquí, que anunció después de la liberación de Saladino que su siguiente objetivo era la expulsión de los combatientes del ISIS de las regiones Al Anbar y luego de Nínive.

Desde fines de 2013, miles de combatientes yihadistas sorprendieron al mundo con una exitosa campaña militar que les permitió conquistar una ciudad tras otra en el Oeste y el Norte de Irak, hasta controlar más de un cuarto del territorio, mientras lo mismo se sucedió en la vecina Siria. El éxito en Irak se debió entre otros factores a que el grupo terrorista consiguió el apoyo de muchas de las milicias tribales sunnitas, especialmente en el Oeste del país, donde se encuentra Ramadi y donde la mayoría de esa etnia sufre la discriminación y la represión de los sucesivos gobiernos de mayoría chiita, productos de la invasión y la posterior ocupación estadounidense. Además de contar con el apoyo de Washington, estos gobiernos nacionales de mayoría chiita tienen el explícito apoyo de la República Islámica de Irán, una teocracia chiita.

Pese a que los bombardeos de la coalición dirigida por Washington continuaron golpeando la zona, los ataques del ISIS se multiplicaron. Se estima que unas 500 personas murieron en Ramadi y miles siguen abandonando sus hogares y abarrotando las rutas que conectan esa ciudad con Bagdad. (Télam)

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