La marginalidad del cuerpo

La marginalidad del cuerpo

la novela ganadora del Premio Fondo Nacional de las Artes

La marginalidad del cuerpo
17 Mayo 2015
NOVELA
La fauna divina
BERNARDA PAGÉS(Interzona - Buenos Aires)

“¿Qué somos? ¿Un error de Dios, una burla del diablo que metió la cola para mostrarle al supremo la imperfección de su universo o una obstinación del hombre que, empecinado en esconder su vulnerabilidad busca y rebusca en la ciencia el misterio de la eternidad? se pregunta Perla la protagonista de La Fauna divina, la novela que ganó el primer premio de Literatura del Fondo Nacional de las Artes.

Esta es la historia de Perla, una mujer víctima de la talidomida, una droga que se suministraba en la década del 50 a las embarazadas y causaba malformaciones en los fetos. Su infancia en el pueblo de Diamante es un laberinto de espejos distorsionados que exhibe su deformidad hasta que Perla decide refugiarse en un Cotolengo. Aislada del mundo exterior busca cambiar el destino que le auguraron a través de la religión. Como una suerte de muestrario de deformidades cada integrante de ese lugar es una clave para que descubra lo que su cuerpo no le deja ver. Si bien podría pensarse que es una historia de sufrimiento, piedad y redención a través de la fe, Dios como respuesta a los males terrenales, por el contrario la mirada de Perla es tan cínica como incorrecta, increpa a Dios por los errores de su creación, se cuestiona su existencia y la de los otros. Al mismo tiempo deja ver un espíritu en constante contradicción que se mueve en peripecias para ser monja o conseguir el amor de un hombre. Hay una esperanza por dar a su vida un sentido más allá de ese cuerpo que la hace entrañable. Y es en ese juego de contrastes donde aparece un humor irónico que a pesar de ponerse por momentos circense, termina por derribar los lugares comunes.

Es cierto que, como las figuras de Francis Bacon, la historia de Perla deja al descubierto el horror. Así abre la reflexión sobre la belleza de las formas hasta atravesar la frontera más incómoda. Tal vez su valentía radique en poner la deformidad en primer plano, sin contemplaciones, como espejo de una sociedad cada vez más preocupada por las apariencias.

© LA GACETA

VERÓNICA VOIX

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