16 Mayo 2015
El movimiento comercial de un drugstore depende, entre otros factores, de la ubicación. Para ello, es esencial que la zona en la que se instale el local tenga un tránsito fluido de personas que puedan convertirse en potenciales clientes. Propietarios de comercios del rubro, que dialogaron con LA GACETA, explicaron que esta condición responde a que los clientes de un drugstore trabajan cerca o están de paso, y entran al local para comprar un producto específico. Por lo tanto, el objetivo de este negocio es concretar, durante la jornada laboral, muchas ventas de montos bajos.
Entre los aspectos que se deben tener en cuenta para iniciarse en el rubro figuran la inversión inicial para adquirir la mercadería, los gastos impositivos y de alquiler del local, y los costos para mantener empleados, en caso de tenerlos. Los propietarios entrevistados coincidieron en que la inversión inicial para comprar la mercadería ronda los $ 50.000, y que los artículos que no pueden faltar son los cigarrillos, las bebidas, los sandwiches fríos y las galletitas.
Además, remarcaron que, durante los primeros seis meses, el negocio no genera ganancias suficientes como para cubrir los gastos iniciales. “Esto tardará unos meses, hasta que el público conozca el negocio. En mi caso estuvo cuatro meses hasta empezar a ganar. Por esto, es recomendable tener otro ingreso hasta que el negocio empiece a andar”, explicó Guillermo Díaz, propietario de un drugstore en Barrio Sur.
Por su parte, Sergio Brizuela, dueño de un local del rubro en la avenida Avellaneda al 500, explicó que una de las claves para garantizar un movimiento más o menos constante de público es que el comercio esté ubicado cerca de edificios, de empresas, de paradas de ómnibus, de escuelas, de hospitales o de universidades. “Esto genera la oportunidad de que, en algún momento, las personas que están cerca del negocio se conviertan en clientes”, sostuvo. Además, el comerciante manifestó que otro de los propósitos del drugstore es captar aquellos compradores que están de paso. “Por eso también es importante que el local esté sobre una calle o sobre una avenida que tenga movimiento de autos y de colectivos”, agregó.
Otro de los aspectos que mencionaron los comerciantes es el surtido de mercadería y de servicios. En este aspecto, indicaron que, además de ofrecer cigarrillos, bebidas, y sandwiches fríos, los drugstores pueden incorporar, por ejemplo, el servicio de fotocopiado. Si el local está cerca de una escuela o de una universidad, poner una fotocopiadora puede generar una demanda adicional. En este caso, la opción es alquilar la máquina que, en promedio, cuesta entre $ 500 y $ 700. Otra alternativa, muy común entre los drugstores tucumanos, es vender panchuques. Según los empresarios consultados, este servicio ayuda a impulsar las ventas. “Es muy propio de Tucumán. En general, si se ofrece, el público compra panchuques”, subrayó Julio Segura, empleado de un comercio de la capital tucumana. En el mercado local, una plancha para hacer panchuques cuesta, en promedio, entre $ 1.300 y $ 2.000.
Alquileres: los precios varían según la ubicación
Los propietarios de drugstores afirmaron que cuanto más céntrica es la ubicación, mayores son las posibilidades de sumar clientes. Sin embargo, cuanto más céntrico, más caro es el alquiler. Fernando Guzmán, titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán, precisó que por un local amplio, de unos 60 metros cuadrados, en Córdoba al 600, se paga, unos $ 15.000. Uno similar, en Barrio Sur, sale $ 8.000. En ambos casos, la actualización es del 15% semestral. En el microcentro, los alquileres suben a entre $ 20.000 y $ 50.000 mensuales.
Horarios: los drugstores atienden hasta tarde
El horario de atención es otra de las claves. Cuantas más horas se trabaja, mayores son los ingresos. En general, los drugstores abren de 7 a 1 de la madrugada. Pero hay algunos, en el microcentro de la capital, y otros en las afueras de la ciudad, que abren las 24 horas. “En algún momento, mi local funcionó todo el día. Pero, cuando comenzó a bajar el consumo, hace dos años, decidí atender hasta la 1, peque no podía pagarles a los empleados”, relató Sergio Brizuela. Además, el comerciante advirtió que es peligroso atender las 24 horas a causa de la inseguridad.
Consumo: el efectivo es el único medio de pago
Los propietarios de drugstores, al igual que para los comerciantes de otros rubros, perciben que la demanda del público se mantiene contraída desde hace dos años. Esto los afecta porque los clientes pagan sus consumos con dinero en efectivo. “En los drugstores se hacen compras de dos o tres productos. Por esta razón, la baja de la demanda se siente más, porque no podemos cobrar con tarjetas”, explicó Guillermo Díaz. En este sentido, remarcó que la estrategia es incorporar servicios que apuntalen la caída, como regalería, cabinas telefónicas o fotocopiadora.
Impuestos: fuertes críticas a la presión fiscal
Los comerciantes entrevistados subrayaron que para sostener sus locales deben afrontar una numerosos impuestos, entre los que sobresalen, las cargas sociales de los empleados, el Monotributo e Ingresos Brutos. El comerciante, Roberto Breslauer, aseguró que la presión impositiva afecta la rentabilidad de los locales, en un contexto en el que el nivel de ventas no recupera el ritmo de años anteriores. “El consumo se mantiene estancado. Pero los costos subieron. A esto se suma la tremenda presión fiscal, que afecta a los negocios que están en regla”, analizó Breslauer.
Entre los aspectos que se deben tener en cuenta para iniciarse en el rubro figuran la inversión inicial para adquirir la mercadería, los gastos impositivos y de alquiler del local, y los costos para mantener empleados, en caso de tenerlos. Los propietarios entrevistados coincidieron en que la inversión inicial para comprar la mercadería ronda los $ 50.000, y que los artículos que no pueden faltar son los cigarrillos, las bebidas, los sandwiches fríos y las galletitas.
Además, remarcaron que, durante los primeros seis meses, el negocio no genera ganancias suficientes como para cubrir los gastos iniciales. “Esto tardará unos meses, hasta que el público conozca el negocio. En mi caso estuvo cuatro meses hasta empezar a ganar. Por esto, es recomendable tener otro ingreso hasta que el negocio empiece a andar”, explicó Guillermo Díaz, propietario de un drugstore en Barrio Sur.
Por su parte, Sergio Brizuela, dueño de un local del rubro en la avenida Avellaneda al 500, explicó que una de las claves para garantizar un movimiento más o menos constante de público es que el comercio esté ubicado cerca de edificios, de empresas, de paradas de ómnibus, de escuelas, de hospitales o de universidades. “Esto genera la oportunidad de que, en algún momento, las personas que están cerca del negocio se conviertan en clientes”, sostuvo. Además, el comerciante manifestó que otro de los propósitos del drugstore es captar aquellos compradores que están de paso. “Por eso también es importante que el local esté sobre una calle o sobre una avenida que tenga movimiento de autos y de colectivos”, agregó.
Otro de los aspectos que mencionaron los comerciantes es el surtido de mercadería y de servicios. En este aspecto, indicaron que, además de ofrecer cigarrillos, bebidas, y sandwiches fríos, los drugstores pueden incorporar, por ejemplo, el servicio de fotocopiado. Si el local está cerca de una escuela o de una universidad, poner una fotocopiadora puede generar una demanda adicional. En este caso, la opción es alquilar la máquina que, en promedio, cuesta entre $ 500 y $ 700. Otra alternativa, muy común entre los drugstores tucumanos, es vender panchuques. Según los empresarios consultados, este servicio ayuda a impulsar las ventas. “Es muy propio de Tucumán. En general, si se ofrece, el público compra panchuques”, subrayó Julio Segura, empleado de un comercio de la capital tucumana. En el mercado local, una plancha para hacer panchuques cuesta, en promedio, entre $ 1.300 y $ 2.000.
Alquileres: los precios varían según la ubicación
Los propietarios de drugstores afirmaron que cuanto más céntrica es la ubicación, mayores son las posibilidades de sumar clientes. Sin embargo, cuanto más céntrico, más caro es el alquiler. Fernando Guzmán, titular del Colegio de Corredores Inmobiliarios de Tucumán, precisó que por un local amplio, de unos 60 metros cuadrados, en Córdoba al 600, se paga, unos $ 15.000. Uno similar, en Barrio Sur, sale $ 8.000. En ambos casos, la actualización es del 15% semestral. En el microcentro, los alquileres suben a entre $ 20.000 y $ 50.000 mensuales.
Horarios: los drugstores atienden hasta tarde
El horario de atención es otra de las claves. Cuantas más horas se trabaja, mayores son los ingresos. En general, los drugstores abren de 7 a 1 de la madrugada. Pero hay algunos, en el microcentro de la capital, y otros en las afueras de la ciudad, que abren las 24 horas. “En algún momento, mi local funcionó todo el día. Pero, cuando comenzó a bajar el consumo, hace dos años, decidí atender hasta la 1, peque no podía pagarles a los empleados”, relató Sergio Brizuela. Además, el comerciante advirtió que es peligroso atender las 24 horas a causa de la inseguridad.
Consumo: el efectivo es el único medio de pago
Los propietarios de drugstores, al igual que para los comerciantes de otros rubros, perciben que la demanda del público se mantiene contraída desde hace dos años. Esto los afecta porque los clientes pagan sus consumos con dinero en efectivo. “En los drugstores se hacen compras de dos o tres productos. Por esta razón, la baja de la demanda se siente más, porque no podemos cobrar con tarjetas”, explicó Guillermo Díaz. En este sentido, remarcó que la estrategia es incorporar servicios que apuntalen la caída, como regalería, cabinas telefónicas o fotocopiadora.
Impuestos: fuertes críticas a la presión fiscal
Los comerciantes entrevistados subrayaron que para sostener sus locales deben afrontar una numerosos impuestos, entre los que sobresalen, las cargas sociales de los empleados, el Monotributo e Ingresos Brutos. El comerciante, Roberto Breslauer, aseguró que la presión impositiva afecta la rentabilidad de los locales, en un contexto en el que el nivel de ventas no recupera el ritmo de años anteriores. “El consumo se mantiene estancado. Pero los costos subieron. A esto se suma la tremenda presión fiscal, que afecta a los negocios que están en regla”, analizó Breslauer.
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