Concepción se levanta

Concepción se levanta

Sebastián Rosso | Archivo LA GACETA.

Concepción se levanta
09 Mayo 2015
La ciudad de Concepción es la segunda en importancia de la provincia y cuenta hoy con 50.000 habitantes. Hace un siglo y medio apenas existían rastros de ella. De la historia que cuenta Hilda Zerda de Caínzo en “Ciudades y pueblos de Tucumán” extraemos gran parte de los datos que publicamos en esta nota.

Desde fines del siglo XVI se conoció toda la zona al sur del río Gastona como La Ramada siendo asiento de una encomienda de indios que se transformó en caserío.

En medio de las guerras civiles, hacia 1840, se construyó un oratorio para la imagen de una virgen que según una versión, había aparecido, como por milagro, en la orilla del río Gastona; y según otra, la habían traído unos soldados desertores del ejército de Facundo Quiroga. Pocos años después se empezó a llamar La Concepción al lugar donde se veneraba la imagen y a fines de la década siguiente, el cura Carlos Juangorena, a cargo de las capillas de la zona, levantó una iglesia modesta sobre el altar.

La ubicación era óptima y con lentitud campesina se fue formando un poblado alrededor de aquella iglesia. Aunque a la sombra del pueblo de Medinas, más antiguo y poblado, se vivía de abastecer a los viajeros que transitaban entre las catamarqueñas Andalgalá y Belén y los poblados tucumanos. Con el tiempo cobró también fuerza el cultivo de tabaco y arroz, mientras el nombre de La Ramada era dejado de lado.

La modernización

La suerte iba a cambiar rápidamente durante el último cuarto de siglo XIX. En 1882 se crea, en su margen sur, el ingenio La Corona y años después se construye una línea férrea del FCCNOA cuya traza principal pasa por Concepción. En pocas décadas su actividad comercial y su población se expanden y diversifican. Todo se acelera. Se enriquecen sus comerciantes, llegan nuevos pobladores, llegan vendedores y profesionales. Criollos, italianos, sirios, libaneses, rusos, turcos, españoles. Con el ingenio, llegan ingleses y daneses.

El plano que realizara el Departamento Topográfico, en 1889, donde apenas figuran loteadas una decena de manzanas alrededor de la plaza principal, debe haber quedado obsoleto en poco tiempo.

El nuevo siglo

Con el cambio de siglo hay escuelas y biblioteca, se forma el Club Cosmopolita y el Tiro General Belgrano. El Banco de la Provincia se instala en 1909, con la mandato de “escoger pueblos que además de reunir mayor cantidad de habitantes, fueran foco de zonas agrícolas, preferentemente cañeras.”

La modernización es implacable y como un ventarrón “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Los nombres y las familias cambian, todo se moviliza con otros ritmos. Marshall Berman, lo dice también de una forma, que parece ser la voz de quienes tomaban trenes y compraban máquinas: “ser modernos es encontrarnos en un entorno que nos promete aventuras, poder, alegría, crecimiento, transformación de nosotros y del mundo y que, al mismo tiempo, amenaza con destruir todo lo que tenemos, todo lo que sabemos y todo lo que somos”

La foto


En 1907, el cura Máximo Brüser había comenzado la construcción de la actual iglesia, al lado de la derruida obra del siglo anterior. Este edificio se terminaría recién en 1911.

De pocos años después, tiene que ser la fotografía que presentamos arriba. Fue publicada en el “Álbum del Centenario” en 1916, y por su punto de vista tiene que haber sido tomada desde la torre de la nueva iglesia. Se puede ver la plaza Mitre con el infaltable quiosco de música en su centro, se ve también una o dos pequeñas fuentes detrás.

El pueblo es bajo, no hay nadie, está todo arreglado. Parece la siesta. Detrás, limitada por los árboles todavía pequeños de la plaza, aparece lo que hoy es la calle 9 de Julio, donde se encuentra la comisaría. En la parte baja, delante del quiosco, ese prisma gris oscuro, es el pedestal vacío donde poco después se pararía la estatua de la libertad, iluminando la vida cívica del Concepción moderno.

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