Lo último de Black, o de Banville, según corresponda

Lo último de Black, o de Banville, según corresponda

Thriller, novela psicológica, retrato social y análisis del poder

10 Mayo 2015

POLICIAL

ÓRDENES SAGRADAS

BENJAMÍN BLACK / JOHN BANVILLE

(Alfaguara - Buenos Aires) 

Un cuerpo muerto aparece en un canal. Provistos de linternas y cuerdas, los policías lo sacan lentamente. El pelo rojo está cargado de agua. Las heridas y los golpes pululan en la piel. Pronto descubren la identidad del cadáver. Es el joven y valiente periodista Jimmy Minor. Jimmy trabajó en el periódico Clarion y fue amigo de Phoebe, la hija del patólogo Quirke.

Como en las otras entregas, Benjamin Black apela a Hackett y a Quirke como investigadores. Cuando ambos visitan un hogar religioso siguiendo la pista de un cura abusador, Quirke se desmaya y empieza su periplo de penumbra y desasosiego. Quirke vive, literalmente, una especie de extraño desmoronamiento.

A diferencia de las novelas anteriores, Órdenes sagradas tiene como centro no sólo la resolución del caso sino, y sobre todo, la descripción minuciosa del estado mental del forense Quirke. El médico tiene alucinaciones y siente su vida en estado de demolición. Quirke ha tenido una vida dura. Ha pasado parte de su infancia en un hogar religioso, ha sufrido abusos de parte de los curas, ha visto la corrupción y la miseria en Carricklea, el hogar religioso. Y la cruel muerte de Jimmy Minor le trae recuerdos siniestros.

Phoebe, la hija de Quirke, se involucra impensadamente en el caso. Un día, mientras camina despreocupadamente, es perseguida por una mujer desconocida. Se trata de Sally, la hermana de Jimmy. Ella ha vuelto de Inglaterra al enterarse de la noticia. Sally era melliza de Jimmy y eso ha generado, en ambas, reacciones curiosas. Entre otros efectos del encuentro, Phoebe vive un acercamiento amoroso con Sally y el episodio emocional la obliga a repensar su noviazgo con David Sinclair, el ayudante de Quirke.

En medio de las crisis de Quirke y Phoebe, la pista lleva a los investigadores a un marginal pueblo de tinkers, un grupo de pobres nómadas que viven en carromatos juntando piezas oxidadas. En la primera ocasión, el tinker Packie no les dice nada. Pero Quirke no se queda quieto. Sabe que Packie los engaña. Solo, aquejado por los revoltosos fantasmas interiores, vuelve al pueblo y habla con la hermosa y sucia Molly, una de las mujeres de Packie. Ella le da las claves del crimen. De ese modo, Quirke anuda la desoladora vida de los tinkers con el oculto y siniestro poder de la iglesia.

Sally comete un acto de justicia. Y Phoebe se reencuentra con Quirke para descubrir que la desolación es un estado posible.

La más rara de la serie

Benjamín Black demuestra una vez más que es un hábil ejecutor de enigmas y también un prosista único e inolvidable. En Órdenes sagradas combina la peripecia, el enredo amoroso y el conflicto psíquico. Dotado de una lengua preciosista, Black/Banville escribe la pieza más rara y cuidada de la serie.

Órdenes sagradas es una mezcla de thriller y pausada novela psicológica, breve retrato social y sofisticado análisis de los círculos de poder. Aunque no se lo haya propuesto, el autor descubre que los vínculos entre los pobres y los poderosos son posibles y que la perversión y el amor solidario pueden convivir en una sola persona. Con el ritmo justo, con la lengua suelta que enreda las situaciones y los adjetivos, con la descripción minuciosa y melancólica, con el retrato de un patólogo en descomposición, Black arma un retablo de época y una antropología cuidada y hermosa de un patólogo ciertamente cínico y ciertamente hedonista. Sin embargo, la novela no es un mero juego esteticista. Propone una mirada descarnada y aguda sobre las cosas y sobre los hombres.

© LA GACETA

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Fabián Soberón

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