Cartas de lectores
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08 Mayo 2015

“PERCANTA QUE ME AMURASTE”

Cuenta Héctor Ángel Benedetti que hacia 1915 el pianista Samuel Castriota integraba un trío en cuyo repertorio estaba “Lita”, un tango instrumental compuesto por Castriota. Entró en escena, entonces, Pascual Contursi, un poeta, cantor y guitarrero que tenía la inveterada costumbre de adaptar letras propias a músicas ajenas, con o sin el consentimiento de los compositores. El tango de Castriota se difundía con moderada respuesta en Montevideo, en el cabaret Moulin Rouge, en donde por aquella época andaba Contursi actuando en el lugar con derecho a pasar la queta (recolectar la propina del auditorio). Contursi conoció el tango y le puso unos versos que él mismo cantó. Este fue el primer tango que cantó Gardel y el primero que grabó, en 1917 (disco Odeón N° 18.010, lado B). El Zorzal había tenido que hacer de mediador entre Castriota y Contursi, ya que el pianista no quería saber nada con los versos que el poeta había titulado “Percanta que me amuraste”. Llegaron a un arreglo, y por sugerencia de Gardel se llamó de ahí en más “Mi noche triste”. El inmediato éxito del disco, cuya demanda sobrepasó con creces las expectativas de todos (compositor, autor, intérprete, editor), derivó en un reclamo de Contursi. En concepto de derechos, la casa Max Glücksmann, propietaria de los discos Odeón, pagaba diez centavos por cada placa vendida, de los que Castriota cobraba seis. Contursi consideró que la proporción era injusta; y aludiendo a las virtudes de su letra reclamó con tanto ardor un reparto equitativo que el pianista, harto ya, terminó gritándole: “¡Dígame...! ¿Usted se cree que ha escrito ‘La dama de las camelias’?”

Salvador Gallucci
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LA SAT EN RACO

El 6/5 fui testigo de otro acto irresponsable de la SAT, nuestra inconstante proveedora de tan vital elemento. A pocos metros de mi domicilio, en Raco, vi a un grupo de empleados, vestidos con ropa que lucía las siglas de esa empresa, obturando una pérdida de agua en el caño que alimenta a mi domicilio, utilizando un trozo de goma cortada de una vieja cámara de auto, tal como si subsanaran la rotura de una instalación clandestina o provisoria. Ante mi queja por ese accionar, recibí por respuesta de boca de ese personal, que debía hacer una nota y presentarme en las oficinas de la empresa, ya que a ellos no los provee de los materiales pertinentes para realizar un trabajo eficiente. A esta anomalía rayana en el “qué me importa”, le debo sumar a los cortes de suministro que sufrimos los vecinos durante todo el año, día por medio, desde hace más de un lustro y sin solución a la vista. Lo único que la SAT realiza con celo, es la facturación exorbitante, como si prestara un servicio óptimo. Vergonzoso.

Néstor Soria
Ruta 341, km 23,5
Raco-Tucumán

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YERBA BUENA

Comparto los conceptos de la carta del lector Daniel Mas (23/5). En este sentido, supongo que los concejales tendrán todos diferentes gustos y opiniones, no obstante, deberían copiar lo bueno y además, mejorarlo. Por qué no se toman unos días de licencia y viajan a Villa General Belgrano (Córdoba) y observarán que todo está hecho en madera y con muy buen gusto. Cartelería de locales en madera, garitas para varitas en madera, carteles de Vialidad, etcétera. A los varitas de Yerba Buena, cuando están sobre la calle, ni se los ve, y provocan aun más caos vehicular. Además hay que saber mover los brazos y las manos para que las señales sean claras, tanto para peatones como para transeúntes. A veces da la impresión de que son malabaristas, razón por la cual deberían tomar cursos. Mejoremos la ciudad y la refundemos entre todos como Villa Yerba Buena, y a los inadaptados de siempre que rompen cartelería y señales cuando salen de los boliches en estado de ebriedad o fumados, pónganles la pena de reponer lo dañado, ya sea ellos o sus padres. Si el humano no puede dirigir el tránsito, intenten nuevamente con los semáforos. Aprovechen ahora que es tiempo de elecciones, y hagan ya, no prometan. Los políticos prometen: “les voy a poner un puente en la ciudad”. Y el “pueblo” dice: “no tenemos río”, a lo que el político responde: “también les pondré un río”. No prometan imposibles y descabelladas ideas para sacar tajada de las obras.

Diego María García Santillán
[email protected]

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PROVERBIOS SICILIANOS

Laudable la carta del lector José Intilla (30/4), en la que de entrada nos dice que Sicilia “no es sinónimo de mafia, sino que es cultura, orden, justicia”. Su narración tocó algunos de mis genes italianos escondidos por ahí, y convencido de que los proverbios permiten acercarse un poquito al sentir de un pueblo, quisiera compartir unos pocos. Hace mucho me regalaron el librito “Proverbi siciliani”, impreso en 1995 en Palermo. Tiene unos 500 proverbios, traducidos al italiano. Va el primero. La pasión amorosa despertada por la belleza de las sicilianas está expresada con una picante metáfora: “L’occhiu di la siracusana fa nesciri la serpi di la tana” (sí, los ojos de las siracusanas hacen salir la serpiente de su guarida). Otro sobre las mujeres, cargado de humor: “Cu li donni mancu lu diavulu ci potti” (si lo sabremos, con las mujeres no puede... ¡ni siquiera el diablo!) Este, que debe ser muy antiguo, es profundamente filosófico en su remate: “Tri sunni li potenti: ‘u papa, ‘u re e cu nun havi nenti” (tres son los poderosos: el papa, el rey y aquel que nada tiene)”. Otro hace pensar sabiamente sobre la exagerada acumulación de riquezas: “Mentri cunti l’oru, lu tempu si nni va” (mientras cuentas el oro, el tiempo se va). Sobre los celos hay dos juntos que no tienen desperdicio. El primero, dicho sea con humor, tiene en su brevedad un cierto gustito “psicoanalítico”. Véase si no: “La gilusia è camula di l’amuri” (los celos son la polilla del amor). El segundo, sobre los celosos, es contundente en su predicción y, por suerte, no necesita traducción: “Lu gilusu mori cornutu”. Para el vino (un moscato siempre viene bien) está este con tres verdades dichas con rima: “Carni fa carni, pani fa panza, vinu fa danza” (la carne hace carne, el pan hace panza, el vino hace bailar). Y hay uno piadoso para con los ebrios: “Mbriachi e picciridi, Diu l’aiuta” (a los borrachos y a los niños, Dios los ayuda (a mantenerse en pie)”. Para el final de este repaso, y ya que el señor Intilla nos reflotó las ganas de conocer “la terra del sole”, va este breve: “Cu’voli puisia vegna’n Sicilia”. Así nomás es: quien busque poesía... vaya a conocer Sicilia. También las canciones tradicionales nos transmiten algo sobre un pueblo, un “algo” difícil de expresar con palabras. Para el caso, se me ocurre mencionar una declaración del cantautor Domenico Modugno, nacido en un pequeño pueblo costero del sur de Italia. Cuando joven se instaló en Roma y costeó sus estudios actorales cantando en siciliano en locales nocturnos y, a veces, en la calle. Aparte de haber difundido “Vitti ‘na crozza”, compuso canciones en siciliano, en puglisano y en napolitano. Y bien. Con su larga experiencia en tantos escenarios, Modugno expresó: “La pasión con que un intérprete encara una obra es casi tan importante como la obra misma. Es el canal conductor. Muchas canciones mías, en dialectos regionales, conmovían a personas que no entendían una sola palabra”. Sí, algo comunican las canciones.

José E. Santillán
Lizondo Borda 1.137
San Miguel de Tucumán


LA POBREZA

Las últimas cifras estadísticas, si bien indican aumentos en la producción de empleos y disminución de los índices de desempleo y subocupación, también nos muestran que el problema de la pobreza sigue vigente y actual. Existe una relación directa entre ética, pobreza y salud. Lo he venido afirmando los últimos años, desde que introduje el tema pobreza en el campo de la bioética social, como uno de los problemas más acuciantes de esta disciplina, porque de este podíamos hacer derivar muchos otros que hoy aquejan a la salud actual, tales como la valoración moral del paciente, la inequidad en la atención de la salud, el pauperismo y las muertes innecesarias. La pobreza en la Argentina es, en estos días, de alrededor del 25,1% de la población y el índice de indigencia del 5,6%. La ciencia actual puede interferir el genoma y crear procedimientos para variar la pesada carga genética de la enfermedad humana, crear nuevas alternativas celulares mediante la clonación asociada a otros procedimientos, curar en muchos casos el cáncer mediante cirugía, radio, inmuno y quimioterapia, manipular el comienzo de la vida y la concepción y, en fin, modificar los límites de la vida y la muerte que hasta no hace mucho creíamos fijos y predeterminados. Pero, y he aquí el quid de la cuestión, ¿cuántos de estos avances están al alcance de los pobres? La respuesta es pocos o ninguno. Y ello hace que la medicina de comienzos del siglo XXI sea una ciencia de gigantes tecnológicos a la vez que de enanos éticos. Debido a ello, la medicina ha ido modificando a lo largo de su historia el protagonismo que imprimió al sujeto enfermo. Muchos son los acontecimientos que han llevado a esta situación, pero la pobreza, por sus implicancias sociales, es uno de los factores más importantes de este cambio. La consecuencia ha sido el desleimiento y pérdida de protagonismo del paciente como sujeto de su cuadro morboso y su situación de inferioridad frente a la enfermedad. En este sentido, la medicina de comienzos del siglo XXI es una ciencia de problemática y decisiones éticas. Considerar estas circunstancias y tratar de solucionarlas es un desafío para los próximos a quienes les toque gobernar nuestra provincia a partir del año próximo.

Armando Pérez de Nucci
[email protected]


SIN CORBATA

Días atrás, me puse a releer LA GACETA en busca de una información que necesitaba y vi con asombro una fotografía del ministro Kicillof, en la que con un representante del Banco Mundial, firma contratos de su especialidad. Este último, impecablemente vestido, mientras nuestro ministro, otra vez sin corbata. Más parecía el cliente de un bar de barrio esperando su cafecito y el diario para leer. Me causó nuevamente una sensación desagradable por tanto desenfado. ¿Le costará mucho vestir de manera armoniosa y sencilla guardando las formas, naturalmente con distinción y buen gusto? El 20/11/14, se publicó en esta sección mi carta que se refería al mismo tema. Algunos lectores me criticaron con desdén y hasta me trataron groseramente de “tilingo”. En cambio, tuve el apoyo de la señora de Poli (fuerza es decirlo), a quien agradezco sinceramente. Estimo sumamente importante que, tratándose en este caso de una cuestión de “imagen nacional”, aunque no se lo perciba así, se le diera la seriedad que merece puesto que va de la mano del honor argentino.

Miguel Ángel López
Mzna. F casa 20, Barrio Las Acacias
Yerba Buena-Tucumán


UNIDOS EN LAS DIFERENCIAS

Tal como se presenta la realidad política, económica, social y cultural de la Argentina, es necesario que todos los ámbitos del quehacer volvamos al camino de pertenencia a un pueblo con una historia en común, y con la voluntad superadora que nos caracterizó en las dos últimas décadas del siglo XIX y principios del XX. Somos una nueva nación con historia y esta nos enseña los caminos que debemos evitar, pero no los que debemos seguir. Esta realidad es única e indefectiblemente debemos enfrentarla. Nadie se salva solo, ni en la mezquindad y la avaricia que corrompe todo; siempre la compleja trama de las relaciones interpersonales pone a la luz la verdad, aunque se la pretenda ocultar. Ahora ha llegado el momento, tenemos que caminar juntos, unidos en las diferencias, porque no existe otro camino para unirnos. Como nos dice el papa Francisco, “tenemos que caminar unidos en las diferencias”. El año 2015 nos espera desafiante; pero el camino lo elegimos nosotros. Y recalco aquí nuevamente lo que expresa el papa Francisco cuando dice en su reportaje concedido a la amplia red de revistas de la Compañía de Jesús: “Lo nuestro es poner en marcha procesos, más que ocupar espacios”. Creo que el mensaje es claro, y todo depende de las actitudes. Comencemos el diálogo que necesitamos, para encontrarnos en el consenso y en el disenso que nos encamina hacia el respeto, la tolerancia, el bien común y el progreso.

Marcelo Funes
[email protected]


SIN TELÉFONO

A pesar de varios trámites, Telecom mantiene mi línea de teléfono 0381-4331440 descompuesta, hace casi cinco meses (reclamo del 22/4 Nº 2LMJW0Z) -último reclamo realizado Nº 2M20W04-, interrumpiendo además el uso de la banda ancha. En la Comisión Nacional de Comunicaciones, filial Tucumán, me pedirán nota y fotocopias y dirán que todo será elevado a Buenos Aires. Una oficina para nada expedita.

Ana Lía Madrigal
[email protected]

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