Capitanes de tormenta

Capitanes de tormenta

No son tiempos fáciles para Cano, el diputado nacional, ni para Amaya, el intendente capitalino. Los une la bandera antialperovichista, la ansiedad y la desesperación por el tiempo que pasa, pero nada más por ahora.

El radical José Cano y Domingo Amaya navegan por las procelosas aguas de la indefinición. Sus barcos no están preparados para los tsunamis que anticipan los meteorólogos políticos. Sus embarcaciones tienen una sola bandera (la antialperovichista) pero dentro del barco hay marineros dispuestos a izar otras banderas nacionales.

No son tiempos fáciles ni para el intendente ni para el diputado nacional. Ambos venían logrando que la indecisión se convirtiera en una virtuosa prudencia. Consiguieron que el tiempo que pasa y genera desesperación en sus naves fueran sinónimo de tranquilidad vital para construir.

Esta semana que se fue, el temporal mostró otra realidad. Afloró la ansiedad y la desesperación de los capitanes. El único enemigo que asoma en el horizonte es el alperovichismo que todavía no le entregó el poder al grumete preferido.

Las idas y venidas, los créditos a los rumores y la decisión de seguir jugando a las escondidas, empiezan a tener réditos para unos y otros. Está claro que si Amaya y Cano se ponen de acuerdo van a sintetizar a todo el arco opositor en una sola opción. Sin embargo, también es cierto que en política dos más dos no siempre es cuatro. Ante la hipótesis de un acuerdo, un minuto después de su firma, habrá desertores. Uno de ellos será Gerónimo Vargas Aignasse que saltará al agua y llevará a sus marinos a otra embarcación.

El mapa de tormentas que le acercan a los capitanes avisan que esta indefinición para fijar rumbos genera beneficios:

1) El alperovichismo ha empezado a beneficiarse. A principios de año Cano era enemigo a vencer, pero ahora se ha instalado la idea de solo no podrá y por lo tanto necesita a Amaya para afrontar la batalla.

2) Amaya sale favorecido porque se convierte en necesario para derrotar a Juan Manzur.

3) Esta semana la senadora Silvia Elías de Pérez salió a aclarar que no se bajaba de su candidatura a intendenta y ratificó su unión política con Cano. Esto jugó a favor de Germán Alfaro, el elegido de Amaya para sucederlo.

4) Cano sacó leves ventajas porque siempre se lo mencionó a él como candidato a gobernador lo que no le ocurrió a Amaya.

Los meteorólogos también advierten sobre los perjuicios de que los barcos sigan sin rumbo fijo:

1) El alperovichismo padece las idas y vueltas porque parece un cazador tembloroso al que se le mueve el blanco al que le tiene que disparar. No es lo mismo competir contra Amaya que contra Cano.

2) Cano se perjudica porque aparece más débil ante el oficialismo.

3) Amaya porque no asoma con posibilidad de ganar solo.

4) Silvia Elías de Pérez, los candidatos radicales y otros aliados del canismo porque la prenda de unidad que siempre aparece es la intendencia.

Mientras los dos capitanes tratar de domar las olas, aquellos ciudadanos que quieren subirse a sus barcos, no saben a cuál hacerlo, no conocen, ¿por qué deberían hacerlo? ni adónde los llevarían. Día a día se suman las preguntas si se van a juntar o no. Más allá de las intenciones o de las mezquindades de cada uno, tanto Cano como Amaya no son libres. Por un lado los intereses tucumanos los aturden, pero los nacionales los enloquecen. En el uniforme del capitán Cano se ven las calco de sus esponsor del macrismo, del radicalismo y del renacido massismo. Amaya no tiene tantas marcas en su vestimenta pero está claro que si decidió enfrentar al alperovichismo y si estudia la posibilidad de unirse a Cano no puede presumir con las medallas kirchneristas. Inclusive algunos analizan en pegarle un oropel massista al uniforme cuando menos se dé cuenta el intendente.

A ambos capitanes los une la abominable calificación que tienen del alperovichismo. Por eso aún cuando no saben qué rumbo tomar, de ambos barcos han zarpado sendos botes salvavidas con funcionarios amayistas y operadores de fuste del canismo con el objetivo encontrarse y trazar políticas comunes en el caso que algún momento los capitanes se den la mano.

La peatonal renga

El federalismo que viven algunas provincias es apenas una fachada. Los ejemplos sobran, no se reducen a la definición de una candidatura. La construcción del ya famoso shopping a cielo abierto que se proyecto en la peatonal Mendoza se agregó a la lista. Desde hace días que la obra no avanza hacia el este (25 de Mayo). La realidad es que no se animan a continuar con los trabajos que ya se iniciaron por miedo a que después no aparezcan los fondos. Es decir que la obra que ya fue acordada, proyectada y que tiene los dineros previstos corre el riesgo de no hacerse porque desde la Nación no hagan sus envíos. Lo que podrían ser un beneficio para los ciudadanos que transitan a diario por la zona genera miedo, dudas y por lo tanto inacción. Las amenazas y las presiones se han vuelto más importante que los ciudadanos.

Como por arte de magia

La investigación que pidió el Colegio de Abogados por un supuesto irregular manejo de causas por parte de un grupo de fiscales terminó en una verdadera crisis cuando el ministro fiscal Edmundo Jiménez se opuso a que la Corte retirara expedientes para que una auditoría pudiera analizar el desempeño de fiscales y magistrados.

Se vivieron momentos tristes para el Poder Judicial porque Jiménez hasta desafió a la Corte Suprema inexplicablemente. Sin embargo, en los últimos días el ministro fiscal ha decidido poner paños fríos a tanta tensión y ha salido a declarar ante cuanto micrófono pudo convocar que no existía ningún conflicto. Como un gran prestidigitador, intentó hacer desaparecer todo como por arte de magia. Los documentos desmienten esa postura. Pero Jiménez fue por más y para que no haya nada “por aquí ni por haya” ha iniciado pedidos de personal, materiales y otras cuestiones para ajustar el funcionamiento del Ministerio Fiscal. Sin embargo, sus exabruptos anteriores han puesto en alerta tanto a la Casa de Gobierno como al Poder Judicial. En ambos poderes no ven al parsimonioso funcionario que busca perfeccionar las instituciones sino a un ambicioso que intenta controlar todo (investigación, policías, libertades) desde su despacho. José Alperovich cuando fue consultado sobre el accionar de su ex ministro respondió lo que siempre dice cuando no quiere hablar: “no sé nada de ese tema”. Una mentira piadosa que acompaña a la postura de los últimos meses. En la Casa de Gobierno se mantienen firmes pero tratan de no hacer movimientos que traigan nuevos problemas debido a que las elecciones están a la vuelta de la esquina. Por el mismo motivo el fiscal Guillermo Herrera, amigo de Jiménez y blanco central de la denuncia del Colegio de Abogados, sigue sumando y sumando los años que tiene para jubilarse mientras en la Legislatura evalúan cuándo es el momento adecuado para abrirle un juicio político.

Calmantes

En los Tribunales no sólo el fuero penal está en tensión también el civil. Integrantes del Círculo de Magistrados tuvieron el jueves una reunión en la que se barajó la posibilidad de tener un encuentro con el presidente de la Corte. Los jueces querrían pedirle una mayor prudencia en los términos en los que se dirigió el doctor Antonio Gandur hacia los magistrados. Hubo varias voces críticas que evitaron hacerse públicas en la búsqueda de una mayor prudencia, máxime después de lo que ocurrió con el titular del Ministerio Público. Sin embargo, esta semana volverán los encuentros y la búsqueda de calmar los ánimos tribunalicios.

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