Una novela humana
03 Mayo 2015

Novela

Reparar a los vivos

MAYLIS DE KERANGAL

(Anagrama – Buenos Aires) 

Son 24 horas de vida y muerte. Simon Limbres se va con sus amigos a practicar surf y al regreso, en un accidente de tránsito, muere. Pero al mismo tiempo su corazón sigue latiendo. Maylis de Kerangal describe ese domingo de manera magistral. Con detalles, la novela se vuelve adictiva. La autora cuenta qué pasa por la cabeza y los sentimientos de los padres de la víctima, que deben decidir si donan sus órganos a pesar de que hay cierta vida en el cuerpo de su hijo. Kerangal explica también quiénes son los médicos que intervienen en el caso y cómo se las ingenian para informar la situación en medio de la desazón y aplicar, como si fuese un golpe maestro, la pregunta acerca de donar los órganos a esos mismos familiares. Primero, con el contundente “su hijo está grave”. Luego, con el “estado desesperado”. Y por último con el contundente “nos hallamos en un contexto en el que cabría la posibilidad de que Simon donase sus órganos”.

Golpeados por la noticia del accidente, es en los padres en quienes recae la inesperada responsabilidad de salvar otras vidas. El proceso de esa respuesta también está perfectamente detallado por la autora. Y luego, cómo se reparten los órganos, haciendo hincapié en el valor simbólico del corazón y en la mujer que, tras varias frustraciones, lo recibirá. “Estrasburgo se queda con el hígado (una niña de seis años), Lyon con los pulmones (una adolescente de diecisiete años), Rouen con los riñones (un chiquillo de nueve años”, se describe. Después se pasa a la vida de Claire, la mujer que recibirá el corazón. A ella, en medio de los ánimos que le dan sus hijos y demás allegados, “no le da miedo la intervención. No es eso. Lo que la atormenta es pensar en ese corazón nuevo, y en que hoy haya muerto alguien para que suceda todo eso”.

Por donde se la mire, Reparar a los vivos es una novela muy humana, genial, de la que difícilmente sus lectores salgan indemnes tras su última página.

© LA GACETA

Publicidad


Temas Buenos Aires
Tamaño texto
Comentarios
Comentarios