Obama: “después de 6 años me siento más relajado que nunca”

Obama: “después de 6 años me siento más relajado que nunca”

Ante unas 2.600 personas el mandatario se mofó, en su “divertido discurso”, hasta de él mismo. La mesa costaba U$S 3.000 El jefe de la Casa Blanca exhibió su histrionismo en una cena con empresas mediáticas

TEMA FAVORITO. Recordó que la derecha sostiene que es musulmán. reuters TEMA FAVORITO. Recordó que la derecha sostiene que es musulmán. reuters
27 Abril 2015
WASHINGTON.- Barack Obama lo admite: no es fácil ser presidente de EEUU. “Después de seis años en el cargo sigue habiendo gente que dice que soy arrogante, distanciado, desdeñoso. Esas personas son tan tontas. Por eso no me reúno con ellas”, cuenta el mandatario demócrata provocando carcajadas entre la multitud sentada en la sala.

Obama disfruta de la reacción. Y es que no siempre lo que dice como Presidente tiene una buena resonancia. Además, también tiene una explicación de por qué se siente “más relajado que nunca”, a pesar de toda la carga que supone la presidencia: “estos masajes en los hombros de Joe Biden (el vice) hacen milagros”.

En Washington se celebró el sábado el banquete de gala anual para los periodistas acreditados en la Casa Blanca. La estrella siempre es el Presidente y su discurso, en la medida de lo posible divertido, es el momento culminante de la noche. Para Obama ya es la séptima vez que asiste a este tradicional banquete. Además, mostró reiteradas veces su vena humorística en tertulias televisivas y otras ocasiones, y cada vez se ha superado a sí mismo. Por ejemplo, hace poco bromeó que tiene sus ventajas ser un “pato cojo”, expresión para los presidentes que terminan su mandato y no pueden ser reelegidos. De ahí que Obama se sintió libre para despacharte con más gusto. Nadie estaba exento de la burla del Presidente: enemigos, amigos o los medios, y también el mismo.

“Me veo tan viejo que John Boehner ya ha invitado a Netanyahu a hablar en mi funeral”, dice burlándose del presidente republicano de la Cámara de Representantes, que en marzo invitó, pasando por alto a la Casa Blanca, al primer ministro israelí a pronunciar un discurso ante el Congreso.

Sin embargo, antes de emprender el viaje al cementerio, Obama tiene muchas cosas que hacer, según sus palabras. Tiene que reparar un sistema de inmigración roto, lanzar amenazas de veto, negociar con Irán y, en medio de esto, encontrar tiempo para “rezar cinco veces al día”, aludiendo otra vez a aquellos políticos de extrema derecha que sostienen que él es musulmán, uno de sus temas favoritos cuando actúa “de comediante”.

Sin embargo, Obama también muestra compasión, al menos hacia su ex secretaria de Estado Hillary Clinton, que aspira a sucederle y que durante su primer tours electoral en Iowa intentó proyectar una imagen de cercanía al pueblo que daba la impresión de estar actuando forzadamente. Al respecto, dijo que tiene una amiga que hasta hace pocas semanas ganaba millones de dólares y ahora vive en un minibús.

La sala está llena. En total son unas 2.600 personas que están sentadas en mesas de a 10. Las empresas mediáticas tuvieron que pagar por cada mesa U$S 3.000. El banquete rápidamente se convierte en un espectáculo televisivo al que asisten como invitados famosos y gente del mundo empresarial, y con alfombra roja como en Hollywood. Por ejemplo, la cadena CNN invitó a la actriz Jane Fonda, USA Today a Jane Seymour y Fox News a Donald Trump y Martha Stewart.

Sin embargo, no todo fueron halagos para Obama esa noche con los periodistas. Por ejemplo, la cómica estadounidense Cecily Strong, a quien los anfitriones habían contratado como oradora, hizo unas alusiones desenvueltas a las huellas del envejecimiento del Presidente, después de seis años en la Casa Blanca: “el índice de popularidad de Obama es del 48%, y el índice de canas en su pelo un 85%”. (DPA)

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