27 Abril 2015
PACIENCIA. Modificar hábitos requiere paciencia, disciplina y compromiso. tn.com
Si querés adelgazar, si tenés que aprender el funcionamiento del nuevo smartphone que te compraste, si tenés que cambiar ciertas costumbres poco saludables para mejorar tu estado, si querés adquirir nuevos conocimientos... te vez obligado a modificar hábitos.
Parece muy sencillo: dejar de hacer una cosa y empezar a hacer otra. Pero no es así. Instalar un nuevo hábito nos resulta difícil. En un artículo publicado en el portal elpais.com, la psicóloga y coach española Mery Viñas, admite que hay muchos factores que fallan a la hora de modificar hábitos.
“Lo que quieres convertir en un hábito, debe conectarte con algo que realmente te motive. Solo se pueden crear con aquellos objetivos y valores con los que te sientas alineado. No sirve de nada querer hacer ejercicio diariamente si eso no está conectado con algo importante para ti, por mucho que te lo recomiende el médico. Si algo no te gusta ni te apasiona, por mucho que lo hagas muchos días seguidos -como indican algunas teorías-acabarás abandonándolo porque no le encontrarás el sentido. Es importante encontrar sentido a lo que haces y hallar una respuesta a ‘¿para qué lo hago?’ y no ‘¿por qué lo hago?”, explica Mery Viñas.
Aclara, luego, que a veces se logra adquirir con más rapidez un hábito que es nocivo que otro que es saludable. Esto pasa -afirma- porque los nocivos producen placer a corto plazo mientras que los saludables suelen dar resultados positivos en el mediano o largo plazo. “Es común que prefiramos la inmediatez, por eso debemos cultivar la paciencia y saber con certeza que estamos conectados con algo bueno para nosotros, con nuestros objetivos y valores”, precisa.
La coach recuerda que es gracias a los valores que tomamos decisiones. Estos son el motor que nos hace mover y actuar. “Cuando vas a tomar una decisión, la pregunta que deberías hacerte es: ¿esta acción honra alguno de mis valores o los traiciona? Si el nuevo hábito está ligado a un valor importante para ti, no va a costarte realizarlo”, asegura.
Para tener éxito, Mery Viñas dice que hay que ponerse manos a la obra cuanto antes. “No se trata de hacer la nueva acción de forma perfecta, sino de comenzar. Luego ya irás mejorando; lo importante es no postergar. Si ya has tomado la decisión, decide una fecha y comienza”.
Crear un hábito es como utilizar un músculo que hace tiempo que no utilizas. El primer día será muy extraño e incluso aparecerán agujetas. Pero a medida que lo ejercites, el músculo irá tomando fuerza”.
Efecto en el cerebro
Por otra padre, William James, uno de los padres de la psicología moderna, afirma en su ensayo “Habit”, publicado en 1890, que aprender nuevas habilidades puede tener un efecto en la estructura física del cerebro, modificándolo y estableciendo nuevas relaciones y circuitos neuronales, que a su vez alteran su funcionamiento. Ya se hablaba entonces del concepto de plasticidad cerebral o neuronal, que ahora es clave en el estudio de las Neurociencias. El cerebro es un órgano moldeable y cada destreza aprendida, lengua estudiada o experiencia vivida, reconfigura nuestro mapa cerebral.
Parece muy sencillo: dejar de hacer una cosa y empezar a hacer otra. Pero no es así. Instalar un nuevo hábito nos resulta difícil. En un artículo publicado en el portal elpais.com, la psicóloga y coach española Mery Viñas, admite que hay muchos factores que fallan a la hora de modificar hábitos.
“Lo que quieres convertir en un hábito, debe conectarte con algo que realmente te motive. Solo se pueden crear con aquellos objetivos y valores con los que te sientas alineado. No sirve de nada querer hacer ejercicio diariamente si eso no está conectado con algo importante para ti, por mucho que te lo recomiende el médico. Si algo no te gusta ni te apasiona, por mucho que lo hagas muchos días seguidos -como indican algunas teorías-acabarás abandonándolo porque no le encontrarás el sentido. Es importante encontrar sentido a lo que haces y hallar una respuesta a ‘¿para qué lo hago?’ y no ‘¿por qué lo hago?”, explica Mery Viñas.
Aclara, luego, que a veces se logra adquirir con más rapidez un hábito que es nocivo que otro que es saludable. Esto pasa -afirma- porque los nocivos producen placer a corto plazo mientras que los saludables suelen dar resultados positivos en el mediano o largo plazo. “Es común que prefiramos la inmediatez, por eso debemos cultivar la paciencia y saber con certeza que estamos conectados con algo bueno para nosotros, con nuestros objetivos y valores”, precisa.
La coach recuerda que es gracias a los valores que tomamos decisiones. Estos son el motor que nos hace mover y actuar. “Cuando vas a tomar una decisión, la pregunta que deberías hacerte es: ¿esta acción honra alguno de mis valores o los traiciona? Si el nuevo hábito está ligado a un valor importante para ti, no va a costarte realizarlo”, asegura.
Para tener éxito, Mery Viñas dice que hay que ponerse manos a la obra cuanto antes. “No se trata de hacer la nueva acción de forma perfecta, sino de comenzar. Luego ya irás mejorando; lo importante es no postergar. Si ya has tomado la decisión, decide una fecha y comienza”.
Crear un hábito es como utilizar un músculo que hace tiempo que no utilizas. El primer día será muy extraño e incluso aparecerán agujetas. Pero a medida que lo ejercites, el músculo irá tomando fuerza”.
Efecto en el cerebro
Por otra padre, William James, uno de los padres de la psicología moderna, afirma en su ensayo “Habit”, publicado en 1890, que aprender nuevas habilidades puede tener un efecto en la estructura física del cerebro, modificándolo y estableciendo nuevas relaciones y circuitos neuronales, que a su vez alteran su funcionamiento. Ya se hablaba entonces del concepto de plasticidad cerebral o neuronal, que ahora es clave en el estudio de las Neurociencias. El cerebro es un órgano moldeable y cada destreza aprendida, lengua estudiada o experiencia vivida, reconfigura nuestro mapa cerebral.
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