Encadenan a sus hijos para evitar que salgan a drogarse

Encadenan a sus hijos para evitar que salgan a drogarse

Ocurre en La Costanera y lo contó una mujer que lucha contra las adicciones. En ese barrio abrirán un centro de prevención

FLAGELO. Niños cada vez más pequeños deambulan por la calle consumiendo y también vendiendo droga.  FLAGELO. Niños cada vez más pequeños deambulan por la calle consumiendo y también vendiendo droga.
27 Abril 2015

Los chicos van llegando, de a poco, al atardecer (como suelen pasar la noche en vela, se levantan después del mediodía). Del cuello para abajo siguen el mismo código: ropa vieja, suelta y sucia. Cuando la puerta de la casa se abre, entran un ratito, llenan sus bolsillos de papelitos y salen a “trabajar”. Ya tienen sus clientes fijos.

Los transas reclutan chicos desde los 11 y 12 años para formar una red de venta de bajo costo económico y penal (como son menores, los jueces los liberan rápido). A cambio les dan dosis de pasta base para que consuman ellos.

La imagen no es nueva. Se ve desde hace algunos años ya, según describe Dora Ibáñez, una de las mamás que lucha contra las adicciones en la Costanera. “Acá la situación se agrava día a día. Hay cada vez más chiquitos en las calles consumiendo droga. En todas las cuadras venden. Las chicas se prostituyen a los 11 años para comprar paco. Hay muchas embarazadas. Aquí ya no hay infancia. A los 7 y 8 años, ya están con la pipas en la mano”, resalta.

Dora, al igual que otras mujeres de la zona, se convierten en abuelas a una edad muy temprana. Apenas nacen sus nietos ellas saben que en vez de disfrutarlos, deberán hacerse cargo de la crianza de ellos.

Cuando no tienen una abuela responsable, el destino de esos pequeños es el más grave: pasan horas deambulando por las calles y repiten la historia de consumo de sus padres. La diferencia es que se inician a los 5, 6 o 7 años. Para ellos, cuando se juntan con sus amigos, el juego pasa por consumir sustancias, detalla Dora.

En nuestra edición de ayer, los médicos del servicio del hospital del Carmen, que atiende a niños adictos, dieron detalles sobre esta realidad que golpea a los barrios más vulnerables: cada vez atienden más chicos que consumen sustancias. Son hijos de adictos, algunos tienen apenas cinco años y ya repiten la historia de sus padres.

“El problema es que cada vez se vende más droga: hay paco, pastillas, marihuana, de todo”, reclama Dora. Su nieto también es adicto. Ahora comenzó un tratamiento de recuperación. “En este barrio la cosa está muy fea. Muchas madres no saben qué hacer. Encadenan a sus hijos y ellos se desesperan por salir”, describe.

Salir a buscarlos


Atento a esta realidad, el licenciado Lucas Haurigot Posse, secretario de Adicciones, decidió poner casi todas sus fichas en los barrios más vulnerables. “No voy a esperar que esos chicos vengan a buscar ayuda. Nosotros vamos a buscarlos a ellos. Lo que se vive en estas zonas es una problemática muy, muy difícil, que implica mucho sufrimiento. Si estamos ahí y los orientamos bien ante su consulta, seguro podemos salvar vidas”, resalta el funcionario. Acaba de volver de una recorrida por la Costanera, adonde en poco tiempo se abrirá el Centro Preventivo Local de las Adicciones (Cepla). Allí se realizarán distintas actividades lúdicas, recreativas y de atención a las familias y a los jóvenes. “La idea es que la comunidad se apropie de este centro. Y que los chicos no tengan que hacer ningún esfuerzo cuando necesiten ayuda”, especifica.

“En nuestros abordajes territoriales vemos que el promedio en el inicio del consumo de drogas es a los 15 años. Claro que observamos casos de chicos más pequeños que muestran un compromiso con las sustancias. Tratamos de abordar estos casos cuanto antes”, precisó.

También admitió que hay adolescentes que son captados por quienes venden drogas. “No desconocemos esta realidad, como tampoco desconocemos que para muchas familias, la comercialización de sustancias es una forma de subsistencia. La nuestra es una batalla muy complicada. En prevención, los avances no son grandes. Al contrario, son muy pequeños. Lo importante es que sean sostenidos en el tiempo”, destacó.

“Por suerte, desde que los CAPS ofrecen ayuda a los adictos son más los chicos que se acercan a estos centros asistenciales que los que van con los vendedores de sustancias”, precisó. “A un adolescente, si le das un espacio para que se sienta bien él lo acepta y se engancha. Esa es la clave”, concluyó.

Atienden unas 800 consultas por mes

Las consultas de adictos que buscan recuperarse se incrementaron un 25% en últimos cuatro años en el Servicio de Prevención y Asistencia de las Adiciones del Hospital Nicolás Avellaneda. Por mes se atienden unas 800 consultas, destacó Matías Tolosa, jefe de este centro asistencial, que es el que absorbe la mayor demanda de atención de consumidores de drogas de la provincia.

“Notamos una importante disminución en la edad en que comienzan a consumir drogas. Hasta hace 10 años, en el 50% de las consultas veíamos pacientes de más de 25 años. Hoy, la gran mayoría tiene menos de esa edad. Diría que la edad de inicio en el consumo es 15 años. Tenemos casos de chicos que comenzaron a los 13 años, pero son los menos”, resaltó. También destacó que cambió el perfil de los pacientes: ahora casi todos son policonsumidores.

Según el panorama que trazó Tolosa, las sustancias más consumidas en Tucumán son, por lejos, el alcohol y los psicofármacos. Precisó que el sistema de salud está trabajando mucho para atender la problemática de las adicciones. “Un gran avance fue ampliar la red de asistencia. Hoy la gran mayoría de los CAPS tiene servicio de salud mental; eso hace que los chicos lleguen a la consulta y después se analiza el caso y se decide cómo se lo va a tratar”, explicó. “Lo que se busca principalmente es restablecer los vínculos saludables de los chicos que tienen un consumo problemático de drogas. En la actualidad, un gran porcentaje de los pacientes se recupera. Son personas que no sólo necesitan un tratamiento terapéutico para recuperarse. Hay que incluirlo en distintas actividades. Por eso es que tienen talleres deportivos, artísticos, de teatro, etcétera”, precisó.

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