Nueva York, más cerca de La Habana: “creo que es inevitable; creo que está pasando”

Nueva York, más cerca de La Habana: “creo que es inevitable; creo que está pasando”

El gobernador del distrito norteamericano encabezó un viaje comercial con 20 empresas instaladas, con el fin de conocer el mercado. El funcionario se mostró optimista a pesar de reconocer los retos de hacer negocio en el país centroamericano.

RELACIONES DIPLOMÁTICAS. La decisión de Obama de flexibilizar la política exterior con Cuba, abrirá las puertas a los bancos para operar en ese país. reuters RELACIONES DIPLOMÁTICAS. La decisión de Obama de flexibilizar la política exterior con Cuba, abrirá las puertas a los bancos para operar en ese país. reuters
26 Abril 2015
LA HABANA – Quienes iban en la misión comercial relámpago del gobernador neoyorquino Andrew M. Cuomo a Cuba, tuvieron una rápida lección sobre los retos de hacer negocios en esta ciudad: vieron una pobreza miserable y una infraestructura muy poco desarrollada, incluido el disparejo y antiguo aire acondicionado en un hotel, mientras las temperaturas subían muy por encima de los 90 grados Fahrenheit.

El lunes, el gobernador y un grupo de unos 20 hombres de negocios aterrizaron en la isla nación con un objetivo unificado: iniciar el diálogo entre Nueva York y las compañías cubanas tras la decisión del presidente Barack Obama de flexibilizar las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba.

Era difícil no notar el entusiasmo de Cuomo mientras iba de una reunión a otra, ensalzando las virtudes de los negocios neoyorquinos. Por momentos, parecía la oportunidad para una fotografía enorme, cuando caminaba por las calles empedradas de La Habana Vieja; saludaba con la mano a una pareja que pasaba, originaria de la Ciudad de Long Island, en Queens, y metía la cabeza en un Chevrolet 1956, color rosa y hermosamente restaurado, llamado Lola, que pudo ver gracias a que su equipo de avanzada arregló una cita.

“Nunca había visto un Chevy con motor de Toyota”, comentó Cuomo, quien ha estado obsesionado con los coches desde que era adolescente y trabajaba en una gasolinería en Queens. “Tuve que venir a Cuba para verlo”.

Cuomo vio la oportunidad en el motor y le dijo a Luis Alverez, el dueño, que quizá pronto podría comprar un motor de Chevy reconstruido para su preciada posesión. Sin embargo, los obstáculos de hacer negocios en Cuba también fueron evidentes. Los letreros que decían “Socialismo o muerte” flanqueaban las calles. Algunos cubanos les gritaban “Largo Estados Unidos” a algunos reporteros que caminaban por las calles de La Habana para reunirse con Cuomo.

“El cambio es inquietante y hay muchos sentimientos fuertes”, les dijo Cuomo a los reporteros, parado en una plaza en La Habana Vieja. Pero notó que el cambio está llegando a Cuba, y que Nueva York estaría allí para capitalizarlo. “Creo que es inevitable; creo que está pasando”.

Los comentarios se hicieron al finalizar un frenético día para Cuomo y su séquito. El, un demócrata, y otros dirigentes legislativos neoyorquinos cruzaron La Habana, reuniéndose con funcionarios y dignatarios cubanos. Cuomo le obsequió al cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino una gorra de los Mets de Nueva York y una caja adornada con el logotipo de la misión comercial de Nueva York y Cuba. El gobernador comió en privado con Rodrigo Malmierca Díaz, el ministro cubano de comercio e inversión extranjera, quien le dio un puro cubano.

Es probable que Díaz fue el funcionario de mayor jerarquía con el que se reunió. El gobernador les dijo a los reporteros que no tenía cita para reunirse con el presidente Raúl Castro.

Los empresarios neoyorquinos que fueron con el gobernador en la misión comercial de 26 horas de duración, pasaron la tarde intercambiando experiencias con algunas de sus contrapartes cubanas y, en el transcurso del viaje, sostuvieron reuniones individuales con funcionarios cubanos. Por ejemplo, ejecutivos de Chobani Yogurt y Cayuga Milk Ingredientes se reunirían con un distribuir local de leche. Otras empresas incluyeron a MasterCard, Pfizer e Infor, una compañía especializada en aplicaciones para programas informáticos para diversos sectores, incluido el de la atención de la salud. Infor donó una cantidad considerable a la campaña por la reelección de Cuomo en 2014, pero otras empresas que hicieron el viaje no tuvieron ningún vínculo político evidente con el gobernador.

El frente

Las compañías neoyorquinas que esperan hacer negocios en Cuba se enfrentan a obstáculos difíciles. La decisión de Obama de flexibilizar las relaciones diplomáticas y el anuncio, la semana pasada, que pretende quitar a Cuba de la lista de países que patrocinan al terrorismo que tiene el gobierno estadounidense, abrirá las puertas a los bancos estadounidenses para operar en esta ciudad.

Sin embargo, se requerirá de un acto del Congreso para levantar el embargo comercial a Cuba, y es probable que pasen muchos años para que el país y Estados Unidos decidan la forma que tendrán sus relaciones.

No obstante, Cuomo pareció decidido y dijo que es realista pensar en oportunidades inmediatas de negocios. “Sí, hoy me enteré de algo interesante que no sabía antes de llegar”, comentó. “Aparentemente, el gobierno federal tiene la capacidad de emitir licencias por las que se pueden tener negocios antes de que se levante el embargo, y esas licencias están bajo el control del gobierno federal. Así es que ahora realmente es cuestión de conseguir establecer una relación de negocios que funcione para Cuba, funcione para Estados Unidos y, luego, lograr que la autorice el gobierno federal”.

Esas licencias, no obstante, son raras, y los ejecutivos comerciales que iban en el viaje dijeron en privado que saben que pasarán años para que puedan surgir beneficios reales.

Por otra parte, se ha criticado a Cuomo por visitar a Cuba dados sus antecedentes en cuanto a los derechos humanos y su posición sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

El gobernador dijo que plantearía la situación del país en estos temas con funcionarios cubanos, de tener la apertura apropiada. Señaló que la distensión de las relaciones diplomáticas podría, por sí misma, mover a Cuba en una dirección diferente. “¿Cómo se promueve el diálogo sobre los derechos humanos que todos dicen que debe avanzar?”, dijo. “No es por medio del aislamiento, es mediante el compromiso”.

En un momento dado, Cuomo se refirió a Raúl Casto como “valiente” por su decisión de tratar de normalizar las relaciones diplomáticas con Estados Unidos. Durante todo el día, se habló de la relación que su padre, Mario, un exgobernador de Nueva York, tuvo con Cuba. Durante el vuelo a La Habana se distribuyó algo inesperado: el asesor de Cuomo repartió fotografías del padre del gobernador con Fidel Castro.

“Hay una larga historia con Nueva York”, dijo Cuomo. “Fidel Castro se reunió con mi padre en Nueva York. Mi padre siempre fue partidario de terminar con el embargo”.

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