25 Abril 2015
PERSONAJE. Dalí llevó un estilo de vida excéntrico y sensacional.
Salvador Dalí llevó un estilo de vida excéntrico y sensacional digno de uno de los más grande pintores surrealistas. Un cuarto de siglo después de su muerte, Pilar Abel, una lectora de Tarot, está decidida a añadirle otro giro a la historia del pintor. Quiere que un tribunal la reconozca como su hija, y, quizá, que le otorgue una parte de los cientos de millones de euros que valen las pinturas que el artista legó al Estado español a su muerte en 1989.
De acuerdo con el reclamo de paternidad de Abel, presentado ante un tribunal de Madrid en marzo, su madre tuvo un amorío clandestino con el pintor en la década del 50. Fue en Port Lligat, una aldea de pescadores donde Dalí y Gala, su esposa nacida en Rusia, construyeron una casa.
Antonia Martínez de Haro, la madre de Abel, pasó varios veranos en la aldea, trabajando como niñera. La denunciante, que tiene 59 años, aseguró en una entrevista que después de que su madre quedó embarazada rápidamente se casó con otro hombre y tuvo dos hijos más con él. Fue su abuela la que le reveló este secreto.
Al presentar el reclamo, la mujer dijo que quiere ser reconocida como la hija de Dalí y “después de eso, cualquier cosa que me corresponda”. En la demanda, ella nombra al Estado español y a la fundación que se estableció para administrar los bienes del pintor.
Su abogado dijo que no ha calculado el posible reclamo financiero, pero que España heredó las pinturas que tienen un valor cercano a los U$S 325 millones.
El Ministerio de la Cultura español dijo que no puede hablar del valor financiero de la herencia de Dalí, a la que un portavoz llamó “un activo de extraordinario valor cultural”. La fundación dijo que no haría comentarios sobre la demanda de paternidad.
Francesc Bueno Celdrán, el abogado de Abel, arguyó que, de ser necesario hacer la prueba del ADN, el juzgado debería demandar la exhumación del cadáver de Dalí.
De acuerdo con el reclamo de paternidad de Abel, presentado ante un tribunal de Madrid en marzo, su madre tuvo un amorío clandestino con el pintor en la década del 50. Fue en Port Lligat, una aldea de pescadores donde Dalí y Gala, su esposa nacida en Rusia, construyeron una casa.
Antonia Martínez de Haro, la madre de Abel, pasó varios veranos en la aldea, trabajando como niñera. La denunciante, que tiene 59 años, aseguró en una entrevista que después de que su madre quedó embarazada rápidamente se casó con otro hombre y tuvo dos hijos más con él. Fue su abuela la que le reveló este secreto.
Al presentar el reclamo, la mujer dijo que quiere ser reconocida como la hija de Dalí y “después de eso, cualquier cosa que me corresponda”. En la demanda, ella nombra al Estado español y a la fundación que se estableció para administrar los bienes del pintor.
Su abogado dijo que no ha calculado el posible reclamo financiero, pero que España heredó las pinturas que tienen un valor cercano a los U$S 325 millones.
El Ministerio de la Cultura español dijo que no puede hablar del valor financiero de la herencia de Dalí, a la que un portavoz llamó “un activo de extraordinario valor cultural”. La fundación dijo que no haría comentarios sobre la demanda de paternidad.
Francesc Bueno Celdrán, el abogado de Abel, arguyó que, de ser necesario hacer la prueba del ADN, el juzgado debería demandar la exhumación del cadáver de Dalí.
Lo más popular
