El libro escrito por un chico dentro de un libro escrito por un talentoso adulto

El libro escrito por un chico dentro de un libro escrito por un talentoso adulto

IMPRONTA. Bellatín estudio cine antes de dedicarse por completo a escribir. editorialorsai.com IMPRONTA. Bellatín estudio cine antes de dedicarse por completo a escribir. editorialorsai.com
26 Abril 2015

Nouvelle

Perros héroes

MARIO BELLATÍN

(Interzona - Buenos Aires) 

Perros héroes, de Mario Bellatín, es una suerte de cuadro de situación o estado de las cosas de la literatura ex-céntrica latinoamericana. Acá, una serie de personajes poco probables sobreviven en los suburbios mexicanos, tiranizados por un hombre inmóvil y sus 30 pastores belgas Malinois, entrenados para matar. La acción es mínima, casi toda circunscripta a meros asuntos cotidianos, y la tensión, más que en la trama, está puesta en esas frases pulidas y filosas del autor mexicano.

Mientras contemplamos ese pequeño zoológico suburbano, donde conviven la madre y la hermana del delirante hombre inmóvil (quien pretende averiguar, por ejemplo, cuántos pastores belgas Malinois entran en una nave espacial), sin olvidar al enfermero-entrenador, los perros ya mencionados, media docena de loros australianos y un ave de cetrería, el texto va tejiendo, sutilmente, una perturbadora red de poderes con potenciales graves consecuencias.

Suerte de Aira mexicano, con algo de Bolaño, es probable que Bellatín estaría de acuerdo con gran parte de las ideas del autor de Nouvelles impressions du Petit Maroc, en especial cuando éste sostiene que en su caso “se trata menos de un arte de la narración que de un arte a secas. Nunca me importó relatar, ni en general hacer nada que espere el lector; mis libros son novelas por accidente; aproveché el azar histórico (salvo que éste no es un azar accidental) de que en nuestro tiempo la palabra novela es un passepartout que lo cubre casi todo. No se trató en realidad de literatura, salvo para hacerme entender. Era el sueño de un arte general, un arte de la invención”.

Tal vez no esté de más aclarar que Bellatín estudió cine antes de dedicarse a escribir, según él, debido a que necesitaba menos medios para expresarse. Y así también se comprende ese dossier del libro llamado Instalación, donde una serie de fotos no puede menos que obligarnos a relacionar esas imágenes con los personajes del libro. Así, su obra, no deja de interpelarnos sobre ese límite difuso que hay entre la literatura y el arte.

“Perros héroes”, dentro de Perros héroes, es un libro escrito por un chico, que el protagonista hubiera querido leer cuando tuvo la oportunidad de hacerlo. Así, por una especie de ley de contigüidad, esta nouvelle se convierte en una suerte de añoranza de los grandes relatos que siempre nos hicieron desear y que acaso ya nunca volverán. Ésta es quizás una de las mejores perspectivas para leer los libros de Bellatín.

© LA GACETA

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Marcelo Damiani

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