24 Abril 2015
CONCENTRADOS. José Ramírez Duarte ensaya con los integrantes de la Sinfónica de la UNT. LA GACETA / FOTO DE ANALÍA JARAMILLO
Hoy en el Alberdi. Mañana, en el San Martín. Dos conciertos sinfónicos se suceden este fin de semana. Esta noche, la batuta de la Orquesta Sinfónica de la UNT estará a cargo del director invitado José Ramírez Duarte, y el pianista tucumano Oscar “Palo” Buriek afrontará Mendelssohn.
A los 30 años Ramírez Duarte acredita experiencia: empezó a los 15 a integrar como flautista y a dirigir orquestas juveniles en su tierra, Paraguay. Se formó -entre Asunción y Buenos Aires- en el IUNA, con maestros de la talla de Mario Benzecry, y luego en Brasil, Chile y México. Reside en la Capital, donde es director asistente de la Sinfónica Nacional Juvenil José de San Martín.
“Entre Von Weber, Mendelssohn y Schumann hay una conexión musical y espiritual. Mendelssohn fue un gran admirador de Von Weber y el Concierto N°1 posee una estructura bastante parecida a una de sus obras. Tiene tres movimientos pero se toca corrido y además hay un material temático que aparece”, explica el joven director.
“Schumann compone la Sinfonía N° 2 con cinco movimientos, uno de los cuales tiene la forma sonata, y en el segundo coloca un scherzo”, expresa.
Protagonista: el cello
Mañana, la música sinfónica sonará en el teatro San Martín, con la Orquesta Estable de la Provincia.
La dirigirá Emir Omar Saúl, muy conocido por los tucumanos. El solista, Roberto Trainini, viene a tocar el chelo por primera vez de Balzano (Italia). “Haremos un concierto que va a tener como obra de fondo el Concierto para chelo en Si Menor de Dvorak, uno de los más importantes del repertorio. Aparte de la dificultad que implica tiene una importancia como escritura que está bien marcada en la historia de la música”, informa Saúl, y agrega que también interpretarán “Finlandia, de Sibelius, y un Concierto para flauta de Reinecke, que va a tocar Milagro Chávez Vilardi.
Saúl es director titular la Orquesta Estable de Mar del Plata desde 2011, y divide su trabajo entre Argentina e Italia. “Y le robo un mes al año para venir a hacer siempre la ópera o la obra que abre el Septiembre musical”, comenta el maestro.
Trainini estudió en Italia, Suiza, Alemania, Francia e Inglaterra. “Los conciertos para cello no son muchos, y buenos son pocos -afirmó-. Me gustan Schumann y Dvorak, pero el que más me agrada es ‘el Re Mayor’ de Haydn. En cuanto a períodos, opto por los clásicos y los románticos antes que por los contemporáneos”.
El cellista sorprende con su definición: “el de Dvorak es un concierto equivocado -señala-. Todos lo tocan como a Schostakovich o a Prokofiev, pero es un concierto lírico; es muy difícil. Es transparente, no es cómodo de tocar, largo; es casi una sinfonía concertante donde la orquesta tiene presencia y la estructura más importante. Es un poco vecino al de Strauss, muy brahmsiano. Para mí la mejor sinfonía nunca escrita por Dvorak”.
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