El regreso de Silvio Rodríguez

“Desde los ‘80 estoy escuchando en Cuba la palabra cambios. Así que estamos cambiando desde mucho antes que empezara este diálogo con Estados Unidos. Creo que lo que estamos cambiando es por autocrítica, por madurez, por elemental adecuación a nuevas realidades”, afirmó Silvio Rodríguez en una entrevista vía correo electrónico con la agencia argentina de noticias Telam, en referencia a la nueva era de las relaciones internacionales.

El músico caribeño volverá a la Argentina a fines del próximo mes, con dos recitales en el Luna Park a los que consideró “toda una excepción, porque cada vez salgo menos fuera de Cuba”. Hace más de dos años que el trovador no llega al país y ahora lo hará con su reciente álbum “Amoríos” bajo el brazo, en una gira que luego lo llevará a Chile.

“Después de tanta guerra caliente, tibia y fría, es reconfortante que haya plática (diálogo) con EEUU. Es muy distinto conocerse así que desde la confrontación. Digamos que tengo mis reservas, pero que soy optimista. Lo importante es que el rumbo trazado, con Fidel Castro vivo, no ha sido impugnado. Por otra parte, todos estamos sometidos a un ciclo biológico. Pero algunos, como Fidel, dejan ideas que son útiles, no sólo para sus compatriotas”, destacó.

- La decisión de recorrer constantemente barrios y ciudades cubanas, ¿lo ha reconciliado con los escenarios y sus ritos?

- Los barrios son escenarios poco rituales. Lo que me gusta hacer es ir a ellos. Empecé creyendo que lo hacía por los barrios y he descubierto que los barrios me dan más a mí que yo a ellos. La verdad es que me estoy aprovechando. Hacemos los conciertos en las calles, a las puertas del vecindario. No me siento reconciliado, porque empecé cantando en lugares así y he mantenido presente de dónde provengo. César Vallejo decía que el arte venía del pueblo e iba hacia el pueblo. Siempre he creído en eso.

- ¿Suele fantasear con el reencuentro con un público que, como el argentino, lo adora?

- Que un país como la Argentina preste atención a un artista es un halago, por ser una tierra de grandes talentos y elevada cultura. Pero yo suelo fantasear con otras cosas, la verdad es que no soy muy adicto al público per se.

- ¿Cómo definiría a “Amoríos”?

-Excepto dos -una sobre la paz y otra sobre un día de lluvia- son canciones de relaciones de pareja, o sea de amoríos. Habla de relaciones que fueron más o menos pasajeras, pero no superficiales, porque todas dejaron testimonio.

- El hecho de contar con un nuevo disco de estudio, ¿hará que los recitales se centren en ese nuevo repertorio?

- Intercalaremos el material nuevo entre los temas más tradicionales. Otra particularidad es que iré con dos formaciones musicales. Con mis compañeros de siempre (el Trío Trovarroco, Niurka González y Oliver Valdés) y además con el cuarteto de jazz con el que he trabajado para este álbum.

- ¿Le pesa a la hora de presentar cada nueva canción el alcance de su obra?

- Nunca enseño un trabajo hasta que no me satisfaga. Sé que hay cosas que pueden gustar más que otras, y también sé que a veces pesa la costumbre, lo escuchado. Pero soy incapaz de mostrar algo que no me haya gustado primero a mí.

- A contramano de estos gestos para con Cuba, EEUU ha endurecido su posición respecto a Venezuela. ¿Cómo vive esa situación?

-Me parece políticamente torpe. Pensar que vamos a anteponer la relación bilateral al fundamento martiano de Nuestra América, es no conocernos, o no querernos conocer.