El voto electrónico llegó hasta la frontera

El voto electrónico llegó hasta la frontera

LA GACETA estuvo en Tartagal, donde capacitadoras del Poder Judicial atienden las consultas de los electores en la plaza principal

UNA CLASE PRACTICA. La capacitadora indica paso a paso cómo emitir el voto a través del moderno sistema. la gaceta / foto de indalecio sánchez UNA CLASE PRACTICA. La capacitadora indica paso a paso cómo emitir el voto a través del moderno sistema. la gaceta / foto de indalecio sánchez
Bajo el tibio sol de la siesta salteña, en la plaza San Martín de Tartagal, don Norberto Castro observa un monitor sobre una mesa. El jubilado de 72 años, alto y de cabello canoso, sigue con atención las explicaciones de Gabriela Talero, una empleada del Poder Judicial provincial que, además, es una de las decenas de capacitadoras trashumantes del sistema digital de sufragio.

Similares interacciones a la que mantienen en Tartagal el retirado trabajador petrolero y la joven instructora electoral se repiten a lo largo del día, con diferentes protagonistas y en diversos pueblos y ciudades del interior provincial. Para Castro –y miles de ciudadanos salteños- esta capacitación a cielo abierto es clave: mañana, por primera vez en la historia de la Argentina, una provincia elegirá en las PASO sus precandidatos a gobernador y vice, a intendente y a cargos parlamentarios.

Don Castro escucha la frase de la instructora electoral con la que comienza este texto y, en efecto, hace de cuenta que está votando. Pasa menos de 5 minutos frente al monitor táctil, donde aparecen incontables rostros de postulantes que va tocando con el índice, y luego simula la impresión de la boleta. En la breve interacción, el jubilado apenas hace algunas preguntas. “¿Cómo hago si me equivoco?”; Talero le señala la opción “modificar” en la pantalla. El hombre asiente y continúa. Por fin, se marcha sonriente.

Aunque los salteños ya votaron con este sistema en 2013, en los comicios para diputado nacional, esta vez están en juego los cargos ejecutivos de la provincia y la mitad de los escaños de diputados y senadores provinciales. Por eso, a Castro le sentó bien el pequeño repaso. “Ahora ya entiendo. Sirve la capacitación porque a veces vienen algunos (en alusión a los promotores partidarios) que te dicen ‘tenés que apretar acá, acá y acá’, y eso no está bien”, relató el hombre, que se quedó sin trabajo en YPF en 1992 (“fue cuando nos ha corrido Menem”, dice con una carcajada, quizás de resignación).

Castro le asegura a LA GACETA que no extraña las papeletas sobre las mesas del cuarto oscuro, y que este sistema “es mejor”. Y eso que, según relata, jamás profundizó en la era digital. “No uso computadora. Con la tecnología, la verdad, nada de nada. La televisión sí, y con el celular hago llamadas; hasta mandar un mensaje llego. Así y todo, esto (del voto electrónico) no me parece difícil, porque (la pantalla) te va indicando lo que hay que ir haciendo”, sostiene.

Originarios y sorpresa

Pablo Gutiérrez es el extremo opuesto de don Castro. Tiene 18 años, tiene un piercing en el labio, y es la primera vez que votará gobernador. Su debut será con el sistema electrónico, y por eso se acerca junto a un amigo a las mesas de las capacitadoras electorales. “El sistema es muy interesante. Con sólo presionar la pantalla vas eligiendo y eso te facilita todo. Está muy bueno y es fácil”, explica el adolescente.

A la plaza principal de Tartagal -pueblo situado en la frontera con Bolivia, a 260 km de la capital- también se acerca Adriana Santillán (27 años), y señala que es “profesora de bilingüe”. Por eso, tiene mucho contacto con miembros de pueblos originarios. Y si bien esta es la segunda vez que en Salta se sufragará con voto electrónico, a algunas comunidades de los valles provinciales les cuesta comprender todo el mecanismo. “Ellos tienen sus propios idiomas, como el wichi o el guaraní. Pero capacitándolos claro que aprenden”, apunta.

Talero, la instructora, considera que sí hay diferencias entre los ciudadanos del interior y de la capital que se acercan para hacer consultas. “Aquí, por ejemplo, la gente es más tímida para aproximarse, y eso hace que sea un poquito más difícil llegarles. Pero hay estrategias, como invitarlos a que planteen sus dudas y tratar de sacárselas”, subraya Talero.

Cuando LA GACETA le cuenta que en Tucumán aún se vota con el clásico papel en un sobre -pese a que la Constitución provincial dispone el sistema digital-, la salteña se muestra sorprendida. “Si bien la primera vez a algunas personas les costó un poquito, ahora quienes se acercan piden la boleta, tocan la pantalla y simulan la impresión. Es sencillo y muy positivo; la verdad, sería muy lindo para los tucumanos”, aconsejó la instructora salteña.

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