Los pro y los contra de dormir en alegre montón

Los pro y los contra de dormir en alegre montón

La práctica favorece la lactancia materna, pero quita intimidad a la pareja. Debates.

TODOS JUNTOS. Carlos Contreras y Romina Eustacchio disfrutan del tiempo con sus hijos en la cama matrimonial, pero los niños duermen en las suyas., la gaceta / foto de inés quinteros orio TODOS JUNTOS. Carlos Contreras y Romina Eustacchio disfrutan del tiempo con sus hijos en la cama matrimonial, pero los niños duermen en las suyas., la gaceta / foto de inés quinteros orio

La mayoría dice: “no hay que hacerlo”. Aseguran que una sola noche del bebé en la cama de mamá y papá lo “malacostumbrará” para siempre. Eso dicen. ¿Y eso hacen? En los hechos, la mitad (y más también) de los bebés y niños duermen en el lecho matrimonial. Lo dicen los expertos y también la encuesta anual de Lactancia Materna que realiza el Ministerio de Salud.

Unicef lleva muchos años recomendando el colecho seguro, explicando la importancia de compartir la habitación y/o cama de los padres para promover la lactancia a demanda exclusiva. Señala que esta medida protege a los bebés de la muerte súbita y previene posibles futuras enfermedades.

El colecho ha generado acalorados debates entre pediatras, psicólogos y especialistas. Los que defienden el método dicen que favorece a la crianza de niños más independientes, sanos y seguros de sí mismos. Los que se oponen sostienen que esta práctica no es segura para el bebé, que le quita intimidad a la pareja y que deja a la mujer en el rol de madre sin pausa.

En los últimos días volvió la polémica cuando científicos de Erasmus University Rotterdam (Holanda) publicó un estudio que demostró que el colecho aumenta el riesgo de desarrollar asma en los chicos. Sin embargo, ni Unicef ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) cambiaron sus recomendaciones sobre esta práctica.

CONSEJOS DE LA OMS

Precauciones.- La organización Mundial de la Salud recomienda el colecho cuando se cumplen ciertas precauciones con los bebés (no dormir boca abajo, medidas de seguridad e higiene en la habitación).

La cama.- El colchón debe ser firme, no mullido, no de agua. No usar el sofá o camas de dimensiones reducidas. Asegurarse que el bebé no pueda caerse de la cama, ni quedar atrapado en ningún hueco.

Almohadas.- Evitar el uso de almohadas, mantas con pelo, acolchados, cojines y/o peluches. No cubrir la cabeza del bebé.

Colchas.- Evitar el sobrecalentamiento, por lo que se desaconseja el uso de acolchados y el exceso de calefacción.

Cigarrillos.- No dormir en la misma cama si hay un fumador, si se consumen bebidas alcohólicas, drogas, somníferos.

Cansancio y enfermedades.- No dormir con el bebé si se padece una enfermedad que disminuya el nivel de respuesta (diabetes o epilepsia inestable, etc). Tampoco si se está muy cansado o si alguno tiene fiebre.

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Julio Ricardo Sosa Castro (padre y maestro jardinero)
“Creo que los chicos deben ocupar su propio espacio. Uno cuando trae al mundo un hijo cambia sus hábitos e incluso el sueño. En los primeros meses nos transformamos en guardianes de su sueño. Los tocamos a cada rato para ver que se mueva y a veces nos sugestionamos tanto que dehamos de tener vida propia. Lo bueno del colecho es que disfrutás de su ojor, su presencia, podés amasarlo, besarlo. Lo malo es que podés aplastarlo o lastimarlo sin darte cuenta. Siempre aconsejo a los papás hacer que sus hijos duerman solos porque los adultos necesitan intimidad”.

Eugenia Salas Oroño (profesional- mamá de Tomás y Sofía)
“Me adhiero al colecho. A Tomás, cuando era bebé, lo tenía en su cuna pegada a mi cama, sin baranda así que se pasaba cuando quería a tomar la teta. Con Sofía, que ahora tiene 1 año y 5 meses, dormimos solas en la cama del hermano, mientras que mi esposo Diego duerme con Tomás en la cama grande. Estoy a favor del colecho porque cuando crecen son más independientes y más seguros. Yo ya lo noto en mis hijos. Es cansador dormir con ellos, pero los disfrutamos mucho. Además, si no los siento, me angustio. Es algo que está consensuado con mi pareja y buscamos de no perder nuestra intimidad”.

Romina Eustacchio (bailarina- mamá de Lisandro y Renata)
“Practico colecho, pero en cierta forma porque soy yo la que va varias veces a la noche a la cama de mis hijos. En lo que no estoy de acuerdo es en que los chicos duerman en la cama matrimonial. Me parece, entre otras cosas, que la pareja no debe perder intimidad y que el chico debe tener su lugar, su espacio propio e íntimo también. A veces los hago dormir conmigo y luego los paso a su cama. Si se despiertan me tomo el trabajo de levantarme y quedarme con ellos hasta que se duerman de nuevo. Es duro porque te corta mucho el sueño, pero lo tengo asumido: de eso se trata también ser padres”.

Martín Vargas (médico, padre de Fabricio y Avril)
“El colecho fue un poco conflictivo al principio. Teníamos una cama chica, y era incómodo. Después compramos una cama más grande. Todos nos criticaban porque dormíamos juntos, pero la verdad que esta es la única manera de que mi esposa pudiera descansar. Nuestros hijos nunca lloraron de noche y tomaron leche hasta el año. Nos decían que nunca más íbamos a poder sacar a los chicos de la cama y sin embargo el proceso de desapego fue muy natural. Cuando cumplieron cinco y cuatro años los empezamos a pasar a sus camas, hasta que un día no quisieron volver más”.

Josefina González Ruiz (mamá de Juan Pablo y Ámbar)
“El cansancio y la falta de espacios hicieron que se produzca el colecho en nuestra familia. Me encanta tener cerca a mi bebé, que acaba de cumplir nueve meses, todas las noches. Aunque se que después viene la peor parte: a mi hijo mayor me costó cuatro largos años lograr que pudiera dormirse solito y en su habitación. Creo que al final vale la pena. Estoy a favor de la crianza con apego, de que puedan tomar la teta mucho tiempo y las veces que quieran, aunque esto sea agotador y esclavizante para nosotras, las mamás. Los niños crecen más sanos y felices”.

Myriam Bulos (experta en primera infancia y maternidad)
“El Colecho en la misma habitación, con el bebe en su cuna o moisés es hasta el sexto mes como máximo. La pareja requiere de su espacio. Dos personas que han sido padres no dejan de ser pareja y hay un tiempo en el cual, si no se reconstruyen como tal, se quedan solamente teniendo un hijo en común. Yo me permito estar, humildemente, en contra del colecho. Porque darle su lugar al niño ayuda a que conozca sus derechos. El chico debe tener su espacio. Y el derecho que más hay que cuidar en un chico es el derecho a la intimidad, especialmente en lo referente a su cuerpo”.

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