31 Marzo 2015
QUIEBRE. El librero no obtuvo respuestas para solventar su lucha de precios. (IMAGEN TOMADA DE SEFRIN)
NEUQUÉN.- Gabriel Barrios trascendió las puertas de su pequeña librería cuando, en plena inflación, se negó a aumentar los precios de forma abusiva y denunció a los distribuidores especuladores. El caso recogió atención nacional y los políticos se acercaron con promesas para ayudarlo en su lucha. Sin embargo, el comerciante cerrará esas mismas puertas de su local, cansado de no obtener ayuda en créditos para pequeñas empresas.
"Hemos tomado la decisión con mi vieja de cerrar las puertas. Venimos hace meses tratando de conseguir una mano. Nada gratis. Créditos para pequeños emprendedores. Pero se nos ha hecho muy difícil llevar esta lucha con los precios durante un año. Las cosas que vendemos tienen el aumento que creemos necesarios pero siempre por debajo del resto. Manteníamos el mismo criterio con el que nos veníamos manejando, pero eso nos hizo difícil mantenernos", lamentó el defensor de los "precios cuidados", en declaraciones al diario Río Negro.
"El inicio de clases nos agarró casi sin mercadería. Nadie nos pudo asesorar. Nos soltaron la mano los políticos que se acercaron en su momento. Sólo Vialidad Nacional se ocupó en acercarse y hacer sus compras aquí porque nosotros teníamos mejores precios que las grandes librerías neuquinas. Me achiqué todo lo que pude para sobrevivir, pero se nos están cagando de risa en la cara", concluyó Barrios, quien aseguró que no se arrepiente de su decisión, pero jura no volver a relacionarse con los políticos que faltaron a sus promesas.
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