Por Carlos Páez de la Torre H
30 Marzo 2015
SILVANO BORES. Fotografía poco conocida del gran político, literato y orador tucumano, nacido en 1855 y fallecido en 1903. la gaceta / archivo
El 12 de abril de 1890, Silvano Bores fue proclamado candidato a gobernador de Tucumán, en el Teatro Belgrano. Su discurso de ese día es considerado “de los menos recordados y acaso el más perfecto” de quien fue soberbio orador. Elegimos algunos párrafos.
“Desde este momento, quedáis con la opinión y yo con la responsabilidad. La prensa, los clubes, los registros cívicos y los atrios electorales, os pertenecen. La propaganda, en todas las manifestaciones de la vida representativa, es el fruto vedado de los gobernantes, porque es el honor de los ciudadanos; y la libertad no tiene tierra ni sol para arraigar y vivir, cuando le falta el pueblo y le sobra la autoridad. Cuidadla, alejándome siempre de la tentación de marchitarla”, decía.
En otro tramo, expresaba Bores: “Salgo del fondo de las luchas, y aún vibran en la atmósfera las pasiones que la agitaron. Fui periodista, tribuno y revolucionario, persiguiendo la realidad del sufragio y del buen gobierno”, y “debo probar que el poder no es fuerza sino libertad, como condensación de libertades individuales y garantías comunes”.
“Antiguos compañeros de lucha, conciudadanos y amigos: Vamos a separarnos y lleváis mis votos por la libertad de prensa y el sufragio libre, pensamiento y fuerza de la vida representativa en la ley y en los hechos. Yo penetro en la sombra del árbol encantado de la opinión, donde vive o muere el hombre público con el fruto de sus obras o el peso de sus culpas; y no pediré tolerancia para mis errores, creyendo, como creo, que la Constitución no engaña cuando el patriotismo la interroga”.
“Desde este momento, quedáis con la opinión y yo con la responsabilidad. La prensa, los clubes, los registros cívicos y los atrios electorales, os pertenecen. La propaganda, en todas las manifestaciones de la vida representativa, es el fruto vedado de los gobernantes, porque es el honor de los ciudadanos; y la libertad no tiene tierra ni sol para arraigar y vivir, cuando le falta el pueblo y le sobra la autoridad. Cuidadla, alejándome siempre de la tentación de marchitarla”, decía.
En otro tramo, expresaba Bores: “Salgo del fondo de las luchas, y aún vibran en la atmósfera las pasiones que la agitaron. Fui periodista, tribuno y revolucionario, persiguiendo la realidad del sufragio y del buen gobierno”, y “debo probar que el poder no es fuerza sino libertad, como condensación de libertades individuales y garantías comunes”.
“Antiguos compañeros de lucha, conciudadanos y amigos: Vamos a separarnos y lleváis mis votos por la libertad de prensa y el sufragio libre, pensamiento y fuerza de la vida representativa en la ley y en los hechos. Yo penetro en la sombra del árbol encantado de la opinión, donde vive o muere el hombre público con el fruto de sus obras o el peso de sus culpas; y no pediré tolerancia para mis errores, creyendo, como creo, que la Constitución no engaña cuando el patriotismo la interroga”.
Lo más popular
