Cartas de lectores
 gentileza DE VÍCTOR CHOCOBAR gentileza DE VÍCTOR CHOCOBAR
29 Marzo 2015

EL BILLETE DE MALVINAS

Por estos días llegarán a esta parte del país los nuevos billetes de $50, que tienen en su anverso la imagen de nuestras Islas Malvinas y en su reverso una alegoría del gaucho Antonio Rivero. Este gobierno, que es tan afecto a tergiversar los hechos históricos y a dar categoría de héroes a villanos y viceversa, comete con la impresión del nuevo billete un grosero error de información a la población y a la verdad objetiva de lo sucedido. En 1829, con los sólidos argumentos ya conocidos, se establece la efectiva soberanía argentina sobre las islas y se designa a Luis Vernet gobernador y pionero de los colonos que allí se asentaron. En enero de 1833, el teniente de corbeta John James Onslow desembarcó en las Malvinas con el propósito de expulsar de allí a los colonos. Era esa su única misión, no la de tomar las islas en nombre de la Corona. Rivero encabezó entonces, instigado por los militares británicos, un motín tendiente a cobrar su trabajo con el producido del saqueo de animales y bienes de los asentamientos argentinos, lo cual se produjo el 23 de agosto de 1833, en ausencia de los ocupantes ingleses y de todo símbolo que indicara la ocupación británica, según revela la obra de Fitte, “Crónicas del Atlántico Sur”. Los pocos que sobrevivieron a la sangrienta refriega escaparon y buscaron auxilio en la estación naval británica a cargo de Onslow, quien ahí sí, regresó a las islas, pacificó la cuestión y usurpó -hasta nuestros días- el territorio. Rivero fue capturado por los ingleses, pero traicionó a su banda y los entregó mansamente para salvar su vida. Embarcados a Londres, la justicia británica no reconoció que el motín se haya llevado a cabo en jurisdicción de la Corona y como consecuencia de ello los dejaron libres. Importante argumento al que los reclamos argentinos no le dan relevancia ya que indica que la usurpación no fue en el primero, sino en el segundo desembarco de Onslow y que la justicia de Gran Bretaña reconoció con ese acto no tener títulos que justificaran su ocupación. Solo por esa circunstancia tangencial, Rivero pudo haber pasado a la historia, pero de allí a -como dice la leyenda del billete- ser considerado “primer defensor de la soberanía nacional sobre las Islas Malvinas, recuperó la soberanía patria en el año 1833. Luchó por los derechos sociales de los trabajadores en las Islas” (sic), hay una distancia sideral. La Academia Nacional de la Historia dictaminó en el correcto sentido en 1967. Rivero no fue defensor de nuestra soberanía, no arrió ningún pabellón inglés, puesto que no lo había, no luchó sino egoístamente contra sus propios compatriotas y no fue ningún precursor del socialismo, ya que el único interés que perseguía era cobrar lo que algún colono le debía y lo hizo por la fuerza, sangrientamente. Se lo ve en el billete empuñando una bandera nacional, lo cual es también inexacto ya que en tiempos de la Confederación la enseña era de color azul oscuro donde ahora es celeste y en lugar del sol tenía un gorro frigio en cada vértice. Para los notafílicos coleccionistas, el billete es una pieza interesante de muy buen material e impresión, aun cuando mejor hubiera sido emplear esos recursos en emitir el necesario billete de 500 pesos, que acompañara la notable depreciación de nuestra moneda y mejor aún si, en lugar de glorificar a un bárbaro, se hubiera rendido homenaje a los soldados que dieron su vida en el conflicto de 1982.

Víctor J. Chocobar
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LA VENGANZA DE LOS MÉDICOS

Uno de los grandes logros del virrey Juan José Vertiz fue la creación del Protomedicato, encargado de regular las actividades médicas. Cuenta Daniel Balmaceda que entre las medidas que tomó, existió una por la cual disponía que los médicos extendieran sus recetas en latín, con el fin de unificar el idioma de todos ellos con los boticarios (nuestros primeros farmacéuticos). En aquel tiempo, algunos médicos escribían la fórmula del medicamento en clave para que pudiera ser entendida sólo por un boticario, obligando a los pacientes a que concurrieran a esa farmacia para hacer la compra. De esa manera, el galeno recibía una comisión. A partir de la instrucción del Protomedicato, todas las recetas debían estar escritas en latín y los pacientes comenzaron a quejarse porque no entendían lo escrito en las recetas. En 1822, Bernardino Rivadavia ordenó abandonar el latín y escribir las prescripciones en castellano. A los médicos no les gustó la idea y decidieron cumplir la orden, pero escribían con una letra cursiva difícil de leer. Esa fue su venganza a la intromisión de los pacientes en su relación epistolar con los boticarios. Hoy, en el siglo XXI, podemos intentar leer una receta y comprobar que la venganza continúa.

Salvador Gallucci
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EL CORAJE DE IR HACIA ADELANTE

El papa Francisco afirmó recientemente que “la corrupción es sucia” y “una sociedad corrupta apesta”. Poniendo el dedo en esa llaga el columnista Carlos Pagni desnudó cómo Cristóbal López, un acaudalado amigo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, fue creando su imperio al amparo de los Kirchner. Favores con favores se pagan, los Kirchner favorecieron a López en sus lucrativos emprendimientos y este fue uno de los puntales para que Néstor Kirchner deviniera presidente en 2003. Así este emprendedor, relanzando vertiginosamente su carrera en Santa Cruz junto a Néstor, fue concretando su sueño imperialista de “convertir al país en un gran casino”. El “liberal” Macri y el “comprensivo” Scioli, en los hechos, se han expresado políticamente funcionales al proyecto imperial de ese país casino (LA GACETA del 23/3). ¿Y por casa cómo andamos? La pintura tucumana de esta pestilencia política la pinta Fernando Stanich en el Panorama Tucumano (23/3). Allí analiza los enredos y menjunjes en la olla podrida en que se cuecen los principales candidatos a suceder al zar tucumano. El radical José Cano condimenta su ensalada con el peronista disidente y ex kirchnerista Sergio Massa, salpimentando este plato con el liberalismo salvaje de Macri, y no descarta aliar sus sabores y olores con el aporte del neo ex alperovichista y aún kirchnerista, Domingo Amaya. Nuestro lord mayor, que se reivindica kirchnerista, coqueteó con Daniel Scioli hasta que este se quedó con Alperovich; su lógica culinaria busca conciliar su fidelidad a la Casa Rosada -aún K-, mientras está dispuesto a conversar con Massa, con Macri y hasta, con el mismísimo Cano. Ni qué hablar del pastiche de la cocina alperovichista, donde el candidato oficialista, Juan Manzur, el millonario Tío Yamil S.A., pasea las fragancias de su presunto enriquecimiento ilícito por tribunales. El Tucumán “oficial” es el escenario de los hundidos o devastados y los salvados o devastadores. Estos son los que “vamos a salir a flote” -palabra de gobernador-; y aquellos, los inundados, son “vagos de miércoles” y “pedazos de animales”; bien merecido tienen “que se los lleve el río” -palabras de primera dama-. Algo podrido, pues, huele en Argentina y en Tucumán. Ante la putrefacción pestilente, el papa Francisco nos recomienda que tengamos “el coraje de ir hacia delante… limpiando la propia alma, el alma de la ciudad y de la sociedad para que no exista ese olor putrefacto que tiene la corrupción”.

Ramón Eduardo Ruiz Pesce
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EXABRUPTOS

No me llama la atención que la señora del gobernador pronuncie palabras agresivas, teniendo en cuenta que ya lo hizo anteriormente, por ejemplo, a Tomás Eloy Martínez lo tidó de “ex tucumano” porque se refirió a la niña desnutrida cuando su marido era ministro de Economía. No puede ser presidenta del partido una persona que odie la pobreza, la marginación social, las víctimas de este gobierno que llenó sus arcas de dinero y opulencia, en desmedro de los que menos tienen, condenando a los que menos tienen, es decir la mayoría de los tucumanos. Ayer, Tucumán fue “Cuna de la independencia”, hoy, cuna de la dependencia del capitalismo. Recuerdo que en 1948, trabajando para LA GACETA acompañé al periodista José Ricardo Rocha a Santiago del Estero. Allí, la señora de Perón dijo que “los únicos privilegiados son los niños y los ancianos”. Pero hoy, con este gobierno, eso no se cumple. Se adueñaron de Tucumán, mientras sus pobladores reclaman ocupación y asistencia médica, pero nadie los escucha. La política no sirve hoy al bien común sino al bien propio. Rescato las palabras del general Perón: primero la patria, después el movimiento, y luego los hombres. El 15 de abril de 1952, en la residencia de Olivos, el general me regaló una foto, mientras me decía: “no hay nada mejor para un peronista que otro peronista, pero que no sea trucho”. Hoy sus palabras resuenan en mis oídos.

Jorge Antonio Chaves
Sabin s/n-El Corte
Yerba Buena-Tucumán

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EL USO DE BIENES DEL ESTADO

“A confesión de parte, relevo de prueba”, reza el aforismo jurídico. Ahora se entiende el incansable desapego por las políticas de desarrollo turístico para Tucumán, por parte de Racedo Aragón, están a la vista el crecimiento de Salta, Jujuy y Termas de Río Hondo, que confirman lo que asevero. Su preocupación es aprovechar su cargo en pos de una precandidatura, haciendo uso y abuso de los bienes del Estado, el vehículo se vio, el contenido de “una caja de madera” no se conoce, porque no suponer que también son bienes públicos. Debe saber el citado ciudadano que a los funcionarios públicos les asiste el imperativo deber de salvaguardar, custodiar, los recursos y bienes públicos que les han sido confiados en el ejercicio del desempeño de sus funciones, por ende la destinación diferente y el uso indebido, implica un comportamiento reprochable, teniendo en cuenta además que la utilización de los bienes, en manera alguna puede ser producto de intereses, oportunidad y provecho personal, pues constitucional y legalmente está prohibido, por ende, la utilización indebida de estos o permitir que ello ocurra, indiscutiblemente riñe y se contradice con el normal funcionamiento de la administración pública. Emule a su antecesora, renuncie inmediatamente. Señor gobernador, tenga idéntico criterio que en 2007.

Miguel Mibelli
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EL VENENO Y LA MIEL

El hombre vulgar recibe beneficios económicos humillantes, a cambio de favores a logreros, que también son vulgares y mediocres, andan por la vida detrás de su propia sombra. La sombra carece de peso, entonces supera los obstáculos y pasa, pero el que va detrás de ella chocará con el obstáculo y no pasará. África tiene el áspid, una serpiente venenosa, extrae del vello clavel el néctar para fabricar su mortal veneno, mientras que de la misma flor, la laboriosa abeja hace lo mismo y fabrica la miel. Si comparamos a nuestro país rico por abajo y arriba del suelo, con el áspid y la abeja y en lugar de producir riqueza, que sería la miel, andamos goteando pobreza y envenenados por culpa de nuestros malos gobernantes que serían el áspid, autores del retroceso del campo, el país y la corrupción, ahora cerca de las elecciones abren el paraguas. En una importante universidad inglesa, al lado de un reloj de sol reza esta sentencia: “las horas pasan, darás cuenta de ellas”. Cuando llegue este momento querrán comprar vida eterna, como compran voluntades a la gente común. ¡Cuidado!, la ignorancia y la mentira son muy dañinas. ¿ Y si volviera Jesús que hace 21 siglos nos mira clavado en la cruz, pasaría lo mismo en esta bendita tierra? ¿Es tan difícil acordar, olvidar banderas políticas, fijarse un objetivo, salvar el país? ¿No hay autoridad moral para investigar a los corruptos? Las promesas son las mismas de los que están y de los estuvieron. El engaño y la traición acechan. Pobre mi país, ya no le queda ningún payador.

Julio Mohfaud
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PEDIR O CONSEGUIR

Séneca, filósofo español, año 4 a.C., hijo de una feminista, senador de Calígula y ministro de Nerón, produce su ética fundada en la virtud aplicada a la vida pública y personal. Nos dice, por ejemplo, que “quien da, debe olvidarlo pronto. Y quien recibe, no debe olvidarlo nunca”. De allí se desprende que, como expresa el Himno Nacional con los laureles, conseguir es lo recomendable. “Que supimos pedir” queda feo. Hay pedidos disfrazados de generosidad y promesas ficticias. Veamos un ejemplo: Pepita llama a su madre: “Mamá, quiero contarte algo muy, muy grave y también pedirte algo. - ¿Te drogas? - No, mamá, mucho peor que eso -¿mataste a alguien? Todavía peor mamá. - Qué… ¿te enamoraste de un abogado? - ¡No exageres mamá! Quiero irme a vivir con mi novio y necesito plata para mantenerlo. Prestame que después te devuelvo. - No te creo, hija: la última vez que devolviste algo fue cuando me vomitaste. - Tengo fe en él, mamá. Es un hombre de gran empuje: lo viven empujando. Y si no lo ayudo temo que quiera destruirse comiendo panchuques en el centro”. Si Pepita consigue o no respuesta favorable a su pedido, es anecdótico. Pero conseguir resultados sin pedir favores suele ser premiado con reforzamientos visibles de la autoestima. Hay frases que se dan por ciertas, ya que sus autores y difusores son famosos, tales como “caminante no hay camino, se hace camino al andar” (Machado-Serrat). En una lectura más realista el hecho que no haya camino hace imposible la marcha del caminante, quien, en lugar de conseguir aclarar su destino, termina con sus pies en el pedicuro.

Osvaldo Aiziczon
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LIBERTAD O MUERTE

“Libertad o muerte”, está escrito en griego. Esa es la inscripción que lleva la bandera griega entre sus nueve rayas blancas y celestes. Está marcada en sílabas, cada raya representa una letra de esa expresión. La cruz que se halla a la izquierda, representa el cristianismo ortodoxo, que es la religión oficial griega después del Imperio Bizantino. El 25 de marzo de 1821, mediante la Guerra de la Independencia, los griegos derrotaron al Imperio Otomano, dando origen a su liberación y a un proceso de libertad que duró hasta 1832, cuando se transformó en una nación reconocida por las potencias occidentales. Hoy, 2015, en esa fecha también están pasando momentos difíciles, pero con un nuevo gobierno, siguen buscando la esperanza, la dignidad y la consolidación de la democracia. Desde aquí abracemos como descendientes de griegos su bandera con esta digna frase: Libertad o muerte. Seamos optimistas que lo lograran.

Beatriz Makantassis
[email protected]



EL BICENTENARIO

El 9 de Julio de 1816 tuvo lugar en nuestra ciudad capital el hecho más trascendente de toda nuestra historia: la Declaración de la Independencia, que dio nacimiento a nuestra patria como nación libre y soberana y nos convirtió a todos los argentinos, sin distinción alguna, en sus hijos con igualdad de derechos y obligaciones, como están claramente definidos y expresados en la Constitución Nacional. Cabe recordar la comprometida y muy dramática situación que se vivía en el momento en que se adoptó esa crucial decisión, con la amenaza cercana de las fuerzas realistas, avanzando desde el norte y tratando de reconquistar estos territorios para dominio de su monarca, lo que implicaba riesgo de vida para los admirables congresistas, que en un supremo gesto de patriotismo y de coraje decidieron la trascendental declaración, que los consagró como auténticos héroes de una gesta memorable y los ubicaron en el más alto escalón del altar de la patria. Sin embargo, a la luz de lo que sucede en la actualidad con las autoridades y la inmensa mayoría de compatriotas, el magno acontecimiento que produjeron y los nombres de sus protagonistas han sido injustamente devaluados y casi olvidados. En efecto, en poco más de un año se van a cumplir los 200 años del hecho más señero de nuestro pasado, mientras las autoridades nacionales, locales y del resto de las provincias, ignorándolo casi totalmente, no anuncian planes ni proyectos de la envergadura o la magnitud que merece y en general el pueblo en todo el territorio, parece desconocer su real significado y consecuentemente no se siente motivado para homenajearla. A este respecto es oportuno recordar que en 1916, en la conmemoración del centenario de aquella memorable fecha, gobierno y pueblo tucumanos, en soledad, asumieron la ímproba tarea de organizar y ejecutar los festejos, que a pesar de su esfuerzo, en razón de los limitados recursos disponibles, resultaron muy modestos y austeros y casi intrascendente para el resto del país y del mundo, puesto que el 9 de Julio, ni el presidente de la Nación ni la mayoría de las autoridades del resto de las provincias, concurrieron a acompañar a las autoridades y al pueblo tucumano. En esta oportunidad, las perspectivas son más graves, ya que solo algunas pocas personalidades o instituciones no gubernamentales muestran preocupación y anuncian proyectos de realizaciones diversas, sin que -como en aquella oportunidad-, el gobierno provincial muestre alguna inquietud y anuncie la realización mínima de obras con tal destino. Aun con la orfandad de los recursos gubernamentales, asumiendo la responsabilidad que nos cabe, como hijos de la patria común, creo que en esta soledad en que nos dejan las autoridades, ha llegado el momento de que la mayoría de los ciudadanos tucumanos cumpliendo con el deber y la responsabilidad que nos cabe, unamos esfuerzos y en una tarea mancomunada tratemos de organizar los festejos que tal acontecimiento merece. A los gobernantes, seguramente Dios y la patria los demandarán.

Adolfo Valeriano Poliche
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MONSEÑOR WITTE

Al cumplirse un mes del fallecimiento del obispo Bernardo Enrique Witte, escribo estas líneas in memoriam para agradecer el bien que nos dejó. Dejó un luminosos ejemplo en esta feligresía cristiana, así como ejemplos testimoniales y evangélicos. Su entrega sirvió para que todos podamos seguirlo como modelo de vida en sus peticiones y meditaciones, así como pedir en oraciones y gozar de su intercesión, con la misericordia de Jesús, amén.

Roberto Romagnoli
J. Gorena 1.275
Concepción-Tucumán


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