“En la cosmovisión inca el hombre no es el rey de la creación, como dice el cristianismo, sino el responsable de su armonía"

“En la cosmovisión inca el hombre no es el rey de la creación, como dice el cristianismo, sino el responsable de su armonía"

El autor de La Argentina renegada vuelve con un nuevo libro: en Atahuallpa, memorias de un dios (Edhasa) analiza los errores y las astucias que cambiaron el destino de América. “Hay que entender que el conflicto entre incas y españoles es de cosmovisión, ni militar ni político”, resume

29 Marzo 2015

Por Dolores Caviglia - Para LA GACETA - Buenos Aires

Para escribir este libro, que le llevó cerca de cuatro años, el autor tuvo que volver el tiempo atrás. No sólo casi 500 años para encerrarse en más de una biblioteca y leer los manuscritos originales de los cronistas que estuvieron allí en el siglo XVI; sino también unas pocas décadas para regresar a la Universidad. Porque para contar a Atahuallpa, se anotó como alumno oyente de la carrera de Historia de la UBA y compartió aula con más de 250 estudiantes. Daniel Larriqueta es historiador pero también economista y profesor. Por eso cuando habla, aunque se dirija sólo a una persona, parece que estuviera frente a una clase. También tuvo un rol importante en la función pública y en la vida intelectual del país. Ahora presenta su nueva novela y dice: “Tengo la sensación de que América del Sur empieza a tener mayor protagonismo en la vida mundial y recuperar nuestras concepciones nos va a hacer más fuertes”.

- ¿Cómo llegó a Atahuallpa?

- No llegué yo, llego él a mí. Cuando escribí La Argentina renegada, que es la explicación de los orígenes andinos del país, hice un viaje muy largo por el mundo de Atahuallpa y ahí me empezó a llamar la atención ese personaje, su situación. Porque acá lo extraordinario es la situación: era un mundo que ignoraba la existencia del invasor, no hay otro momento equivalente en la historia humana. El mundo inca terminaba en las fronteras del imperio.

- ¿Cómo fue meterse en esta cosmovisión?

- Si nosotros pudiésemos tener una frecuentación de esa cosmovisión, todo sería distinto. Es muy fácil ser ambientalista con la cosmovisión inca, porque en ella el hombre no es el rey de la creación como dice el cristianismo, sino el responsable de la armonía del mundo. No se puede servir del mundo, tiene que ocuparse de él.

- ¿Hay diferencias entre el deseo expansionista inca y el español?


- Hay que entender que el conflicto es de cosmovisión, no militar ni político. El inca no usa casi nada de los pueblos que incorpora al imperio, porque recibe y da, no retiene tributos. Ellos amplían la sociedad porque creen que es la única manera de llevar el mensaje de paz. Los españoles tienen una misión religiosa, pero va asociada con la búsqueda de recursos materiales.

- ¿Por qué los españoles decidieron mantener vivo al Inca?

- ¿Cómo gobernar el Perú sin él? Pizarro se da cuenta de que está frente a algo descomunal. En ese momento tan crítico, él sabe que le es indispensable este personaje. Pero es muy curioso lo que pasa como paradoja. Porque mientras más avanza la relación entre ellos, más se esmera el Inca en hacer comprender a Pizarro lo poderoso que es y así se aproxima a la muerte.

- ¿Cuán importantes son las tradiciones ceremoniales?

- El inca se consideraba divino, no era una postura. Su cuerpo era divino y tenía fuerzas divinas. Tenía tal orgullo y certeza sobre su divinidad, que cualquier mortificación le provocaba una gran depresión, porque significaba que se tocaba todo un mundo concentrado en su cuerpo. El único que podía interpretar lo desconocido era él. Cuando se deshace, lo hace desde lo religioso, se rompe la estructura. Ningún inca después de Atahuallpa es Inca Dios.

- ¿Había chanches de que ganara el Inca?

- No. Esta es una tragedia en sentido clásico: todos los protagonistas son esclavos de sus destinos porque el rumbo de la historia lo hacía inevitable.

- ¿Cómo fue escribir el libro?

- Tuve que investigar mucho. Hay muchísima documentación histórica. Todos los personajes, hasta los más pequeños, son históricos. Y los hechos también. Algunos diálogos de Atahuallpa y Pizarro son históricos, están documentados por los cronistas que estuvieron allí. Ahora lo que sí forma parte de la creación literaria es todo lo que se refiere a la actividad religiosa del Inca. Pero está arraigado en lo que es la característica de la religión y del sistema de pensamiento. Las acciones tienen una armonía que las hace verosímiles. Yo traté de respetar eso para que nadie pueda decir: “Esto es imposible”.

- ¿Los argentinos tenemos algo de la cosmovisión inca?

- Sí. En muchas provincias se rinde tributo a la Pachamama, se celebra su día, que es cuando el inca empezaba todos los años la siembra. Tenemos muchas palabras, como cancha. También muchas reglas, como la de solidaridad, que no viene sólo de los españoles, sino de los indígenas. Tenemos una actitud respecto de la naturaleza mucho más respetuosa que otras sociedades occidentales.

© LA GACETA

PERFIL

Daniel Larriqueta nació en Mendoza. Es economista, historiador y profesor. Publicó ensayos históricos y políticos: La Argentina Renegada, La Argentina Imperial, La maquinaria del poder y Democracia sin república, entre otros. También es autor de ficciones como La novela de Urquiza y La furia de Buenos Aires.

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