Cartas de lectores
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27 Marzo 2015

 QUEMA DE UNA COMISARÍA

Lo que sucedió en la comuna de Colombres, departamento Cruz Alta, se debe a que los policías pierden la responsabilidad que en la Escuela de Policía les enseñan. La de tomar la denuncia cualquiera sea la índole del hecho, es la obligación de cualquier funcionario público. La ira de los pobladores es síntoma de un pueblo cansado que quiere decir basta a la injusticia. El delegado comunal debe como funcionario público ponerse a la cabeza de este reclamo, así como el jefe de Policía, y el gobierno provincial, que tienen que velar por los derechos del niño. Cuando quieren, en menos de 24 horas se detiene al culpable y no a cualquier perejil, sino al verdadero culpable. Deben respetar a la víctima, mucho más cuando se trata de menores. Espero que la bronca de la gente de trabajo que atacó la comisaría sea tenida en cuenta por los funcionarios públicos. El comisario y sus subordinados no pueden salir como ratas por tirantes. Pregunto por qué ya estaba la infantería en el lugar. ¿Cómo para eso ya estaban preparados y no para tener al culpable de tan aberrante hecho? Si no detienen en forma urgente al verdadero culpable cada día esto se pondrá peor. Todos deben entender que la gente ya está cansada de la injusticia.

Carlos Alfredo Lencina

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 EXABRUPTO

“Estuvo mal, pero hay que entenderla”, dijo el gobernador Alperovich ante los dichos de su esposa. “Betty es así”, la justificó el titular del Inadi, Gustavo Díaz Fernández. Sí, lamentablemente, los tucumanos sabemos que “Betty es así”, ya fuimos testigos de sus exabruptos en otras oportunidades. Pero quiero resaltar algo, el tono en el que Cristian Bulacio le responde: “vago”. Bulacio es obrero temporario, trabaja en la cosecha de la caña, en la del limón y la del arándano, ¿es un vago o es otro de los miles de tucumanos que no tienen un trabajo estable gracias a las políticas de este gobierno? Cuando uno lee sus declaraciones, lo único que pedía y que sigue pidiendo es que el Gobierno mande las máquinas que se necesitan para encauzar el río. Lo pedía un hombre desesperado, que perdió todo, que está con el barro en las rodillas y lo exigió, pero sin agresiones. ¿Vago de miércoles? Betty podría aprender de él, que demostró tener mucha más educación, ubicuidad y dignidad que ella y que muchos de los funcionarios- funcionales de esta administración.

Jovita Novillo

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 EXABRUPTO II 

El incidente de la señora senadora Beatriz Rojkés de Alperovich no fue producto del cansancio físico y mental que adujo en su pedido de disculpas. Es el fiel reflejo de su naturaleza, de su condición de “patrona” que nunca le permitirá ponerse en lugar del otro. Este hecho debería hacernos reflexionar sobre la clase de dirigencia política que queremos tener en el futuro inmediato. Personas de esta insensibilidad deberían ser castigadas en las urnas y no premiadas porque sólo trabajan para ellas y no para los demás. No tiene la intención de un paso al costado, lo que me hace temer que el próximo exabrupto está al caer. Es cuestión de tiempo para que ponga nuevamente a la provincia en la primera plana de las noticias vergonzosas.

José Rafael Abdala

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EXABRUPTO III

Los insultos, en sí mismos, por parte de la senadora Nacional, tendrían las características de un pequeño incidente, con independencia de la crisis política abierta por las inundaciones, al “minimizarlos” a la categoría de un exabrupto, y que se “solucionaría” con un pedido de “disculpas”. Pero ¿Se trata de un exabrupto? Ya el revolucionario León Trotsky, en su libro “Problemas de la vida”, en el capítulo “La lucha por un lenguaje culto”, explicaba que “el lenguaje insultante y las blasfemias constituyen un legado de la esclavitud, de la humillación y de la falta de respeto por la dignidad humana, tanto la propia como la de los demás”. Y establece una clara distinción: “El lenguaje blasfemo en nuestras clases socialmente inferiores era el resultado de la desesperación, la amargura y, sobre todo, de la esclavitud sin esperanzas ni evasión”. En cambio, “el lenguaje blasfemo, de nuestras clases altas, el lenguaje que salía de las gargantas de la aristocracia y de los funcionarios, era el resultado del régimen clasista, del orgullo de los propietarios de los esclavos y del poder inconmovible”. En este cuadro, el lenguaje injurioso (“pedazo de animal y vago de miércoles”), “salió” de la senadora, reconociéndolo, ella misma, como “una actitud absolutamente primitiva”. En cambio, la respuesta de los injuriados fue con altura: no insultaron. Por el contrario, dieron argumentos: “Aquí no tenemos nada. Usted tiene el poder para hacer las cosas. Gracias por decirme que me lleve el río. Usted tiene una casa, una mansión allá”. Estas diferencias, tan sustanciales, tienen una interpretación: “La revolución, sin embargo, es primordialmente el despertar de la personalidad humana en el seno de las masas que supuestamente no poseían ninguna personalidad. Se caracteriza, inicialmente y, por sobre todo, por un creciente respeto a la dignidad del individuo y por un interés cada vez mayor por los débiles”. Por último, para Trotsky, “la lucha contra el lenguaje procaz es un requisito esencial de la higiene mental, de la misma manera que la lucha contra la suciedad y las alimañas es un requisito de la higiene física”. Y Cristian corrobora estas afirmaciones: su objetivo no era hablar mal de la senadora: “lo único que quiero es que se solucione la situación del pueblo”, que hasta ahora no solucionaron.

Pedro Pablo Verasaluse

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 LA CÁRCEL

Leí que la Provincia quiere refaccionar y agrandar en parte la cárcel de esta ciudad, ubicada un calle México entre el 1.200 y 1.300, por supuesto que con fondos nacionales. Sin ser técnico en la materia, me pregunto qué sentido tiene hacer esas obras en ese local que ya quedó bastante obsoleto y en un lugar de la ciudad que no es apto para ese cometido, rodeado de negocios y viviendas y que estimo no se sentirán tranquilos en la zona. Pregunto si no es conveniente levantar un nuevo edificio en las afueras de la ciudad como vemos en otras urbes y un poco apartado de la población. Para ello, estimo debería hacerse una planificación del modelo de unidad carcelaria, con su correspondiente superficie y también lo que costaría la realización completa del edificio, por supuesto ocupando para ello algún terreno fiscal de la provincia. Luego, podría llamarse a licitación pública para que una o varias empresas constructoras asociadas efectuaran la obra como fuera proyectada y una vez concluida y aceptada por el Gobierno, se trasladara a los presos de la actual cárcel y en compensación se entregara a las constructoras el actual espacio de la cárcel, para que allí construyeran viviendas, torres de departamentos y/o negocios. Ello que le dará otro aspecto a la zona y los vecinos y transeúntes se verán sumamente beneficiados, al rodearse de otro paisaje edilicio. Espero que lo manifestado no sea tomado a mal por las autoridades competentes.

Mario Rivet Vozza

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 TELECOM (I)

Es realmente insoportable el servicio que presta a sus usuarios la empresa Telecom. Desde el momento de la contratación del servicio -teléfono e internet-, en noviembre de 2013, aproximadamente, mi padecimiento es constante, especialmente cuando llegan a mi domicilio las facturaciones mensuales -mi número de teléfono es 0381-4975704. Todo se agravó cuando pedí internet de seis megas porque el de tres megas que me ofrecieron como parte de una promoción era insuficiente y muy lento. Al solicitarlo a través del bendito 112, me aseguraron que a partir de ese momento -febrero de 2014, creo- sólo se me iban a facturar los seis megas. Falso. Hasta el día de hoy, Telecom me sigue cobrando los tres y los seis megas. Pago, en la misma factura, $151,25 por el abono Arnet de los tres megas y $ 166,12 por el abono Arnet de los seis megas. A esta situación la denuncié oportunamente ante la Comisión Nacional de Comunicaciones. Pero lo que más indigna es que los famosos seis megas “salvadores” que pedí adolecen de la misma lentitud y falta de potencia que los tres megas que deseché. Estas fallas son notables. Cuando menos lo espero, casi todos los días, diría, me quedo sin internet y tengo que armarme de una paciencia franciscana para esperar que el servicio “tome vuelo” y retorne a la normalidad. Durante este fin de semana -feriados incluidos- estuve sin ninguno de los dos servicios. Los cortes se produjeron pese a que a Telecom no le debo un peso. Hay dos facturas que rechacé porque la empresa nada hace para evitar el cobro injustificado de los megas. ¿Nadie puede defendernos de estos atropellos de esta firma monopólica? ¿Acaso no hay una estructura jurídica que ponga fin a tanta soberbia empresarial? ¿No les parece injusto a las autoridades que en pleno siglo XXI, cuando la ciencia y la tecnología han logrado avances insospechados para la humanidad, especialmente en las telecomunicaciones, sigamos siendo cautivos de las políticas del no me importa y del hago lo que quiero? Para Telecom, que presta un servicio público, el cliente nunca tiene razón.

Marcelino Alberto Jugo

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 TELECOM (II)

Desde hace un mes estoy sin teléfono ni internet. Hice el primer reclamo el 25/2, a un sistema automático; el reclamo personalmente el 5/3 en la calle Muñecas. Cuando quiero comunicarme con Telecom en forma automática me dicen que mi reclamo está siendo procesado: ¿será que lo van a procesar otro mes más?

Aldo Raúl Addur

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 ATLETA DE LA VIDA

Simoqueño de pura cepa, lo conocemos. Persona de humildad extrema, tan grande su corazón que no cabe en su pecho. Tan fuerte y sano su espíritu que unos pocos son agraciados por ese don, con esa fortaleza que tiene el hombre que se propone una meta, aunque sea difícil de sortear. Ganador en todo lugar por donde transitó. Sus reconocimientos y medallas por triunfos están allí, en su alma. Eximio y respetable deportista de bajo perfil, que transita las calles de su pueblo y de cualquier ciudad del mundo sin olvidar quién es y a dónde pertenece. Así como el bendito es Juan Pablo de Simoca, el atleta de la vida, que con fuerza, valentía y perseverancia ganó un día su carrera más dura, le corrió una carrera extrema a una grave enfermedad, que aunque largo y durísimo que fuera el camino de su tratamiento que tal vez tramposo, lo quiso agotar y hacer bajar los brazos, no pudo con él. “Chocolate” como llaman a Juan, la dejó atrás por lejos, como acostumbra. Hoy nuevamente se encuentra compitiendo, pero no contra una enfermedad cruel, sino a contrincantes desconocidos. Seguro que saldrás airoso, porque estás preparado para ello, triunfador. Demostrarás una vez más que puedes, que sos el mejor. Tu pueblo te acompaña en esta maratón y te da la fuerza que necesitas. Estamos con vos. Y, a esas personas que te hicieron daño, tarde o temprano la sombra oscura de la conciencia los invadirá y demostrará que nunca apagarán la llama olímpica que llevas en tu mano. La llama de la dignidad, que tú representas. Un abrazo querido campeón, la meta está cerca, no decaigas y no mires atrás, que vas primero; esta carrera nuevamente es tuya. Fuerza.

Martín Aguirre

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