Criticas de las puestas de la Fiesta Nacional del Teatro

Criticas de las puestas de la Fiesta Nacional del Teatro

Un árbol genealógico teatral según César Brie
Una cruz en diagonal ocupa el escenario, con pasillos delineados por flores y definidos por calles de luces desde los laterales. César Brie camina  hasta su espacio lentamente. Ese ritmo caracteriza casi toda la obra “Fui”, del actor y director argentino que regresa al país con su última obra, una suerte de árbol genealógico teatral. Hay una mamushka que se abre con cada personaje, y libros de la frustrada librería de su padre. En una soga está colgada la ropa de su padre y de su madre, al evocarlos con dulzura, así como a su abuela. Un excelente muñeco articulado hace de él mismo en su niñez y juventud, mientras transita los recuerdos. Brie rompe desde su planteo escénico inicial la cuarta pared teatral, pero queda a medio camino de jugar con un público dispuesto a disfrutar su iniciativa y a reír de su humor sutil. Hay un par de momentos que aparecen más como excepciones que como líneas de trabajo. 

Se trata de una puesta controlada y medida, con un tono de voz y una dinámica del relato deliberadamente monótonos.Todo comienza con los bisabuelos, y termina con las dos hijas preadolescentes.

Brie recorre con precisión y detalle la historia de sus antepasados y con trazos algo más gruesos, a sus contemporáneos, donde la distancia temporal evidentemente lo acota en la visión histórica de sus vidas, incluyendo la propia.

En el listado de apariciones importantes les dedica buen tiempo (más incluso que a personajes centrales de su existencia) a seres colaterales a su labor profesional: los críticos y los productores, centro de sus enojos y donde despliega sus dotes histriónicas y su carga irónica.

“Detrás de palabras como amor, muerte, ausencia, dolor, alegría se anidan historias personales, rostros, malestares, añoranzas, hechos aparentemente ínfimos que marcaron nuestra existencia. Estamos habitados por estos hechos, nos pertenecen”, explica el autor en el folleto de presentación de su obra. 

Brie se hace cargo de la profunda poesía que transmite, haciendo pie en la forma de decir cada palabra aunque ello distancie la emoción. Cada uno buscará en sus propios fantasmas del pasado las cercanías y similitudes con las historias personales y transitará la frontera entre el recuerdo real y el construido.

De Entre Ríos llegó una “Antígona” diferente 
“Antígona” sigue recorriendo el continente americano para sepultar a sus muertos, víctimas de las dictaduras. La versión libre del texto clásico de Sófocles, realizada por Oscar Lesa, llegó con el grupo Metamorfosis, de Entre Ríos. Cinco mujeres despliegan distintos personajes que pujan por consumar o impedir el rito funerario que permitirá cerrar el duelo. Elementos de fractura (distorsiones de voz con micrófonos, vestuario, caracterizaciones de perros feroces y despliegue físico) correctamente realizados y buenas actuaciones impiden un relato tradicional y reavivan el interés en la puesta.


La espera en un aeropuerto se hace insoportable
Dos viajeros esperan en un aeropuerto.  Uno habla sin cesar, el otro escucha resignado en “El enemigo. Crónica de una espera”, protagonizada y codirigida por los rionegrinos Gustavo Azar y Pablo Donato, del grupo El piso de arriba. Los actores se esfuerzan por construir esa compleja unidad desdoblada, con una dicción transparente y acotados juegos escénicos en un amplio espacio vacío que conspiró con la sensación de lugar opresivo que requería la puesta. 

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