La batalla de los relojes

La batalla de los relojes

 reuters reuters
15 Marzo 2015
Para quienes más conocen la reservada industria relojera de Suiza, su respuesta en apariencia pasiva al plan de Apple, de atacar su centenario negocio, podría ser confundido con sumisión ante un rival intimidante.

Pero las empresas de lujo y moda Richemont, LVMH , Swatch Group y Guess han estado ocupados el último año probando sus propios relojes avanzados, mientras intentan mantener la imagen más atemporal de sus productos.

Cuando se anunció por vez primera el Apple Watch, en septiembre de 2014, los expertos rechazaron estos dispositivos por estar dirigidos a un tipo de cliente diferente, aquel que valora más la tecnología que el prestigio.

Ahora, los analistas y los ejecutivos de la industria comenzaron a pensar que, tal vez, el último producto de Apple animará las ventas de relojes de lujo entre consumidores más jóvenes, acostumbrados a ver la hora en sus teléfonos en lugar de en sus muñecas.

“Apple tiene el potencial de hacer que el reloj vuelva a ser genial de nuevo”, manifestó Ben Wood, analista de CCS Insight, y fanático confeso de los accesorios tecnológicos. “Creo que la industria relojera suiza va a estar encantada”, agregó.

Swatch -que lleva más de una década experimentando con relojes inteligentes y ya hace componentes para pulseras deportivas- aseguró a la prensa helvética que trabaja para ofrecer sus propios dispositivos en los próximos meses. “Apple no es la única compañía a punto de lanzar un reloj inteligente al mercado”, señaló Nick Hayek, presidente ejecutivo de Swatch, el mayor fabricante de relojes del mundo, al “SonntagsBlick” en enero pasado. “No es una amenaza, sino una gran oportunidad para nosotros y la industria relojera suiza”, añadió.

El Swatch Smartwatch incluirá un chip que permitirá que los usuarios hagan pagos móviles; tendrá baterías de larga duración y podrá conectarse a teléfonos con sistema operativo de Apple y de Google.

Combinaciones

La amenaza de los relojes inteligentes podría verse limitada también por la corta vida que suelen tener los productos tecnológicos, seguidos por rápidas actualizaciones.

Un iPhone suele perder la mitad de su valor en el primer año tras su lanzamiento, mientras que el buque insignia de Rolex, el Submariner, ha subido su valor, argumentaron analistas de Berenberg Bank en un reciente informe.

Montblanc, propiedad de Richemont, anunció en enero el lanzamiento de su TimeWalker Urban Speed, que combina un reloj mecánico tradicional con una correa intercambiable con un dispositivo conectado por Bluetooth.

Por su parte, Tag Heuer, de LVMH, se ha asociado con una compañía tecnológica estadounidense aún no divulgada para producir un dispositivo fuera de Suiza, mientras Guess anunció su intención de lanzar una línea nueva llamada Guess Connect. Esta presentación está prevista para finales de este año.

Aún es demasiado pronto para saber si Apple Watch, que llegará a costar U$S 17.000 en su versión de oro amarillo y rosa, restará cuota a la industria suiza, que vende unos 30 millones de relojes al año.

Si Apple comercializa 20 millones de relojes el primer año, como calculan algunos analistas de la industria, y todas esas ventas provienen de compradores que abandonan las marcas relojeras tradicionales, Swatch podría ser la más afectada, con una caída del 6% en sus ingresos anuales, según vaticinan expertos de la firma Barclays.

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