La correspondencia entre Freud y su hija

La correspondencia entre Freud y su hija

El trabajo psicoanalítico, el desarrollo del vínculo paterno filial y el clima de época aparecen en las cartas

PORTADA. Sigmund y Anna, juntos. la gaceta / archivo PORTADA. Sigmund y Anna, juntos. la gaceta / archivo
08 Marzo 2015

Compilación

CORRESPONDENCIA (1904-1938)

SIGMUND Y ANNA FREUD

(Paidos - Buenos Aires) 

Freud siempre señalaba que el psicoanálisis había nacido en 1895 junto con Anna, su hija menor y principal continuadora y acompañante del gran maestro. La correspondencia entre ambos no sólo refleja ampliamente el trabajo freudiano frente a la catarata de asuntos teóricos por el descubrimiento del inconsciente sino, además, la construcción vincular entre padre e hija a la luz de la sociedad vienesa en los albores del siglo XX. Los progresos de la ciencia en una Europa capaz de crecimientos importantes, en aguda contradicción con la miseria, los prejuicios y las guerras, también se ven reflejados en las cartas. Anna nunca se casó ni se supo de amoríos relevantes. Freud desaprobó dos candidatos importantes para su hija haciéndola transitar, por decirlo así, un complejo de Edipo “legítimo”. Fue paciente de su padre por un total de cuatro años, participante asidua de congresos y destacada entre las primeras psicoanalistas de niños. El texto exhibe el poder de la identificación, constructora de identidades precisas y múltiples. Para Anna cada avance teórico-práctico de su padre alumbra fraternidad, sostiene admiración y ratifica consagración: parece que algo más tenía que hacer Anna con el amor. En los últimos años, ya en tierras inglesas donde la familia Freud se refugia huyendo de los nazis, se producen conflictos teóricos entre la escuela kleiniana y los desarrollos de Anna en el campo del yo y sus mecanismos defensivos.

Quizás convenga consignar el arte de la escritura antes del advenimiento de la cibernética, el cuidado en la conceptualización que lleva la palabra escrita, el amor por la forma honrando el contenido, y la ética y pasión por la verdad a través del descubrimiento. A veces es posible pensar que las múltiples producciones post freudianas para mejorar o empeorar el psicoanálisis, por fortuna todavía no lo lograron.

(c) LA GACETA

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Osvaldo Aiziczon

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