El real se devaluó para lograr una industria más competitiva

El real se devaluó para lograr una industria más competitiva

Cualquier decisión que adopte Brasil impactará en el intercambio, dice un especialista La estrategia de planchar el nivel de actividad y de congelar la relación peso-dólar, acentuará el parate económico, según Abad.

EN RÍO DE JANEIRO. Las pizarras muestran la evolución cambiaria del Real respecto de otras monedas.  reuters EN RÍO DE JANEIRO. Las pizarras muestran la evolución cambiaria del Real respecto de otras monedas. reuters
06 Marzo 2015
La devaluación del 25% que registró la moneda brasileña, que elevó el valor del dólar a 3 reales, responde a una estrategia del gobierno de Dilma Rousseff para concederle mayor competitividad a las industrias mediante el movimiento cambiario. Según el director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa), Daniel Abad, esta decisión de Brasil podría afectar la competitividad de las empresas argentinas que exportan al gigante sudamericano, o que compiten con productos brasileños en el mercado local. El experto afirma que esto se debe a que el Gobierno nacional desechó, al menos por ahora, la posibilidad de devaluar el peso, por temor a que se dispare la inflación.

“Brasil es el principal socio comercial de la Argentina. Por lo tanto, cualquier decisión económica que adopte impactará de modo directo en el intercambio bilateral, que se efectúa mediante las exportaciones y las importaciones industriales. En este contexto, es fundamental el comportamiento del denominado tipo de cambio bilateral (que se mide en base a las proporciones del comercio entre ambos países) en relación con el dólar. Si Brasil devalúa el real, tal como sucedió, y la Argentina mantiene quieto el peso respecto del dólar, las empresas nacionales que exportan a Brasil, o que compiten en el mercado interno con productos brasileños, perderán competitividad por la vía cambiaria”, explica el director del Cesnoa.

Por otro lado, señala que el Gobierno argentino ratificó, al menos por ahora, su decisión de no volver a devaluar la moneda nacional, tal como ocurrió en enero de 2014. “Esto implica que el equipo económico decidió sacrificar el nivel de actividad en lugar de acompañar la devaluación del real. Por lo tanto, el Gobierno prefiere no devaluar el peso por temor a que se dispare la inflación. Entonces opta por sacrificar el crecimiento económico, a cambio de lograr cierta estabilidad cambiaria y financiera hasta que termine el mandato”, argumenta.

Abad advierte que la estrategia de planchar el nivel de actividad, y de mantener congelada la relación peso-dólar profundizará aún más el parate de la actividad económica y, en consecuencia, podría perjudicar el nivel del empleo en el sector privado.

Brasil ajustó su tipo de cambio, en relación al dólar, para otorgarles a sus industrias una mayor competitividad. Lo cierto es que, en este momento, a Brasil no le importa lo que haga la Argentina”, subraya Abad.

Las adversidades económicas que afrontan ambos países se materializan en el retroceso del intercambio comercial. Según cifras del Ministerio de Industria y Comercio Exterior de Brasil, que divulgó la consultora Abeceb.com, las transacciones bilaterales se contrajeron el 25% interanual en enero pasado.

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