Violento asalto a una mujer que guardaba su camioneta

Violento asalto a una mujer que guardaba su camioneta

César Rija contó que a su madre le pegaron dos culatazos y que se desmayó. Los ladrones huyeron sin robar nada. El hijo de la víctima relató que los ladrones le gatillaron y la golpearon en la cabeza.

RELATO. César Rija explica cómo fue el asalto que sufrió su madre el martes, cuando guardaba el vehículo. la gaceta / foto de Antonio Ferroni RELATO. César Rija explica cómo fue el asalto que sufrió su madre el martes, cuando guardaba el vehículo. la gaceta / foto de Antonio Ferroni
06 Marzo 2015
Cuando le mostraron el video en el que se ve a su madre arrodillada y a un ladrón gatillando el arma mientras le apuntaba a la cabeza, César Rija se dio cuenta de que la podría haber perdido. Por eso decidió hacer público el violento asalto del que fue víctima la mujer el martes a la noche en Chile al 300.

Rija, de 23 años, vive con su madre Patricia y su abuela en Laprida al 1.200, a escasos metros de la cancha de Atlético Tucumán. El joven es estudiante de Ciencias Económicas y su madre es licenciada en Fonoaudiología.

A las 22 del martes, Patricia subió a su Renault Duster, dio la vuelta la vuelta y tomó por Chile, para guardarlo en la cochera que alquila en esa cuadra. “Siempre lo guarda ella, salvo que sea muy tarde; entonces lo guardo yo”, comentó Rija.

Patricia subió a la vereda, se bajó de la camioneta y abrió el portón del garaje. En ese momento un ladrón la tomó de atrás, la tomó de los pelos y la obligó a arrodillarse, de acuerdo al relato que dio su hijo.

“Ella le dijo ‘por favor, no tengo nada’. Parece que no la escuchaba, no hacía caso a lo que ella le decía. Y le gatilló tres veces pero por suerte el tiro no salió”, describió Rija. El dueño de la cochera salió al escuchar los gritos, y el ladrón también le habría apuntado y gatillado dos veces. Otra vez el arma, afortunadamente, no se disparó.

Un cómplice que estaba en una moto subió a la camioneta, que había quedado abierta, y revisó en todos los asientos. La mujer les repetía que no tenía ni cartera ni billetera. Patricia había salido de su casa sólo para guardar el vehículo. Tal vez por la impotencia de no encontrar nada, el ladrón que tenía a la víctima le pegó dos culatazos en la cabeza. Patricia se desmayó, y los delincuentes huyeron.

El hijo de la víctima relató ayer a la siesta lo que había sucedido, en la vereda del frente del garaje, porque el dueño no quería que llamara a los medios de prensa. “Pero si no se hace público, no cambia nada”, se justificó Rija, quien agregó que no pudo conseguir la copia del video de las cámaras de seguridad del estacionamiento, que habría registrado todo el robo.

Problemas post robo
El dueño de la cochera corrió a buscar al hijo de la víctima. Cuando Rija llegó, encontró a su madre en el piso. Los vecinos acercaron una silla y la ayudaron a recobrar la conciencia. Estaba golpeada y sufrió una crisis de nervios.

A los pocos minutos llegaron dos policías. “Les pedía que llamen a motoristas para que salgan a buscar a los ladrones, pero no venía nadie. Me subí a la camioneta y di una vuelta, pero no los encontré. Después de una hora de esperar a la ambulancia decidí llevar a mi madre del hospital Padilla”, manifestó Rija.

Al llegar al centro médico, explicó lo que le había ocurrido y, según el joven, le dijeron que había que hacer una tomografía computada, pero que debía comprar un compact disc virgen para el estudio, porque en el hospital se habían acabado. “En la vereda del frente había un hombre que los vendía”, contó Rija. El miércoles a la tarde recién pudieron hacer la denuncia en la seccional 5ª.

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