¿Qué hay en común entre deportes, riesgos y orgasmos?

¿Qué hay en común entre deportes, riesgos y orgasmos?

La práctica de deportes extremos induce a un estado de bienestar, felicidad y placer además de reducir el estrés. Una especialista dice que hay una erotización del peligro.

EXTREMO. Un deportista trepa una montaña; lo que para unos es peligroso, para otros es sinónimo de placer. EXTREMO. Un deportista trepa una montaña; lo que para unos es peligroso, para otros es sinónimo de placer.
02 Marzo 2015
Son muchos los que disfrutan de los deportes extremos, de sentir el vértigo y la adrenalina en la sangre. ¿Qué nos lleva a practicar este tipo de deportes? Esa fue la pregunta a María Gabriela Parano, médica psiquiatra, especialista en trastornos de ansiedad y depresión e integrante del Círculo Cognitivo del Jardín.

- ¿Por qué nos atrae el riesgo?

- Porque despierta una de las más fuertes y básicas emociones del ser humano: el miedo y la capacidad de enfrentarlo. Definimos como emoción a la activación inespecífica del sistema vegetativo (taquicardia, sudor, palpitaciones) y del sistema motor esquelético (expresión facial, atacar o huir) que se desencadena en situaciones tensas o comprometidas para el individuo. Estructuras como el hipotálamo, la amígdala, el hipocampo y la corteza cerebral órbito-frontal son necesarias en la elaboración de esta respuesta emocional.

- ¿Qué nos lleva a practicar deportes extremos?

- La ciencia, mediante numerosas investigaciones, determinó que esta pasión por el peligro puede tener una raíz fisiológica. La respuesta emocional frente al riesgo está mediada por la secreción de neurotransmisores como la adrenalina, la dopamina y la serotonina. Estas sustancias que se liberan frente a la práctica de deportes extremos o de turismo aventura consiguen elevar el nivel de alerta, ejercitar la capacidad de reacción e inducir un estado de bienestar, felicidad y placer, además de eliminar el estrés. La arenalina, la dopamina y la serotonina generan bienestar y felicidad. Los deportes extremos producen la liberación de estas sustancias. El problema es que nuestro cerebro se acostumbra a esas sensaciones, y de ahí viene el interés de repetir estas prácticas, como en una adicción. Estos deportistas precisan cambiar de actividad y buscar nuevos desafíos.

- ¿Será solamente porque la adrenalina libera dopamina y da sensación de bienestar o hay una erotización del peligro?

- Sin lugar a dudas que existe una erotización del peligro; y esto también podemos explicarlo desde lo neurobiológico, ya que las mismas sustancias vinculadas a la realización de deportes extremos (adrenalina, dopamina, serotonina) están presentes en la respuesta sexual. La sensación de practicar un deporte extremo es lo más similar a un orgasmo.

- Hay quienes dicen que detrás de esa búsqueda de placer suelen esconderse estados de angustia, duelos no elaborados...

- Personalmente no comparto este concepto. La búsqueda de placer y satisfacción es una característica de un individuo normal que goza de salud mental. No obstante, es preciso destacar que sí existen patologías mentales donde hay una exacerbación de conductas que llevan al individuo a ponerse en situaciones de riesgo, como son el trastorno bipolar y la depresión monopolar.

- ¿Tiene que ver el hecho de vivir en la ciudad y tener una vida sedentaria?

- En realidad, tiene que ver con el estrés, que es una de las situaciones más comunes en la sociedad actual. El estrés es una respuesta del organismo frente a un estado de tensión excesiva y permanente. Las personas que lo sufren viven con una tensión emocional e intelectual que las conduce al agotamiento. Los deportes extremos, a través de la liberación de neurotransmisores, nos ayudan a aliviar el malestar psicofísico vinculado al estrés, además de que permiten desarrollar condiciones físicas, capacidad de logro y seguridad en uno mismo.

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