Narrar Tucumán

Narrar Tucumán

Hugo Foguet, Dardo Nofal, Juan José Hernández y Samuel Schkolnik fueron cuatro de los mayores narradores tucumanos. La provincia es el escenario de algunas de sus más logradas ficciones. Un prejuicio folclorista afectó la difusión de sus obras. La novela tucumana todavía carece de tradición.

01 Marzo 2015
No voy a hablar de un canon único de la novela en Tucumán. No voy a postular una tradición cerrada ni tampoco una idea tradicionalista de la novela. En todo caso, quiero referirme a un catálogo personal, a mi cuaderno de notas como novelista. He elegido la provincia como ámbito sólo para buscar un límite. La literatura no tiene nada que ver con la geografía.

Foguet y la fundación de la ciudad

Toda ciudad aspira a tener un Joyce. Toda ciudad desea que un novelista haga de esa ciudad el material de su literatura. Y toda ciudad, creo, quiere que nazca un Ítalo Calvino, o sea, un soñador que escriba la ciudad invisible de su memoria. La ciudad de Tucumán ya ha tenido su primer Italo Calvino y ya ha tenido su Joyce subtropical. Ese soñador ha sido Hugo Foguet.

Pretérito perfecto inicia la novela urbana en Tucumán: los personajes atraviesan la gran ciudad de los sueños y de la realidad. Las historias de personajes estrafalarios transcurren en una ciudad atestada de bombas y operativos de la policía para aplastar las revueltas estudiantiles y obreras. Aunque Arturo hable de la poesía y de poética y la negra Fortabat tenga un affaire con el crítico que viene de Buenos Aires, los hechos ocurridos en la Quinta Agronómica (hechos que hacen clara referencia al “Tucumanazo”) invaden las conciencias de los personajes y los internan en la dura realidad de Tucumán y del país.

La novela de Foguet puede considerarse una radiografía no de la pampa sino del norte en esos años polvorientos y lóbregos, en los años en los que las teorías sobre el cosmos se mezclaban con la poesía y el sexo libre y el deseo de la revolución estaba en la esquina del barrio. La novela de Foguet combina de manera lograda las referencias exquisitas y múltiples a la literatura de Europa y las calles de Tucumán, el exotismo hindú con la pachamama, el bar La cosechera con la filosofía de la magdalena de Marcel Proust.

Nofal y la villa (el realismo crudo)

La prisión de Bautista es la segunda novela de Dardo Nofal y está narrada, precisamente, por Bautista. El personaje y narrador habla desde su prisión, desde la villa. Bautista y los otros (el Anciano, el Quijada y la señora Benítez) no viven en la ciudad burguesa ni en un barrio acomodado ni en un country. Están excluidos de la ciudad. Son cirujas, villeros.

La novela está narrada en primera persona: una voz cínica, escéptica, una voz determinada por la miseria repiquetea en las páginas como un zumbido ciego. El Bautista cuenta la dura miseria de la villa, la muerte del Anciano y los robos con el Quijada. La lengua oral horada las páginas, la voz áspera y ácida zumba siguiendo el compás de la oralidad tucumana. Nofal realiza un trabajo exquisito con la lengua sucia y bastarda. Pero no se trata de un intento de mímesis de la lengua real. Los párrafos están elaborados con una precisión en la construcción de la frase: Nofal ensaya un artificio deliberado. Se trata de un trabajo artesanal con la palabra.

Hernández y el barrio (la evocación)

Los cuentos, esas piezas insoslayables, configuran una zona, podríamos decir. Los cuentos narran una atmósfera, un ambiente, un espacio a la vez imaginario y real. Ese lugar es la siesta y el barrio de Tucumán. Ese lugar es el patio de una casa o la quinta de una mujerona. Es un espacio íntimo.

Al leer los cuentos tenemos la sensación de estar leyendo la evocación de un Tucumán que ya no existe o que sólo existe en la memoria de la literatura. Los cuentos de Hernández no hablan de un tiempo presente, real, mimético. Narran una zona que ha sido imaginada y recordada por los narradores crueles y exquisitos de los cuentos. Y tal vez esa atmósfera y esa posibilidad evocativa se relacionen con la literatura de Proust. Los cuentos pueden ser leídos como episodios de una novela infatigable e inconclusa.

Schkolnik y la filosofía (metafísica de lo cotidiano)

La trama de Salven nuestras almas es, en principio, sencilla. Se puede contar en unas pocas líneas: Escolni, Ferrari y González comparten las alegrías y las desdichas de cualquier vecino del barrio Sur a la par que son testigos de la decadencia de la sociedad. Escolni evoca su pasado y observa con perplejidad los disturbios promovidos por los querí-sabíes y los republicanos.

Escolni es el narrador y cita, como un fervoroso admirador, los textos de González. El ingeniero Ferrari camina por las calles de la ciudad y contempla la fugacidad del mundo. González, el carpintero filósofo, comunica sus pensamientos a través de anotaciones que entretejen la poesía y la crónica sobre asuntos cotidianos y metafísicos. Lo más sustancioso de la novela son, precisamente, los textos de González, esos textos que Escolni transcribe con la voluntad de un amanuense.

Prejuicio folclorista

¿Por qué no se piensa en las novelas de escritores tucumanos cuando se piensa en la novela argentina? Porque no se considera a las novelas desde una idea no folclorista de tradición. Abunda el prejuicio folclorista. Es más habitual pensar en la idea de Cortázar: o sea, se relaciona a la novela con la ciudad puerto, con la gran metrópoli, Buenos Aires. ¿Y Buenos Aires existe desde siempre? ¿No ha sido inventada, también? Una tradición novelística y una ciudad son meras invenciones que se imponen. Por eso recordamos la ciudad que han inventado Borges, Cortázar, Bioy Casares, Mujica Laínez y Roberto Arlt. Lo que falta en la “zona” es que haya una sucesión de inventores, una serie continuada de soñadores.

En suma, se necesita una tradición y la tradición no es otra cosa que la invención de un recuerdo compartido. Hugo Foguet, Juan José Hernández, Sara Rosenberg, Eduardo Rosenzvaig y Dardo Nofal son los primeros novelistas de Tucumán. Este es un buen comienzo. Nos espera el futuro. La tradición está en el futuro.

© LA GACETA

Fabián Soberón - Novelista, ensayista, crítico. Autor de La conferencia de Einstein.

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