Las Carreras apunta a ser modelo en el NOA

Las Carreras apunta a ser modelo en el NOA

Además de los cuatro cascos de estancias que brindan servicios para el agroturismo, se sumó una cooperativa de labradores

 la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll la gaceta / fotos de Osvaldo Ripoll
27 Febrero 2015
El turismo rural se impone en todas las latitudes del mundo como una necesidad del hombre de estar en estrecho contacto con la naturaleza y con las raíces de las producciones agropecuarias de los lugares elegidos. La diferencia con el turismo masivo o “de moda” está centrada en la calidad material y humana que recibe el visitante, así como también en la gastronomía y el patrimonio locales, esa inolvidable experiencia de compartir las tareas del ámbito rural y sus costumbres.

En el caso de Tafí del Valle esta modalidad cuenta con merecimientos propios que le valieron reconocimientos a nivel nacional e internacional. Cuatro cascos de estancias (Las Carreras, Los Cuartos, Las Tacanas y El Churqui) están organizados y adecuados para funcionar a partir de la exigencia del turismo extranjero, y son regenteados familiarmente.

Ahora, para ampliar la oferta y apuntando a un target de visitantes más “gasolero” pero con necesidades de vivir experiencias similares, están en marcha emprendimientos cooperativos con el “hostel rural”, apoyados principalmente por una ONG y la comunidad del Valle.

Si bien los edificios difieren en sus construcciones y ambientaciones entre lo antiguo y lo moderno, los servicios tienen elementos comunes (como cabalgatas, trekking, visitas a lugares históricos y montañas) que comparten con los propietarios o personal idóneo.

La idea de los tafinistas es avanzar mirando al futuro para sostener la elección del Valle como destino turístico tucumano, con el “plus” del agroturismo ampliado para todas las posibilidades del visitante. Y lo más importante: mantienen la oferta todo el año, más allá de los meses de las tradiciones vacaciones de verano.

El antiguo casco de la Estancia Jesuítica Las Carreras se erigió alrededor de 1718. Luego fue reconstruido y ampliado para las actividades agrícola-ganaderas, y hace un tiempo readecuado para recibir a los visitantes que buscan la apacible experiencia del turismo rural. Está enclavado entre los cerros, a 12 km de Tafí del Valle, por la ruta 325.

Desde 1779 la estancia pertenece a su familia y hoy está a cargo de Inés Frías Silva, quien se multiplica en las tareas con envidiables ganas y eficiencia. Confiesa que sólo el 24 y 25 de diciembre se “cierra” la hacienda para descansar. El resto del año, las actividades del campo y del agroturismo no se detienen.

Disponen de 10 habitaciones dobles y triples, con calefacción central y decoradas con tejidos típicos de la zona. La ambientación remite a las épocas incaica y colonial. “Buscamos que la gente que llega al casco pueda percibir lo que es un día típico de vida rural. Desde aquel que se sienta sólo para contemplar el paisaje y respirar la paz del lugar, como quien llega y se sube a los caballos para ir a buscar a las vacas o a las llamas. O participar del ordeñe. Son sensaciones muy lindas, porque el visitante se siente parte, y no es algo preparado para el turista”, resume Inés la oferta de Las Carreras.

“Queremos que la gente viva la estancia desde adentro. Hay actividades para todos los gustos y niveles -agregó-. Desde una hora hasta días completos viviendo los paseos en medio de la nada, en algún puesto de montaña, o llegar al cerro y tirar un poncho para un picnic; o estirar las piernas, sacar fotos y después bajar. Hay circuitos para visitar el Corralito de Pircas, la cañada del Muñoz, la Quebrada del Portugués, con distinto grado de dificultades, según sea lo que piden o pueden hacer”.

Apunta Inés con una ligera sonrisa de satisfacción que dan clases de cocina de comidas regionales, que son un éxito. “La gente hace pan, dulces, panecillos; pero las más requidas son las empanadas y las pastas. Hasta los chiquitos se entusiasman haciendo galletitas con formas de los animalitos que han visto”, resalta en el ameno y entusiasmado relato.

La conversación, amenizada con un té de incayuyo, deriva en los logros. “Tenemos una caballada con muy lindas monturas, un restaurante competitivo que a Luis, nuestro chef, le gusta llamarlo ‘Cocina regional de vanguardia´. Además está el legado de los jesuitas: la fábrica de quesos ‘M’. Falta poquito en la parte legal para que sea el primero con denominación de origen argentino: queso tipo Tafí”.

Pero Inés quiere mencionar más conquistas para resaltar el esfuerzo de estar en los detalles. Resalta que aplican Buenas Prácticas Agrícolas, utilizan la mayor cantidad de productos orgánicos y paneles solares para ser los más amigable con el ambiente. “El año pasado ganamos el premio Banco Galicia-La Nación al Emprendedor Agropecuario en turismo rural, un gran honor; también el premio de la revista Lugares de Viaje, como la mejor estancia rural del país -2010 y 2011-; y ahora estamos trabajando con la Rainforest Alliance (el mayor certificador mundial de manejo forestal del Forest Stewardship Council), y con programas de la Nación para implementar las Buenas Prácticas Turísticas y certificar con normas Iram (de calidad) en turismo”, precisó.

“Queremos mejorar la calidad de atención y llegar a ser una estancia modelo en el Norte Argentino, destacó Inés.

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