Un paseo para entender por qué al vino lo tratan como un rey

Un paseo para entender por qué al vino lo tratan como un rey

Si todavía te quedan unos días de vacaciones y querés aprovecharlos con los chicos antes de que empiezan las clases, Cafayate puede ser una excelente opción. Allí, el Museo de la Vid y el Vino permite conocer de manera didáctica cómo se hace esta bebida

PADRE E HIJO. Mauricio Solano y su papá Tomás, en tres momentos distintos de su paseo por el Museo.  PADRE E HIJO. Mauricio Solano y su papá Tomás, en tres momentos distintos de su paseo por el Museo.
23 Febrero 2015
Mauricio Solano tiene 10 años. Con su papá, Tomás, llegó a Cafayate desde San Salvador de Jujuy para la Serenata, antes pasaron por el Museo de la Vid y el Vino. El hombre quería que su pequeño hijo conociera y entendiera las características de los viñedos de altura de los Valles Calchaquíes.

En todas las salas del museo, el proceso de la vendimia está graficado con maquetas y proyecciones audiovisuales que permiten hacer un recorrido didáctico y atrapante. En silencio, Mauricio escuchó atento las explicaciones de su papá mientras miraba todo lo que lo rodeaba.

El recorrido les llevó cerca de una hora porque Tomás se detuvo en cada estación para explicarle a su hijo cada detalle, desde el proceso del cultivo y de la recolección de las uvas hasta la elaboración del vino.

A mitad del trayecto, Mauri le contó a LA GACETA que le gustó mucho la sección dedicada a explicar la importancia del agua para la vid. Allí hay un simulador que le da al visitante la sensación de estar cruzando un puente mientras el río fluye bajo sus pies. El sonido del agua es relajante y transmite la sensación de frescura.

Mientras su papá registraba con su máquina cada detalle del museo, el niño observaba las fotografías de los primeros trabajadores de viñedos en Cafayate y las antiguas maquinarias que utilizaban para cosechar las uvas y elaborar el vino; estas imágenes se encuentra exhibidas en la parte histórica del Museo. “Lo que más me llamó la atención fue ver cómo pisaban las uvas”, remarcó en referencia a la elaboración de vino “patero”.

Al final de la visita, Mauricio compartió su interpretación sobre lo que había visto, leído y escuchado. “Entendí que aquí el vino está bien cuidado, lo tratan como un rey; también, que la arena es muy rica en minerales y que ayuda al crecimiento de la vid”. El pequeño agregó también que aprendió que “existen tres variedades de vinos: tinto, rosado y blanco, y que hay uvas de muchos colores”. Antes de terminar la charla, Mauri destacó la sensación que le produce estar en Cafayate. “Siento que toco el cielo con las manos”.

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