Anunciado remozamiento para la peatonal Mendoza

Anunciado remozamiento para la peatonal Mendoza

Como lo hemos informado, el Gobierno nacional, de acuerdo al convenio suscrito con la Municipalidad de San Miguel de Tucumán, aportará 30 millones de pesos para renovar la peatonal de la calle Mendoza. Expresó el intendente que la idea “es conformar un centro comercial, a cielo abierto”, que resulte “atractivo para los vecinos”.

Las obras previstas incluyen “dos flamantes pérgolas, nuevo alumbrado, pisos renovados, desagües pluviales”, entre otras. El plan es obtener la concreta colaboración del comercio de la zona. El intendente propicia que “los comerciantes se unan y se forme un consorcio para el mantenimiento y la decoración, y se unifiquen fachadas”, además de ofrecer promociones para sus clientes.

La novedad debe señalarse como positiva. En no pocas ocasiones hemos comentado la necesidad de renovar nuestras peatonales. Su aspecto actual, como se percibe a simple vista, deja mucho que desear. Algunos comercios frentistas se preocupan por la estética exterior de sus locales, entre otros que no lo hacen. Las cuadras peatonalizadas de la calle Mendoza, desde que se les dio ese carácter, han sido las menos atendidas en los sucesivos planes municipales de obras públicas. Como se advierte, hasta conservan como piso el mismo pavimento –antihigiénico por naturaleza- lleno de desniveles y de parches, de la época en circulaban los automotores.

El Mercado del Norte, con una fachada que no se pinta desde hace muchos años, cruzada por manojos de cables que reptan entre ventanas con vidrios rotos y pegotes, es un ejemplo patético –aunque para nada el único- del descuido reinante en la peatonal de referencia.

Pero las bienvenidas obras que se ejecuten con el aporte federal, deben estar completadas por medidas de resorte municipal y policial que resultan imprescindibles. Se trata, simplemente, de hacer cumplir las ordenanzas. Por ejemplo, un gran cartel informa, en Mendoza y Maipú, que está prohibido el ingreso de vehículos. Y es comprobable que a cada rato entran personas empujando sus motocicletas o bicicletas; y que con gran frecuencia hasta las estacionan sobre la arteria, sin que aparentemente ninguna autoridad los moleste.

Asimismo, si es cierto que no ingresan los ambulantes, esto es relativo, porque de a ratos sí lo hacen, apoyando en las paredes los tableros con su mercadería. En la peatonal Muñecas, es constante la proliferación de mesas donde se expenden tortas. Y, al anochecer, quien camina debe ir sorteando las grabaciones ilegales extendidas sobre las baldosas, mientras retumba la emisión musical de amplificadores conectados a los cables de la parte inferior de las farolas. Debe quedar claro, nos parece, que “prohibido” significa la veda absoluta y no relativa, y que infringirla representará sanciones. En fin, hay un panorama general de desorden y de infracción, cuyo destierro riguroso debiera ir paralelo a las tareas de pisos, pérgolas, alumbrado y arreglo de frentes, para no perjudicar el programa de renovación que se anuncia. Por cierto que el compromiso de los comerciantes con los nuevos trabajos reviste importancia fundamental, y puede deparar excelentes resultados, si se mantiene en el tiempo por la acción de ese consorcio que propicia la Intendencia. Ha llegado la hora de que nuestro microcentro presente el aspecto que merece una ciudad con la importancia de San Miguel de Tucumán.

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