Llegó para el toque final

Deja la habitación del hotel que hará de casa hasta instalarse como corresponde en Tucumán que ayer le dio la bienvenida con la excusa perfecta: convertirse en nuevo jugador de San Martín. “¿Cómo será este lugar cuando hagan 40°?”, se pregunta Braian Uribe, recordando la humedad de su Mar del Plata natal, nunca comparable a la que acompaña el calor tucumano.

Pero el delantero no llega de la Costa Argentina. Antes de La Ciudadela respiró aires uruguayos porque el club Tanque Sisley lo tuvo jugando en Primera en el vecino país. “Después de eso tuve otras opciones en la categoría, pero es obvio que al jugador le llama mucho la atención San Martín, que no sólo es el grande en el Federal A sino en Argentina”, asegura reconociendo la tentación. “Con los ascensos del año pasado no quedan muchos equipos importantes en el torneo así que ahora hay que ser protagonista”, sigue él sumando ítems a la lista de motivaciones que tuvo para volver a cruzar el charco.

Como todos los refuerzos que siguen llegando a La Ciudadela, Braian fue especialmente pedido por Darío Tempesta, DT al que enfrentó como rival numerosas oportunidades, sobre todo cuando jugó en Alvarado de Mar del Plata. Sin embargo, lo que más inclinó la balanza para con 23 decirle sí al “Santo” fue la sangría que sufrió el plantel, sobre todo hablando de delanteros de área. “Claro que eso también me interesó. Fue bueno saber que no hay tantos nueves en el plantel, más allá de que, a donde sea que vayás, al puesto te lo tenés que ganar... Pero se que tengo chances, y eso motiva un poquito más”, dice 100% sincero Braian, dispuesto a dar una mano para levantar el aplazo que San Martín tuvo en las últimas temporadas y así pagar la deuda. Uribe tendrá a su cargo nada menos que el toque final, el que justifique todo lo bueno que se pueda gestar a sus espaldas.

“Siempre seguí los torneos, y se ve que el equipo arrancaba bien pero le faltaba un toquecito. Así que espero que este año se repita lo bueno y que terminemos todo mejor y así solucionamos ese problema”, se esperanza el artillero con la palabra ascenso impresa en su discurso final: “es a lo que vengo, como todos. Se que es el apoyo de la gente lo que obliga dentro de la cancha y eso hace que nunca parés de correr. Tengo todas las ganas puestas”.