A pesar del paisaje desolador en el dique, aseguran que el agua potable está garantizada

A pesar del paisaje desolador en el dique, aseguran que el agua potable está garantizada

Una vista de la “cola” de El Cadillal muestra los estragos que hizo la sequía los últimos tres años. El nivel de agual empezó a subir tras las últimas lluvias.

LA COLA DEL DIQUE. Una desoladora vista aérea del dique El Cadillal muestra los estragos que hizo la sequía en los últimos tres años. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO LA "COLA" DEL DIQUE. Una desoladora vista aérea del dique El Cadillal muestra los estragos que hizo la sequía en los últimos tres años. LA GACETA / FOTO DE JORGE OLMOS SGROSSO
28 Enero 2015

Tal vez la situación pase inadvertida para los visitantes eventuales del dique Celestino Gelsi, en El Cadillal. El espejo de agua continúa siendo un atractivo para los deportes náuticos, para pasar un día disfrutando del sol o para las actividades de aventura en el agua. Sin embargo, un paseo hacia el “patio trasero” del lago, en la zona de Ticucho a la que se accede por el camino conocido como “perilago”, la imagen se vuelve desoladora: una enorme mancha verde, con apenas una capa de agua que se junta con las lluvias y que deja ver el fondo sin mayores espejos visuales.

No sólo los peces han abandonado el sector. Algunos clubes especializados en pesca y regata que llevan décadas afincados allí se han visto obligados a armar las valijas y dirigirse a un sitio más cercano al dique propiamente dicho. Es el caso del Club Tucumpan de Pesca y Regata, que hace tres meses que no ve sus embarcaciones partir de su muelle y tuvo que solicitar un nuevo predio en la zona de los campings El Cardumen y Scania.

Pero si el paisaje devuelve una imagen devastadora, el pronóstico, en cambio es alentador. Las lluvias de la última semana permitieron que el embalse comience a llenarse y que no se vislumbres problemas en la provisión de agua para consumo humano. De todos modos, unas cuantas lluvias como las de la semana pasada serían oportunas para entrar a la estación seca con el dique lleno.



“El martes pasado, la cota había descendido hasta los 591,50 metros. Ayer, tras las lluvias fuertes de la semana pasada, el dique estaba en 595,70 metros. Es decir que subió cuatro metros en una semana, algo que nos viene muy bien. La creciente hizo que llegaran a entrar 70 metros cúbicos por segundo (m³/s)”, describió Desiderio Dode, director de Recursos Hídricos de la provincia. La tranquilidad del funcionario responde a que, además de las precipitaciones, actualemente El Cadillal sólo está entregando agua para la planta potabilizadora, a razón de 2,5 m³/s; no se está erogando para riego, ni para la industria ni para generación de energía, al menos por el momento.

Domingo Caridi, el representante de la Sociedad Aguas del Tucumán (SAT) en la Comisión de Desembalse, coincidió con los dichos de Dode y se mostró esperanzado: “hasta el 15 de abril, más o menos, es la época de lluvias, así que tenemos tiempo de seguir llenándolo al dique. Por supuesto, es necesario seguir estando atentos y cuidar el agua”, expresó el ingeniero.

En los clubes de pesca y regata situados a lo largo del camino del perilago, la actividad se ha reducido a los asados de socios en las instalaciones. Ni pesca ni embarcaciones se ven en los ríos India Muerta y Salí, que desembocan en El Cadillal. Estos clubes, en realidad, se alimentan del retroceso del agua del embalse, cuando este sube de nivel. “Es probable que si seguimos con el mismo régimen de lluvias, en una semana más o menos puedan volver a tener agua. De todos modos, nuestra mayor preocupación es garantizar el agua para consumo humano antes que las actividades deportivas”, afirmó Dode.

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