27 Enero 2015
La temporada parecía tranquila en las villas veraniegas de la provincia, al menos hasta el último fin de semana. El domingo se conoció el primer robo a una vivienda de Tafí del Valle y con él comenzaron a circular rumores sobre otros hechos que no se hicieron públicos.
La víctima es Eduardo Solís, quien intenta desarrollar un emprendimiento familiar en la zona de La Banda de Tafí del Valle, donde comenzó a construir las cabañas “Vigía del Valle” con el fin de alquilarlas a veraneantes.
Solís y su familia, que viven en la capital, habían llegado el viernes a la villa. Querían dejar todo en condiciones porque esta semana llegarían turistas para alojarse en la cabaña. Los propietarios del lugar organizaron los distintos ambientes de la casa y se retiraron. Cuando regresaron, el domingo a la mañana, ya no había nada que hacer: habían entrado ladrones y les habían robado todo.
“Encontré la puerta del frente con el candado roto, parece que lo cortaron, y la puerta de entrada estaba barreteada”, relató Solís. Adentro el panorama empeoraría. Los delincuentes habían ocasionado un desastre. “Habíamos llevado ropa de cama en un bolso, pero parece que lo vaciaron para llevarse ahí las cosas y dejaron todas las sábanas y colchas tiradas por el piso”, describió el hombre. “Las camas también estaban desordenadas, estaban las almohadas tiradas”, agregó.
A medida que recorría la cabaña, Solís descubría que faltaban más cosas. No estaban el televisor de LED, ni el horno microondas, ni la pava eléctrica, ni la radio, ni la vajilla de la cocina. “Se llevaron todas las ollas que teníamos en la alacena, dejaron la cocina vacía y un aceite roto en el piso”, contó el hombre, indignado. Además, Solís había llevado dinero para saldar una deuda. Los intrusos encontraron los billetes, que sumaban $ 5.000, y también se los llevaron.
Pero la pérdida es más grande de lo que parece. “Estábamos por alquilar el lunes la cabaña pero no podemos recibir así a la gente lamentablemente”, explicó Solís.
Desprotección
La víctima aseguró que, en cuanto descubrió el robo, se dirigió a la comisaría de Tafí del Valle. “Los policías me dijeron que no toque nada hasta que llegue personal de Criminalística. Nos quedamos sin almorzar para no mover nada y nunca aparecieron”, dijo el hombre. Pasadas las 17, y cansado de esperar, Solís regresó a la comisaría en su vehículo particular. “Los tuve que traer en mi auto porque me dijeron que no tenían móviles para mandarlos”, agregó.
El domingo a la noche, Solís estaba desahuciado. “Por acá no hay policías, no hay luz, no hay nada. Esta noche me voy a quedar hasta que venga un herrero a arreglarme la puerta y me vuelvo a mi casa. Así no puedo trabajar. La cocina y la cama son lo único que me queda”, añadió con tristeza. Según contó Solís, en la villa se comenta que ya se produjeron otros robos en casas de la periferia. Sin embargo, la Policía no confirmó ese dato.
La víctima es Eduardo Solís, quien intenta desarrollar un emprendimiento familiar en la zona de La Banda de Tafí del Valle, donde comenzó a construir las cabañas “Vigía del Valle” con el fin de alquilarlas a veraneantes.
Solís y su familia, que viven en la capital, habían llegado el viernes a la villa. Querían dejar todo en condiciones porque esta semana llegarían turistas para alojarse en la cabaña. Los propietarios del lugar organizaron los distintos ambientes de la casa y se retiraron. Cuando regresaron, el domingo a la mañana, ya no había nada que hacer: habían entrado ladrones y les habían robado todo.
“Encontré la puerta del frente con el candado roto, parece que lo cortaron, y la puerta de entrada estaba barreteada”, relató Solís. Adentro el panorama empeoraría. Los delincuentes habían ocasionado un desastre. “Habíamos llevado ropa de cama en un bolso, pero parece que lo vaciaron para llevarse ahí las cosas y dejaron todas las sábanas y colchas tiradas por el piso”, describió el hombre. “Las camas también estaban desordenadas, estaban las almohadas tiradas”, agregó.
A medida que recorría la cabaña, Solís descubría que faltaban más cosas. No estaban el televisor de LED, ni el horno microondas, ni la pava eléctrica, ni la radio, ni la vajilla de la cocina. “Se llevaron todas las ollas que teníamos en la alacena, dejaron la cocina vacía y un aceite roto en el piso”, contó el hombre, indignado. Además, Solís había llevado dinero para saldar una deuda. Los intrusos encontraron los billetes, que sumaban $ 5.000, y también se los llevaron.
Pero la pérdida es más grande de lo que parece. “Estábamos por alquilar el lunes la cabaña pero no podemos recibir así a la gente lamentablemente”, explicó Solís.
Desprotección
La víctima aseguró que, en cuanto descubrió el robo, se dirigió a la comisaría de Tafí del Valle. “Los policías me dijeron que no toque nada hasta que llegue personal de Criminalística. Nos quedamos sin almorzar para no mover nada y nunca aparecieron”, dijo el hombre. Pasadas las 17, y cansado de esperar, Solís regresó a la comisaría en su vehículo particular. “Los tuve que traer en mi auto porque me dijeron que no tenían móviles para mandarlos”, agregó.
El domingo a la noche, Solís estaba desahuciado. “Por acá no hay policías, no hay luz, no hay nada. Esta noche me voy a quedar hasta que venga un herrero a arreglarme la puerta y me vuelvo a mi casa. Así no puedo trabajar. La cocina y la cama son lo único que me queda”, añadió con tristeza. Según contó Solís, en la villa se comenta que ya se produjeron otros robos en casas de la periferia. Sin embargo, la Policía no confirmó ese dato.
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