Ayuno frutal: una práctica saludable

Ayuno frutal: una práctica saludable

Dedicar un día a la semana a comer solamente frutas no sólo ayuda a depurar el organismo, sino que también permite recuperar el equilibrio perdido a causa de los excesos del verano. Conviene elegir un día fijo y respetar la rutina regularmente.

26 Enero 2015

Todos los ritmos naturales parecen seguir la ley del péndulo, es decir, del ritmo; así existe la ley de que toda actividad debe ir acompañada del reposo. Es fácil comprobar que quien deja de reposar por la noche, perjudica su salud. Cuando se está enfermo, el tratamiento básico en la antigua medicina se basaba en tres pilares fundamentales: el reposo, la dieta y la medicación; ésta última solo en caso que fallaran los otros recursos. Pero hoy se ha olvidado tanto el reposo como la dieta y se pretende solucionar todo a base del mágico medicamento. Así, poco a poco va cayendo en el olvido un importante pilar que ayuda a mantener la salud y potencia la energía: el ayuno semanal.

Según los médicos naturistas, la sociedad occidental moderna come en exceso. No se hace suficiente ejercicio para conseguir la comida y la costumbre de hacer varias y abundantes comidas al día, resulta excesiva para cualquier aparato digestivo. “Es necesario, por tanto, tener en cuenta el reposo digestivo como el más preciado de los reposos, y así ha estado considerado desde la antigüedad”, señala Néstor Palmetti, técnico en Dietética y Nutrición Natural, director de Espacio Depurativo y autor del libro “Cuerpo saludable”.

Un hábito perdido

Según Palmetti, la práctica del ayuno era algo habitual en las culturas ancestrales e incluso estaba prescripto en las antiguas tradiciones religiosas, como condición necesaria para purificar el cuerpo ante las prácticas espirituales. “Dada la necesidad biológica del organismo de contar con suficiente energía para poder evacuar la toxemia acumulada, el reposo digestivo es algo que nos puede ayudar muchísimo para recuperar el equilibrio perdido y eliminar obstrucciones de vieja data”, señala.

El ayuno consiste en generar un período sin trabajo digestivo ni exigencia metabólica, durante el cual, el organismo pueda concentrar todo su potencial en la tarea de depuración. Incluso hay gente que realiza un reposo digestivo diario, con solo cenar muy temprano y desayunar tarde, lo cual deja un periodo de 14 a 15 horas sin exigencia digestiva.

Si bien hay muchas formas de ayuno, Palmetti sugiere un método sencillo de realizar (no se necesita pasar privaciones) y totalmente seguro (no tiene contraindicaciones ni requiere supervisión externa, como otro tipo de ayunos): el ayuno semanal frutal. Esta saludable práctica permite reducir casi a cero la habitual exigencia metabólica, en razón de ingerirse sólo el alimento más fisiológico y de más fácil asimilación: la fruta. Además garantiza el aporte enzimático de las frutas, vital para los procesos depurativos. “La eficacia del método se basa en su regularidad, por lo cual debemos abordarla con constancia y perseverancia”, advierte.

Cómo hacerlo

La técnica consiste en satisfacer nuestro apetito, un día a la semana, exclusivamente con frutas. Conviene elegir un día fijo, durante el cual desarrollemos poca actividad. Una buena opción es el sábado, que está a caballo entre la semana laboral y el domingo familiar.

Durante ese día, cuando sentimos apetito, nos limitamos a ingerir solamente frutas. Podemos ingerir toda la fruta que deseamos, pero de un solo tipo por vez (no mezclar variedades en la misma ingesta, a fin de minimizar la exigencia digestiva), bien madura, de estación y si es posible, de producción local y orgánica.

Recomendación

Después del ayuno procurar comer platos livianos y poco condimentados

Hay que cuidar que las comidas anterior y posterior al ayuno sean livianas y poco elaboradas, sin refinados, lácteos, ni productos cárnicos y con predominio de verduras, frutas y algas. Puede licuarse la ingesta (en forma de sopa, que incluso puede hacerse “calentita”, con agua a 70°C) para mejorar la tolerancia en intestinos irritados, usándose a discreción como primer plato o como monodieta durante algunos días.

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También una banana bien madura y bien masticada es recomendable para este fin. Si somos constantes en la práctica de este tipo de reposo digestivo, los resultados serán evidentes. ¿Cuáles son los síntomas de una depuración? Pues lengua pastosa, sabor a alquitrán en la boca (aunque no fumemos), fuerte olor corporal, micciones frecuentes y urticantes, abundantes evacuaciones, eventuales mareos y dolores de cabeza. “Eso es bueno; indica que el cuerpo tiene energía vital y está removiendo sustancias acumuladas en el tiempo y ello es lo mejor que nos puede suceder. Luego nos sentiremos aliviados y con mayor energía para continuar con nuestras actividades”, señala Néstor Palmetti.


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