Visita de cárcel en 1852

Visita de cárcel en 1852

El descubrimiento de “mansiones infernales”

MANUEL ALEJANDRO ESPINOSA. El gobernador de Tucumán de 1852, según un dibujo de Lola Mora la gaceta / archivo MANUEL ALEJANDRO ESPINOSA. El gobernador de Tucumán de 1852, según un dibujo de Lola Mora la gaceta / archivo
Durante su efímero mandato de gobernador de Tucumán, el 21 de octubre de 1852, el coronel Manuel Alejandro Espinosa resolvió que, junto con las autoridades del Poder Judicial, realizarían el primer día hábil de cada mes, y en la víspera de festividades importantes, una visita general de cárceles.

Esto porque, decía, así lo disponen los códigos españoles aun vigentes, y porque es necesario terminar con la “bárbara arbitrariedad e inhumana desidia” que ha permitido “yacer aherrojados a hombres cerca de dos años”, para “ocultar los abusos del poder”. Se refería al régimen rosista abatido en febrero último, en Caseros.

La visita se realizó. En su posterior mensaje a la Sala, Espinosa narraba que “bajó a visitar los calabozos y halló mansiones infernales en vez de humanitarias de seguridad”. De inmediato mandó levantar un plano para reformar el local, abriendo una ventana con reja para otorgarle ventilación, y otros trabajos, en el sector de hombres, así como un patio en el de mujeres, que sirva “de desahogo y seguridad”.

También resolvió que se instale una capilla en el local, para que los presos reciban “el alimento espiritual de nuestra religión”. La Sala, el 14 de diciembre, autorizó al Ejecutivo a invertir los fondos necesarios para las referidas obras. El gobernador giró la ley “al jefe de Policía encargado de las obras públicas, para que a la posible brevedad haga verificar las de la cárcel, según el plano levantado”. Debía solicitar que se le elevasen las propuestas respectivas, en sobre cerrado.

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