Por Carlos Páez de la Torre H
19 Diciembre 2014
ALEJANDRO PÉREZ. Aparece al centro, de traje oscuro, al asumir la presidencia del Consejo de Higiene, en 1939. Lo rodean, desde la izquierda, los doctores Arturo Álvarez, Rufino Cossio y Manuel Andreozzi. la gaceta / archivo
Entre los tucumanos destacados por su acción cívica y profesional durante el siglo que pasó, merece sin duda un recuerdo el doctor Alejandro Pérez. Nació aquí en 1886, hijo de Carlos Pérez y Magdalena Díaz. Huérfano muy niño, lo crió don Manuel Pérez, el memorable directivo de los tiempos iniciales de la Sociedad Sarmiento.
Se graduó de médico en Buenos Aires, tras haber sido practicante mayor del Hospital Alvear, por concurso, y practicante externo del Hospital Francés y de la Clínica de Flores. Vuelto a Tucumán, desarrolló una vasta tarea sanitaria. Fue director fundador del Cuerpo Médico Escolar, época en que organizó la campaña contra el tracoma, y de la Escuela de Higiene de la UNT.
Presidió dos veces el Consejo de Higiene de la Provincia (que era una suerte de Ministerio de Salud Pública). Estuvo al frente de la Casa de Aislamiento, y la prensa destacó sus eficaces servicios en las epidemias de neumonía pestosa. Integró el elenco fundador del Círculo Médico de Tucumán. En cuanto a su tarea universitaria, fue profesor titular de Higiene y Bacteriología y director de la Escuela de Enfermería. Se desempeñó, en dos oportunidades, como decano de la Facultad de Farmacia de la UNT, así como vicerrector de la alta casa de estudios, cuyo rectorado interino ejerció en varias ocasiones.
Todo esto corrió paralelo con una intensa actividad política, en las filas del radicalismo. Fue elegido reiteradamente diputado y senador a la Legislatura, y llegó a presidir ambas cámaras. En 1921, fue candidato a gobernador. El doctor Pérez falleció en Tucumán el 24 de diciembre de 1961. Nuestra ciudad debiera bautizar alguna calle con su nombre.
Se graduó de médico en Buenos Aires, tras haber sido practicante mayor del Hospital Alvear, por concurso, y practicante externo del Hospital Francés y de la Clínica de Flores. Vuelto a Tucumán, desarrolló una vasta tarea sanitaria. Fue director fundador del Cuerpo Médico Escolar, época en que organizó la campaña contra el tracoma, y de la Escuela de Higiene de la UNT.
Presidió dos veces el Consejo de Higiene de la Provincia (que era una suerte de Ministerio de Salud Pública). Estuvo al frente de la Casa de Aislamiento, y la prensa destacó sus eficaces servicios en las epidemias de neumonía pestosa. Integró el elenco fundador del Círculo Médico de Tucumán. En cuanto a su tarea universitaria, fue profesor titular de Higiene y Bacteriología y director de la Escuela de Enfermería. Se desempeñó, en dos oportunidades, como decano de la Facultad de Farmacia de la UNT, así como vicerrector de la alta casa de estudios, cuyo rectorado interino ejerció en varias ocasiones.
Todo esto corrió paralelo con una intensa actividad política, en las filas del radicalismo. Fue elegido reiteradamente diputado y senador a la Legislatura, y llegó a presidir ambas cámaras. En 1921, fue candidato a gobernador. El doctor Pérez falleció en Tucumán el 24 de diciembre de 1961. Nuestra ciudad debiera bautizar alguna calle con su nombre.
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