14 Diciembre 2014
Por César Di Primio - Para LA GACETA - Tucumán
Platón había definido el arte como imitación, como copia de la realidad. Del mismo modo, otros filósofos se ocuparon de buscar una definición más amplia y a la vez precisa, más acorde a la realidad de sus épocas. Para algunos el arte fue lo nuevo; para otros, aquello que los hombres denominan arte. Por ejemplo, para Tomás de Aquino el arte es el método acertado de hacer las cosas, un método racional que imita la perfección de la naturaleza.
Con el paso de los siglos y las diferentes cosmovisiones de las sociedades, el arte fue cambiando, y con ello las tentativas de definición del concepto que lo definía.
Algunos postularon que el arte moderno comenzó con el manierismo, y que entonces, el viejo concepto platónico del arte como imitación quedaba obsoleto, puesto que ya no se trataba de representar la realidad como es, sino como la veía el artista. Luego la pintura y la escultura europeas, evolucionaron hacia las vanguardias, mostrando una realidad diferente de la percibida por el sentido común. Otra vez cambiaba el arte y la posibilidad de llegar a una certeza sobre su esencia.
En 1917 Duchamp expuso en Nueva York un mingitorio dispuesto de modo horizontal y lo llamó La fuente, sacudiendo con ello los cimientos en los que se apoyaba el arte hasta ese momento. Se trataba de la irrupción de los ready-mades. Luego, en 1964, Andy Warhol conmovió la cultura con su Brillo Box, desligando con ello el arte definitivamente de lo manufacturado, de lo artesanal, poniendo el acento en lo intencional y en una mirada crítica sobre el modo de vida capitalista.
(c) LA GACETA
César Di Primio - Escritor y periodista. Autor del blog de LA GACETA “Ensalada Cesario”.
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