Un componente del espíritu *

Un componente del espíritu *

La cuestión de qué es el arte se ha convertido en un asunto muy distinto del que fue nunca antes

14 Diciembre 2014

Por Arthur C. Danto

En algún momento de los años 70 cambió la configuración social del mundo de arte. Surgieron organizaciones que buscaban identificar a artistas emergentes, quienes ahora tenían la oportunidad de montar exposiciones individuales en las principales galerías y cuyo trabajo se coleccionaba como inversión. En su mayor parte los movimientos (artísticos) dejaron de ser vistos como el futuro, y a partir de entonces la gente se dedicó a la búsqueda de nuevos talentos. A finales de los años 70 el artista Robert Rahway Zakanitch, cuya obra representa espacios y objetos domésticos, se planteó empezar un movimiento artístico para oponerse a la estética minimalista imperante… y el caso es que tuvo que preguntar cómo se echaba a andar algo así. Por fortuna, había suficientes artistas afines y al final se formó P & D (Patrón y Decoración). Este fue, en mi opinión, el último movimiento significativo, al menos en los Estados Unidos. Recuerdo cómo los neoyorquinos aguardaban las bienales Whitney para enterarse qué se cocía en el arte. Durante años, Greenberg fue la máxima autoridad en esto. Pero en 1984 su reinado se había acabado. Ya no eran movimientos artísticos sino políticos, como el feminismo, los que empezaban a exigir espacio para mostrar sus trabajos. El multiculturalismo no fue tanto un movimiento como una decisión curatorial para mostrar el arte de los negros, los asiáticos, los indios americanos y los homosexuales de ambos sexos. La bienal de 1983 –un año antes de que yo me convirtiera en crítico de arte- me hizo sentí que los trabajos que se mostraban no eran, por parafrasear una expresión del mundo del arte, lo que se supone vendrá a continuación, lo que a su vez planteaba la cuestión de qué iba a venir en vez de eso. De repente, “lo que está al caer” no parecía algo esperado, y el entramado artístico consistía en un gran grupo de personas con talento, emergentes o ya conocidos, protegidos por curadores con cada vez más poder que imponían sus gustos y sus compromisos. La cuestión de qué es el arte se ha convertido en un asunto muy distinto del que fue nunca antes. Esto se debe a que, sobre todo a finales del siglo XX, el arte había comenzado a revelar su verdad interior. Es como si después de siglos de progreso la historia del arte finalmente hubiera comenzado a revelar su naturaleza. En la obra maestra de Hegel, la Fenomenología del espíritu, el espíritu por fin encuentra lo que queda al final de su búsqueda. El arte, en su filosofía, es un componente del espíritu, junto con la filosofía y la religión. En cierto modo, mi análisis hasta ahora tiene algo de la Phänomenologie des Geistes, por usar el título original en alemán. He intentado rastrear la historia del arte moderno con pasos de gigante, hasta un punto en el que por fin puedo abordar la cuestión en sí. Había algo en la forma en que se entendía el arte que responde a la pregunta de qué es en sí mismo.”

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* Fragmento de ¿Qué es el arte? (Paidos). 

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