En Tucumán, la informalidad se apodera del mercado laboral

En Tucumán, la informalidad se apodera del mercado laboral

Además del empleo en negro, el distrito padece un elevado índice de desocupación entre las mujeres jóvenes, del 15,6% El 47,2% de los asalariados de la provincia no fue registrado por sus empleadores

LA BAJA EN LA ACTIVIDAD. La tasa de trabajo no registrado creció en el NOA, al 41,6%, siendo la región más castigada de la Argentina. la gaceta / foto de analía jaramillo LA BAJA EN LA ACTIVIDAD. La tasa de trabajo no registrado creció en el NOA, al 41,6%, siendo la región más castigada de la Argentina. la gaceta / foto de analía jaramillo
12 Diciembre 2014
En materia económica se puede hacer “cualquier cosa”, pero no se puede evitar las consecuencias. El deterioro del mercado laboral es la consecuencia de un proceso recesivo en la actividad económica argentina que se sintió, con mayor fuerza, en el norte del país. Para muestra basta un botón: además del incremento interanual en el índice de desempleo, el Gran Tucumán-Tafí Viejo registró la tasa más alta de informalidad laboral de la Argentina durante el tercer trimestre del año, un período que suele caracterizarse por la plena actividad de la agroindustria provincial.

Según los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el principal aglomerado provincial registró que el 47,2% de los asalariados del distrito está en negro. En igual período del año anterior, el índice fue del 43,9% y el liderazgo del ranking nacional lo tenía Santiago del Estero-La Banda, con un 47,4% de trabajo no registrado.

El primer indicio de deterioro del mercado laboral tucumano se evidenció con el desempleo, que trepó del 3,3% al 6,2% interanual. Así, en el principal aglomerado urbano, los desempleados llegaron a los 25.000 casos. Ayer, el Indec abrió el reporte y reveló que la peor parte de esta situación se las llevaron las mujeres de hasta 29 años. En esa franja social, la desocupación afecta al 15,6% de la población femenina en condiciones de trabajar. Entre los hombres de hasta 29 años, la tasa fue del 10,4%. En ambos casos, el índice juvenil se duplicó en la comparación interanual.

Respecto del trabajo en negro, el informe oficial ha mostrado que afecta a 123.671 habitantes del Gran Tucumán-Tafí Viejo. Además, hay menos asalariados que el año anterior (la tasa bajó del 71,2% de la población ocupada al 69,5%). A nivel nacional, la tasa se ubicó en 33,6%, un punto menos que en el tercer trimestre de 2013. En cifras, sobre un total de 12 millones de asalariados en el país, unos 4 millones están en la informalidad, consigna la agencia DyN.

“Se dio lo que se esperaba; el comerciante y el empresario ajustan a través del costo salarial”, indicó Daniel Abad, director del Centro de Estudios Económicos y Sociales del NOA (Cesnoa). “Todo esto es producto del estancamiento de la actividad, por lo que cabe decir que el deterioro del mercado laboral tucumano es la consecuencia de la recesión”, planteó. Abad, de todas maneras, cree que la caída del nivel de empleo no ha sido mayor porque el Estado aportó su cuota con más puestos en el sector público y a través de subsidios sociales. “Ahora, si uno ve el comportamiento por sectores, podrá vislumbrar que la actividad privada es la que más sintió los efectos”, completó.

En la región

De acuerdo con la Encuesta Permanente de Hogares, la informalidad golpeó más al NOA, donde la tasa fue del 41,6%, la más alta del país. Pero no todos los distritos mostraron un mismo impacto. Por caso, en Salta el indicador se mantuvo casi estable, en el 43% o en Catamarca descendió del 35,9% al 30,2% interanual. En Santiago del Estero, el descenso de la informalidad fue del 47,4% al 46,9% de sus asalariados, mientras que en Jujuy bajó del 38% al 31%. “Históricamente, en el NOA el índice de informalidad siempre fue superior a la media nacional”, explicó Félix Piacentini, director de la consultora NOAnomics. Y esto, según el economista, se debe a una multiplicidad de factores: desde la falta de controles, pasando por la estructura de sus economías y llegando a las diferencias de climas de inversión y de negocios respecto de otras regiones del país.

“Una tasa tan elevada no sólo es una pésima noticia para el trabajador, sino también para el Estado”, indicó. Y argumentó: “el empleado contratado en condiciones precarias no goza de obra social, ni le hacen los aportes de ley; pero el Estado también paga los costos al no recibir aportes lo que desfinancia al sistema previsional. Esto, en definitiva, lo terminan pagando los contribuyentes de ahora y del futuro”.

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