Cartas de lectores
11 Diciembre 2014

El contrabajo de D’arienzo

Las orquestas típicas nacieron con bandoneón, violín, flauta y guitarra. Luego el contrabajo reemplazó a la guitarra y de ahí en más su presencia fue insustituible. Por la naturaleza misma de su función (marcar el ritmo del conjunto), el contrabajo en la orquesta siempre fue uno y sólo uno. En 1938, sin embargo, una de las más populares orquestas del tango subió a escena con dos contrabajos. Tan raro como un hombre con dos corazones. Era la orquesta del violinista Juan D’Arienzo, favorita de bailarines de entonces y de ahora. En aquel conjunto tocaba el contrabajo Rodolfo Duclós, quien tenía fama y pinta de guapo y solía andar armado de un cuchillo. Duclós era un modesto ejecutante. Nunca había estudiado música seriamente y su técnica no era la mejor. A mediados de los años 30, cuando la orquesta comenzó su veloz ascenso hacia la cima de la popularidad, el cabaret Chantecler, donde actuaba D’Arienzo, desbordaba cada noche de bailarines ansiosos por disfrutar del vivaz estilo de ejecución, que era la novedad. El éxito no se limitaba al cabaret sino también a la radio, a los discos y al cine. Poco después D’Arienzo decidió reemplazar al contrabajista, a quien la orquesta le quedaba grande. Con pesar, el director le dijo a Duclós que iba a prescindir de sus servicios. “¿Cómo? Yo me quedo; de la orquesta no me saca nadie”, gritó Duclós, mientras el facón acentuaba en el aire cada palabra. D’Arienzo temió por su vida y por el destino de aquello que tanto le había costado conseguir. --Bueno, balbuceó, no se ponga así. Ya le voy a buscar un arreglo a la cuestión. Hubo arreglo. D’Arienzo contrató otro contrabajista, muy bueno. Y dejó también a Duclós y a su cuchillo. Las fotos de la época dejan ver a la única típica con dos contrabajos.

Salvador Gallucci

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Sin agua I

Por problema de provisión de agua, ¿tendremos los que vivimos en barrios que volver a la época de la colonia y contratar aguateros? Hace mucho tiempo que no me sube agua al tanque, ¿tendré que visitar un psiquiatra en lugar de pedirle a la SAT que cumpla con sus tareas que bien nos cobra? Ya no me baño, me paso un plumero y cada vez que lo veo al ingeniero Calvo en una conferencia de prensa me hace acordar a la canción del sapo Pepe, “siempre haciendo pocitos” pero de agua, nada. Espero que en algún momento haya funcionarios que se ocupen de solucionarnos este problema que puede constituirse en el causante de innumerables enfermedades.

Ernesto Ramón

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Sin agua II

Deseo comentar un gravísimo problema que tenemos las personas con casas en Cerro El Pelao de Tafí del Valle. Todas las familias que con sacrificio hicimos nuestras viviendas de descanso, no poseemos un sistema de agua potable y menos aun, una provisión regular, pues su abastecimiento es algo completamente impredecible, y cuando el servicio llega a las casas, se trata de agua que no posee ningún tipo de tratamiento que la haga saludable para el consumo humano. Desde hace muchos años venimos sufriendo la falta del agua en nuestras casas, en especial en la temporada de verano. Nadie es capaz de brindar una respuesta. Los vecinos y veraneantes de la zona hemos acudido a la SAT para que se haga cargo el servicio que afecta a unas 100 casas de familia. La única respuesta es que ellos no pueden hacerse cargo. pues el agua de la zona está en manos de una “cooperativa”, la cual , por supuesto, es inexistente. El agua vital elemento, está manejada de manera arbitraria e irregular por un grupo de personas, que de manera inescrupulosa lucran con este vital servicio, que es un derecho humano innegable.

Alberto Juárez

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Bono de fin de año

Según LA GACETA, “el poder ejecutivo provincial y los principales referentes de los gremios estatales sellaron… un acuerdo para que todos los trabajadores de las administraciones centralizada y descentralizadas, perciban un bono de $1.750. El pago se hará en dos cuotas, en enero y febrero”. Aparentemente, los “referentes” firmaron algo más parecido a un bono de inicios de clases 2015, que a uno de “fin de año”, y, encima, sin consultar a los “referidos”, cuando originalmente se pedía $4.000. Para el gobierno, su objetivo es garantizar la “paz social”. ¿La paz “social” de las familias trabajadoras? Seguramente que no, porque lo “obtenido” no recupera lo perdido por inflación del año, y, por ende, no cubre, en palabras de Caponio, las “previsiones” familiares. Mientras tanto, desde la vereda “sindical” docente argumentaban haber “aceptado el ofrecimiento del Poder Ejecutivo, como una medida excepcional, que sirve como paliativo frente al incremento del costo de la canasta familiar, la inflación y la política tributaria que afecta a los trabajadores”. ¿Paliativo? Extraña expresión para un docente y sindicalista. ¿Acaso no sabe de qué está hablando? Según el diccionario, “paliar” es “atenuar, suavizar o moderar algo malo o perjudicial”. En realidad, para la maestra y su salario, es un término despreciable, porque pretende naturalizar, e incluso embellecer, la miseria salarial, como si los trabajadores fuéramos menesterosos que vivimos de las migajas de una sociedad en descomposición. Por el contrario, se impone un plan de lucha por la reapertura de las paritarias, asambleas, plenarios y resoluciones de lucha por los $4.000, el reajuste automático del salario con la inflación y $ 3.000 de aumento de emergencia para los jubilados, para recuperar la dignidad.

Pedro Pablo Verasaluse

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Roosevelt y Pearl Harbor

Polemizar con Víctor Chocobar (carta 7/12) en algunos aspectos vinculados al contexto histórico que desembocó en el ataque japonés a la base naval de Pearl Harbor en diciembre del 41, y a la responsabilidad que en esa instancia le cupo al presidente norteamericano Roosevelt, es un placer. A ambos nos permite ilustrar al gran público, que sigue atentamente esta generosa sección de LA GACETA, sobre estos hechos históricos trascendentes. Con este lector intuyo que compartimos la admiración por el desempeño presidencial de Franklin D. Roosevelt, inmovilizado durante más de 20 años en silla de ruedas, atacado por la poliomelitis, enfrentando exitosamente en el país del norte, con medidas extraordinarias, la gran depresión mundial de la década del 30 del siglo pasado. Pero esa, también, es otra historia. Chocobar reconoce en este debate un dato fundamental: la población norteamericana no quería intervenir en la conflagración exterior. Las declaraciones de guerra de Inglaterra y Francia a Alemania dieron origen a inmediatos pronunciamientos de neutralidad, tanto desde Washington como desde Buenos Aires. Chocobar no desconoce el juramento de “neutralidad” que Roosevelt tuvo que hacer a su pueblo para ganar la más encarnizada campaña electoral para conseguir su tercer mandato consecutivo. Sostiene que este presidente ignoraba el ataque a esa base naval, pese a reconocer que se descubrieron las claves de los mensajes cifrados que se enviaban los japoneses, aunque -aclara- “no supieran el contenido de estos” (sic). Recordemos que el 26 de noviembre del 41 Roosevelt, desde Washington, impone a los negociadores japoneses condiciones inaceptables, que importaban una verdadera invitación a la guerra: evacuación de China e Indochina, ruptura del pacto tripartito con Alemania e Italia, reconocimiento de Chang-Kai-Chek en China, entre otros puntos. Ese 26 de noviembre, la respuesta japonesa se pone en marcha. La fuerza de ataque japonesa acaba de zarpar. La marina japonesa era la más moderna del mundo. Contaba con 10 acorazados, 10 portaaviones, 35 cruceros, 111 destructores, 64 submarinos, con dos supernavíos a punto de entrar en combate. Roosevelt tiene en sus manos el telegrama supersecreto enviado por Togo, el ministro japonés de Asuntos Exteriores, a sus embajadores en Washington: “Ustedes dos han hecho esfuerzos sobrehumanos. Sin embargo, los Estados Unidos nos han enviado estas propuestas humillantes. Las negociaciones han terminado. Absténganse de dar la impresión de ello. Digan que esperan instrucciones...” El 29 de noviembre el secretario de la misión diplomática japonesa telegrafía a Tokio en clave militar: “Dígannos cuándo piensan programar la hora H...” Llega la respuesta, en clave, de Tokio: “Podemos decírselo, la hora H ha sido fijada para el domingo 7 de diciembre, al amanecer... Será en Pearl Harbor”. Las bandas de registro del Servicio Americano anuncia este ataque el 29 de noviembre. Washington escucha. Nada se sabe en Pearl Harbor. Casualmente (?), el 5 de diciembre, la esposa de Roosevelt invita por teléfono a Edward Murrow, uno de los periodistas más conocidos de los Estados Unidos, a concurrir “a una cena informal y amistosa con el presidente, el domingo 7, por la noche, en la Casa Blanca”. Roosevelt podrá ahora desligarse de su promesa de neutralidad. Chocobar sostiene que de ser cierta la versión que divulgué, Roosevelt no hubiera ganado las elecciones siguientes de 1944, porque “la ciudadanía le hubiera dado la espalda”. Este ingenuo argumento es inaceptable: en 1944 el pueblo ignoró que se habían sacrificado tantas vidas y armamentos para terminar con una neutralidad suicida. Se abroqueló lúcidamente junto al presidente que se dedicó a elaborar la estrategia militar y a supervisar las operaciones de guerra. Después, mucho después, se sabrían estas verdades que duelen.

Luis Iriarte

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Legislatura de Catamarca

Como hago todos los años estuve en Catamarca para el día 8. Volví de allí con mi fe religiosa renovada. Y debo decirlo en honor a verdad, con algo menos pero también con renovada fe en las Instituciones. En un diario local, en su tapa me enteré que la Cámara de Diputados de aquella provincia tiene 1.436 empleados. La de Senadores, porque allí el sistema es bicameral tiene 849 más. O sea todo el Poder Legislativo emplea a 2.285 personas. Igualmente el mismo diario nos informa que un diputado gana $29.390 y un senador $39.597. En cuanto al Presupuesto del Cuerpo, el mismo solicita un presupuesto de $505.599.000 y el Poder Ejecutivo reduce en su proyecto esa cifra a $416.790.000. Todo esto que puede conocer cualquier catamarqueño respecto a su legislatura, no lo puede saber este humilde tucumano respecto a su Provincia. Espero que el año que que viene, si Dios me da vida, venga reconfortado por la derrota de esta dañosa y antirrepublicana Legislatura que tan mal nos hace quedar. Obsérvese que el presupuesto de la Cámara es proyectado por ella, y acordado con el Ejecutivo. Así debe ser. No es posible que de los dineros públicos, disfrazados de gastos sociales” financien lanzamientos políticos regados por lo que el inmortal Gardel llamaba el “rubio champán”, sin que el PE siquiera pueda opinar del despilfarro, y mucho menos impedirlo.

Melitón Saldaño

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Argenzuela

En materia de inflación, el término “Argenzuela” parece cada vez más indicado. Con una constante aceleración del ritmo de los aumentos de precios, Argentina y Venezuela forman un conjunto cada vez más diferenciado del resto de la región. Desde hace un par de meses, el Banco Central de Venezuela dejó de difundir los datos de inflación que hasta ahora se daban a conocer los primeros días del mes posterior. El último dato oficial fue el de agosto cuando el costo de vida aumentó el 3.9 % con un interanual del 63.4 %. Los analistas proyectan una inflación cercana al 70 %. En un ranking de inflación, el tercer lugar lo ocupa Uruguay, pero a una distancia enorme de Argentina y Venezuela. Con la suba del 6 % de octubre, Uruguay acumuló una inflación del 8.1 %. En el caso de Brasil, la inflación entre enero y octubre llegó al 5.05 %. Ecuador, Colombia y Perú cerraron octubre con una inflación por debajo del 3.5 %, es decir la misma suba que tuvo Argentina en el mes de marzo. En Bolivia, la inflación desde enero es del 3.59 %. ¿Por qué las autoridades no hacen algo para erradicar o menguar este flagelo que nos perjudica?

Jorge Isas

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Demagogia y ovación

El artículo “Demagogia y ovación” de Federico van Mameren (7/12) es una real y lúcida visión de esta tangible, cruel y vergonzosa realidad que padecemos no sólo los tucumanos, sino que tiene proyección nacional. Muestra la bajeza, mala educación y descortesía de mandatarios (esto es: mandados por) quienes, por el solo hecho de ganar una elección, se creen con el derecho de vociferar ante el pueblo frases vulgares, ofensivas y ordinarias más propias de un jactancioso que de un profesional universitario, y digo al pueblo todo, no sólo a un grupo que tiene arrodillado frente a su presencia “soberana” esperando que abra su mano para darles las migajas que su “misericordia” les tire, porque lo hizo público. Aun cuando pida disculpas ya sembró la cizaña dividiendo más en lugar de emplear palabras que conduzcan hacia la paz y unidad nacional. Sólo se percibe politiquería, que es intervenir en política y bastardear los fines de ésta o envilecer sus modos con fines turbios. Si no basta con lo que vimos, observemos cómo continúa hoy faltando tanto tiempo para las elecciones: los falsos políticos, como perros rabiosos o moviéndose cual vibrantes y sonrientes odaliscas tratan de obtener el favor del sultán, peleándose por el poder; propuestas, ninguna; transparencia de la gestión: sin licitaciones y sin difusión de fondos reservados y contratos legislativos; promoción humana: continuar esclavizando a las personas con planes y no atraer inversiones para crear fuentes de trabajo digno; seguridad: quedar a la buena de Dios; sanitarias: seguir consumiendo lo mismo que los primitivos habitantes: cuando tenga suerte, aguas turbias y con olores nauseabundos, eso sí, por cañerías domiciliarias y con exuberantes tarifas; justicia: sólo ofrecen impunidad; respecto a la propiedad: vemos cómo irrespetuosamente avasallan y dañan con su propaganda de ansias de poder tanto la privada como la pública (da lástima ver cómo dejaron los candidatos los frentes del Hogar Eva Perón y escuela Bernabé Aráoz). Aclaro que no soy ningún erudito en política; sólo hijo de quien fuera un obrero en los talleres de Tafí Viejo y de un ama de casa que me supieron inculcar honradez, respeto, educación, amor y servicio al prójimo. Propongo que partamos de lo que Jesús dijo hace 2.000 años (palabras que tienen vigencia eterna): “la verdad los hará libres”... ¿Y cuál es la verdad?...”Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”. Siendo creyentes o no vivamos según su ejemplo y de verdad seremos libres.

José Cermignani

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El derecho a la identidad

Mauricio Macri, Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, expresó en una entrevista: “Conmigo se acaban los curros en DDHH”. Me parece muy bien, pero me parecería mejor si se ocupara como corresponde de los DDHH, especialmente de el Derecho a la Identidad. En primer lugar le recordaría la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en su Art. 12 expresa: “El derecho a la identidad de las personas. Asegura su identificación en forma inmediata a su nacimiento, con los métodos científicos y administrativos más eficientes y seguros. En ningún caso la indocumentación de la madre es obstáculo para que se identifique al recién nacido. Debe facilitarse la búsqueda e identificación de aquellos a quienes les hubiera sido suprimida o alterada su identidad. Asegura el funcionamiento de organismos estatales que realicen pruebas inmunogenéticas para determinar la filiación y de los encargados de resguardar dicha información”. En segundo lugar, la Ciudad tiene una Ley ejemplificadora, única en todo el país: Ley 2.202/06 Apertura de Archivos de Hospitales y Clínicas Privadas votada en 2006, promulgada por Telerman en 2007 y que hasta ahora Macri se ha negado a reglamentar a pesar de los reclamos. Porque en la Ciudad hay miles de ciudadanos de todos los tiempos históricos que buscamos nuestra verdadera identidad de origen, que al nacer no fuimos adoptados sino entregados ilegalmente, anotados como hijos propios, con todos nuestros datos cambiados: fecha de nacimiento, lugar, etcétera. La Subsecretaría de DDHH y pluralismo cultural a cargo de Claudio Avruj nos ha ignorado siempre: no sólo no elaboró a nuestro pedido políticas referidas a esta problemática sino que tampoco se ocupó de lograr la reglamentación de la ley muy necesaria para las búsquedas. El gobierno de la Ciudad no cumple ni respeta un derecho humano básico. Los ciudadanos con sustracción de identidad no somos un “curro”.

Graciela Palma Arizaga

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