Vinculan a un ex obispo de Jujuy con el secuestro de 90 presos políticos de Jujuy

Vinculan a un ex obispo de Jujuy con el secuestro de 90 presos políticos de Jujuy

Un testigo víctima en el juicio por el "Operativo Aire 718", contó que el religioso José Miguel Medina reunió a los detenidos y les dijo que se despidan de sus familias.

28 Noviembre 2014
JUJUY.- Efrén Guzmán, un testigo víctima del "Operativo Aire 718" que trasladó a detenidos de la cárcel de Gorriti en la capital jujeña a Buenos Aires en un avión Hércules expresó ante el Tribunal Oral Federal de Jujuy que el obispo José Miguel Medina reunió una semana antes del vuelo a los detenidos en un pabellón y les dijo: "despídanse de sus familiares porque muchos no van a volver".

Los imputados por privación ilegítima de la libertad, torturas y tormentos durante la dictadura cívico militar en este tercer juicio por delitos de lesa humanidad son: el ex teniente coronel Domingo Horacio Marengo y los agentes penitenciarios Osvaldo Chiaparo, Juan Héctor Guenchal, Jorge Néstor Ibáñez, Rogelio Mason Iglesias, Arnaldo Ezequiel Jorge, Eduardo José Juárez, Ricardo César Juárez, Juan Carlos Pugni, Jaime Oscar Quintela, Cristóbal José Antonio Retamoso, Andrés Aldo Savorani y Rubén Eduardo Zinc.

"Cada uno sabe lo que ha hecho, por ese motivo van a ser trasladados ", les refirió el ex obispo jujeño y posteriormente capellán del Ejército durante la dictadura militar.

Relató que durante el viaje los guardias en el avión "comenzaron a tomar bebidas y nos tiraban vino y otras bebidas" a los gritos de "tomen, tomen, ustedes mandan a matar a nuestras familias, nosotros los matamos a ustedes".

"Estos son guerrilleros, montoneros, no merecen vivir, los tiramos" del avión -decían- y luego de abrir y cerrar una compuerta "empezaron a molernos a palos", expresó el testigo, quien dijo además que los que iban a ser trasladados "ya estaban marcados" porque en las puertas de las celdas tenían la inscripción PEN (Poder Ejecutivo Nacional).

En la audiencia de ayer a la tarde, el ex maestro de grado, Oscar Shulz, quien vivía en Tilcara junto a su esposa e hijo pequeño, se refirió también a un episodio en el penal de Gorriti cuando el domingo anterior al 7 de octubre de 1976, fecha del vuelo, le dijo al obispo: "Usted sabe padre que nosotros (por todos los detenidos en Tilcara), no tenemos nada que ver con esto, denos una mano".

"Hijo mío, quédate tranquilo que pronto vas a tener noticias", relató que le respondió Medina, y a la semana el hoy testigo estaba siendo embarcado en el vuelo rumbo a Buenos Aires. Los 78 hombres fueron llevados a la unidad penal de La Plata, y 12 mujeres a un pabellón especial de la cárcel de Villa Devoto, trasladadas en un avión más pequeño el mismo día según pudieron observar, y lo dijeron hoy los testigos, Emiliano Fernández Rojas y Rufino Lizárraga, ex secretario de Educación de la provincia.

Con los testimonios de la jornada se fortalece la hipótesis de que en el amanecer del 7 de octubre de 1976, quienes sacaron de los calabozos a los detenidos fueron agentes del Servicio Penitenciario Provincial, el traslado hacia el aeropuerto jujeño El Cadillal, ahora Horacio Guzmán, estuvo a cargo de efectivos del Ejército, y los guardias en el interior del Hércules, encargados de las golpizas durante el vuelo, agentes del Servicio Penitenciario Federal.

Ariel Ruarte, querellante, dijo que los testigos "haciendo un esfuerzo de memoria, logran identificar los uniformes por los colores y sus declaraciones son coincidentes". Otro detalles que vienen revelando los testigos es que dentro de la aeronave Hércules, los agentes tenían una tonada "no jujeña", más bien parecía lo que se conoce como "tonada porteña".

Andrea Llupiañez, querellante por la Agrupación HIJOS, dijo que los testimonios escuchados "son coincidentes sobre la modalidad de los hechos y la responsabilidad de sus autores".

En la jornada de ayer también testimoniaron Carlos Luis Figueroa, ex secretario del sindicato de obreros de Ledesma, detenido cuando fue intervenido el gremio en 1975, el minero Bruno René Díaz y, Emiliano Fernández Rojas. Por razones de salud no testimonió Olga de Bazán, esposa del dirigente minero Avelino Bazán, quien también fue llevado a La Plata, liberado y posteriormente desaparecido.

Durante el vuelo las víctimas estuvieron atadas de pies y manos y con los ojos vendados padecieron amenazas de ser arrojados al vacío, los guardias caminaron sobre sus espaldas y los golpearon con bastones de goma, a tal punto que todos llegaron a La Plata con las espaldas moradas por los golpes, reiteraron hoy los testigos.

Las víctimas eran dirigentes sindicales azucareros de Ledesma, mineros, vecinos de Libertador San Martín, El Talar y Calilegua, además de estudiantes universitarios en Tucumán. (Télam)

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