Las plagas exigen extremar el monitoreo

Las plagas exigen extremar el monitoreo

ATACANTE. El “picudo negro” ejerció fuerte presión esta campaña. ATACANTE. El “picudo negro” ejerció fuerte presión esta campaña.
28 Noviembre 2014
Las plagas exigen extremar el monitoreo y la efectividad de las medidas para su control. Técnicos de la Sección Zoología Agrícola de la Eeaoc analizaron la situación de las principales plagas que amenazan a los cultivos de verano, aportando algunas recomendaciones sobre el manejo.

Hay que resaltar dos factores ambientales que pueden contribuir a la manifestación de plagas en las etapas de implantación de los cultivos estivales: 1) la manifestación de un otoño lluvioso que favoreció el desarrollo de numerosas malezas que sirven de hospederos de algunas de estas plagas (“orugas”, “chinches”); 2) la ocurrencia de un invierno benigno, sin heladas de importancia, que favoreció el desarrollo de estas plagas.

Entre las plagas favorecidas por los factores mencionados y que se pueden presentar en la implantación de la soja, se destacan la “Spodoptera frugiperda”, “Achyra bifidalis” y el “complejo de orugas bolilleras”. Estas especies son polífagas, desarrollándose sobre numerosas malezas. Además, el “complejo de bolilleras,” presentó una mayor disponibilidad de garbanzo durante esta campaña, siendo un cultivo hospedero que favorece la ocurrencia de esta plaga.

Los daños más importantes ocasionados por estas plagas son: reducción del stand de plantas por el hábito cortador de las orugas; daños en brote apical y la consecuente modificación de la estructura de las plantas, y defoliaciones intensas en estados tempranos del cultivo.

Para el manejo de estas plagas se recomienda el monitoreo de la comunidad de malezas presentes en el lote, previo a la realización de los barbechos. Esta tarea permitiría detectar tempranamente estas problemáticas y tomar medidas para su control. Entre ellas se menciona la inclusión de un insecticida a la hora de realizar el barbecho, siempre y cuando los niveles de plagas observados lo justifiquen y el control de las malezas sea próximo o inmediatamente después de la siembra del cultivo.

Otra plaga importante en la etapa de implantación es el “picudo negro Rhyssomatus subtilis”, cuya incidencia aumentó en las últimas campañas. La ocurrencia está ligada a las lluvias que favorecen la emergencia desde el suelo; esto suele iniciarse en noviembre o principios de diciembre, observándose que las camadas o pulsos de emergencia suelen ser bajas y pueden ser controlados con un insecticida curasemillas. En caso de no emplear esta herramienta, se debe seguir de cerca los lotes para incluir un insecticida si los niveles de la plaga y el desarrollo del cultivo lo justifican.

El uso de insecticidas durante el barbecho o en los inicios del cultivo debe ser justificado y en base a un monitoreo previo del complejo de plagas; de lo contrario, este recurso resulta ineficiente y puede llegar crear problemas mayores que los originales.

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